Año: 2025 | País: Argentina | Género: Post hardcore | Sello: Independiente | Lemmymómetro: ♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠ (10/10)
Hay bandas que han sabido marcar una época, y que, tras desaparecer en plena vigencia para muchos, su ausencia tras un tiempo de legado se sintió. Pero ante la enorme salud que goza la escena metalera emergente, es lógico que, tras siete años de silencio, DENY regresara en 2025 tras un par de teasers en redes sociales. Lo que sí fue una gran sorpresa, fue que su vuelta fuera con el lanzamiento de su cuarto álbum de estudio, Documento 4 bajo el brazo, y volviendo con su formación clásica, los pilares fundamentales de la banda: Nazareno Gómez Antolini como voz líder, Juan Pablo “Jey” Uberti en bajo y voz, con ese híbrido de voz melódica alta que roza un raspy voice, y Joaco Ortega en guitarra y voz melódica. Tras un enorme lanzamiento como lo fue Invencible, en 2014, que básicamente es una recopilación de doce temazos y una producción sólida, quizás con un sonido menos cristalino que los discos previos, pero con una solidez notable, la banda lanzó algunos sencillos sueltos, explorando un lado más melódico, hasta desaparecer en el 2019, cada uno de los integrantes explorando su propio camino de vida. Y la sensación que nos dejaron fue que su potencial no había mermado un poco, pero que podían recuperarse para un eventual cuarto disco que quizás nunca llegaría para ese entonces.
Pero como comentaba antes, los presagios en redes profesaban un regreso inminente, y además del sorpresivo disco, ese retorno eventualmente traía un tremendo show sold out en tiempo récord en el complejo C Art Media a final de noviembre, y un show apertura a LINKIN PARK en la previa de este, donde vimos las canciones nuevas debutando en vivo. Los primeros tres sencillos ya adelantaban el retorno de la banda a su plena esencia, fusionando lo mejor del post hardcore con toques de metalcore melódico, metal moderno y una pizca de pop punkcore, a un nivel compositivo un escalón por encima de lo que fue Invencible, y con un sonido más pulido y definido. El primer resultado de todo esto fue El cielo, un tema impecable y que a primera escucha ya demostraba ser un verdadero himno y contar con un gran gancho, además que el trío vocal funcionaba a la perfección, y dejaba ver que la capacidad de la banda no había realmente mermado en lo absoluto. Luego llegó Incendio, con un Juan Pablo Uberti en un nivel impresionante en las voces, evocando lo mejor del sonido de la década pasada en este ámbito musical, combinado magistralmente con los guturales de Nazareno Gómez Antolini y las melodías inconfundibles de Joaco Ortega, un sello de identidad de la banda que no tiene nada que envidiar a las agrupaciones internacionales de un género que, un poco está decayendo en su popularidad. Sin embargo, con K.R.O.P.E., DENY dio un giro hacia una sonoridad más pesada y visceral, esta vez con una dupla vocal Naza / Jey donde protagoniza el primero y el segundo apoya aplicando una dinámica muy a lo UNDEROATH, por citar un ejemplo solamente.
Ya con el resto del disco en nuestro poder, viéndolo no como una suma de canciones sino como un todo, se puede ver al 100% la madurez musical de DENY en 2025, manteniendo intacto su ADN, aunque sus canciones no parecieran estar interconectadas como antes, sino más bien que cada una está en su órbita, pero no necesariamente es algo malo, ya que le da la libertad a cada una de hacer su exploración y crear su propia atmósfera, y dejarla asentarse. Hay algunas canciones que son más bien emotivas como lo son Veneno, con una letra que invita a la reflexión sobre el duelo y cómo enfrentar el camino en soledad, y Ya fue, que es una pieza semi acústica muy intensa, emotiva y hasta se siente bastante dolorosa. En ella, el dueto vocal entre Juan Pablo Uberti y Joaco Ortega es conmovedor, capturando a la perfección el impacto de una ruptura y la dificultad de aceptar la despedida final, siendo uno de los temas más personales, no solo del disco, sino de DENY hasta la fecha.
Pero también hay cosas más conocidas y pesadas: el interludio 1/2/3 es un guiño a trabajos anteriores que los seguidores captarán al instante, proporcionando un respiro antes de la segunda mitad del álbum, que termina desembocando en Documento 5, coherente a la historia de canciones bajo este mote correlativo, que sigue mostrando la evolución y el buen trabajo en nuevos matices vocales de Nazareno Gómez Antonini, que un poco ya hemos visto también en ELNUEVEONCE, mientras Jey suena tan fresco como hace 10 años, pero con una voz más compacta y screams más concretos. Y el cierre un tanto particular se da con Lo que queda, que explora un costado un poco más pop punk californiano, quizás con alguna que otra reminiscencia de sus pares nacionales de MI ÚLTIMA SOLUCIÓN, pero eso no quita que nos da un cierre bien arriba, pero que no necesariamente visceral o pesado, con breakdowns ni nada de eso.
Con algunos guiños inconfundibles a pilares actuales y vigentes del estilo como UNDEROATH, BRING ME THE HORIZON o BAD OMENS, DENY se actualizó, y vino para demostrar que el descanso fue necesario. Documento 4 es un disco donde parece que “todo encaja”: la letra se siente más íntima y punzante que nunca, la estructura sónica es precisa pero también dinámica, y la versatilidad vocal de los tres líderes se explota al máximo, alternando entre la agresividad de un screamo y la melodía que por momentos es dulce pero también envolvente. Cada una de las diez pistas parece estar exactamente en el lugar que le corresponde dentro del tracklist, ofreciendo una experiencia fluida y contundente de principio a fin. No hay dudas de que este disco se postula como el mejor de la discografía de DENY, ya que me resulta bastante difícil encontrarle alguna falla por más quisquilloso que me ponga: destila pasión y profesionalismo en todo momento y eleva el estándar de producción y composición en la escena local. Hay que ver cómo sigue todo para la banda, que promete elevar aún más la vara para 2026, eso solo el tiempo lo dirá, pero con Documento 4 sin duda, uno de los mejores discos de la escena alternativa argentina en 2025 y un prometedor comienzo de una nueva etapa para la banda.
Texto: Luis Gallucci

