Fecha: Jueves 17 de octubre de 2024 | Hora: 19 hs. | Lugar: Vorterix | Bandas invitadas: AZEROTH
Si les contáramos que fuimos a una fiesta en el Vorterix donde quienes nos hicieron bailar y saltar fueron DRAGONFORCE y AZEROTH, probablemente no nos creerían. Es difícil de imaginar, pero así fue. Lo que sucedió puertas adentro del recinto de Mario Pergolini fue realmente único, con una puesta en escena entre luces y confetis que dejo a todos los presentes con una sonrisa imborrable.
La velada inicio con los locales de AZEROTH que, nuevamente, mostraron porque siguen escalando posiciones a pasos agigantados y demostración de esto es que en unos meses estarán haciendo la apertura de nada menos que ANGRA y en Brasil. Con un repaso por sus más de veinte años, dieron una lección de power metal e hicieron que todos agiten al son de sus canciones.
Ya con una capacidad prácticamente completa es que comenzó el plato fuerte de la noche. Doce años hubo que esperar para su retorno a nuestros escenarios y las expectativas eran enormes. Entre papel picado y un juego de luces y humo pocas veces visto, apareció Revolution Deathsquad para dar comienzo al show. Las primeras miradas las robó Herman Li (Guitarrista y fundador) que, entre su destreza y sus continuos gestos, se llevó lluvia de aplausos y logro con esto palear los problemas con que comenzó la voz (Marc Hudson) por el micrófono en corto, que ya para el segundo round Cry Thunder no solo pudo corregir esto, sino que le quito momentáneamente el protagonismo a su compañero mostrando sus altos registros. Casi sin anestesia llegó Ashes of the Dawn para darle un arranque a toda máquina al espectáculo, con un Gee Anzalone intratable en la batería y así caer en el primer corte donde el vocalista aprovecho para presentar a la bajista (Alicia Vigil) quien nunca antes había estado en tour en tierras latinoamericanas, ya que su incorporación fue en plena pandemia.
Tras el breve discurso, continuaron con Power of the Triforce de su último disco War Speed Warriors y nuevamente una lluvia de papeles invadió el lugar. No había tenido la oportunidad de asistir previamente a un evento similar donde se hiciera uso y casi abuso del confeti, pero fue una de las claves de la noche sin lugar a duda, ya que los asistentes lo tomaron como si estuvieran en un carnaval carioca. Pasaron en la misma sintonía Soldiers of the Wasteland y The Last Dragonborn, donde en este último pudieron lucirse a todo trapo los guitarristas. Quien oficia de segunda guitarra, Sam Totman, no solo es el otro miembro fundador, sino que tiene tanta magia como el mismísimo Li y su tercer compañero de fórmula, quien aparece más de guitarra rítmica (Billy Wilkins) estuvo a la altura de lo que se le exigió.
En la misma línea pasaron como un tren Black Fire, Fury of the Storm para así llegar a Doomsday Party y desatar la euforia de la gente y que todo se convierta en baile al mejor estilo disco, mezclado entre humo, más papeles y muchos efectos, sumado a un Herman gracioso contando chistes y haciendo alusión a su poca destreza para bailar. El falso cierre lo hizo Valley of the Damned y se llenó el lugar de cánticos hacia la banda.
El post corte llegó de la mano de Highway to Oblivion y dos covers. El primero, a quien el vocalista dedico a todas las mujeres presentes, My Heart Will Go On de Celine Dion y el segundo Wildest Dreams de Taylor Swift, quien Herman Li decidió hacer, ya que es un tema que escuchan a menudo con su hija tal como comentó en la entrevista con nuestro medio (link de entrevista).
La previa al cierre lo dio Heart of a Dragon para decantar en lo que todos esperaban, que tal cual como dijo Hudson… Y ahora… ¿qué tema quieren escuchar? Ya sabiendo la respuesta, Through the Fire and Flames y así exprimir hasta la última gota de energía que había en la sala.
Sin lugar a duda va a ser uno de esos eventos que quedaran marcados para todos los que asistieron. Hubo clásicos, hubo humor, pasión y disfrute por parte de los músicos que dieron un gran espectáculo al que le supieron sumar la magia de las luces y el cotillón para darle un plus y que valga la pena cada centavo que se invierto para acudir a verlos.