DREAM MASTER “Fourth Key”


Año: 2013 | País: Argentina | Sello: Independiente

Lista de temas:

  1. Make A New Tomorrow
  2. Leather Army
  3. Insecurity
  4. The Countdown Starts
  5. Memories Marked In My Mind
  6. I See Your Face
  7. 2012
  8. Lying Mask
  9. Insane… Am I
  10. Save Us
  11. Orlando
  12. All I Say

Tercera placa de los batalladores porteños de Dream Master, claro, si descontamos al EP “Children Of Tomorrow” (2006), donde la banda justamente puso la llave en cerradura por primera vez. “Fourth Key” se alza como una continuidad a sus predecesores “Waiting For The End” (2008) y “Spread Your Wings” (2011) no solo desde el estilo musical mantenido sino también por el idioma que en el mismo se utiliza, 100% inglés. Eso sí, atrás quedaron los covers que solían realizar de bandas de hard rock o pop de los ’80. Por otro lado, estamos en condiciones de decir que la solidez musical es siempre una característica que los ha acompañado a los liderados por Ezequiel Wiurnos (guitarra y voz), pero quizás sea la placa donde un poco atrás dejan la beta más power metal que los caracterizó en sus inicios.

El disco grabado en La Nave de Oseberg durante el año 2012, está súper pulido, pero si me baso en mi gusto particular, no supera a “Spread…”, a mi entender, lo mejor del Sueño Maestro. Desde lo sonoro no tenemos nada para decir, al contrario, es más que destacable como una banda que la rema desde abajo edite tamaño de producción independiente. Y esto no lo pienso desde ahora, creo que ha sido una constante de la banda desde sus inicios. Quizás a diferencia de sus predecesores estamos en presencia ante una placa menos melódica pero definitivamente más aguerrida y áspera. Hay un muy buen trabajo de coros, en esta propuesta de heavy metal moderno, que quizás podríamos emparentarla con bandas del estilo de Helker. El sonido de las guitarras va al frente siempre, de muy buenos arreglos, y de punteos firmes sin dejar nada liberado al azar. Eso sí, canción tras canción manifiestan sus intenciones de remarcar una y otra vez el estribillo. “Make A New Tomorrow” y “Leather Army” son ejemplos de estas cuestiones descritas. Los cambios de velocidad llegan a través de “Insecurity”, canción en la que se realzan más aún las cuatro cuerdas lideradas por Rodolfo Sanmarti. Se respira una banda que melódicamente está súper compuesta y se atreven a realizan cambios de ritmos o cortes que le dan otro sabor más a la propuesta. Muchos de esto de tintes thrash, perfectos para el headbanging. Mismo los solos de guitarra de Gabriel Chiavetto llegan con esas ínfulas, a lo Exodus, pero poca vida tienen y vuelven a retomar la senda heavy que quieren destacar.

“The Countdown Starts” arranca con un dueto de bajo y viola más que interesante, creando una atmósfera distinta a lo que veníamos escuchando. Claro, solo a modo de intro, ya que pasado el minuto aparece la banda que veníamos curtiendo. Van al frente y hasta se atreven a jugar con estribillos de variables vocales más que interesantes. Lo gutural está a la orden del día, pero poco enlace tiene con una banda de heavy metal tradicional. Quizás parezca raro, pero por momentos y a pasajes intermedios sentí cierta invocación de coros clásicos a lo Alice In Chains, pero con esfuerzos doblegados. “Memories Marked In My Mind” quizás sea la canción que hasta el momento de todo el pasaje del disco deje bien en claro las intenciones naturales de la banda de marcar ese sello heavy moderno a través del juego entre voces más agudas y guturales. Más que interesantes esos riffs que quedan al aire entre nota y nota o estrofa y estrofa. Me pareció muy interesante la mezcla de esos sabores rítmicos entre la descarga de los solos y la vuelta a la canción. Claro, cierto dejo tiene la banda a históricos germanos de la escena, pero así todo nunca dejan de imprimir su propio sello.

“I See Your Face” mantiene la estructura dispuesta en la placa, no solo musical, sino también en materia de duración. Generalmente, las composiciones de la banda superan los cuatro minutos, lo cual le otorga cierta variación y desarrollo a las composiciones en sí. “2012” da sus pasos iniciales a través de los primeros acordes del disco, que sirvieron para engañar la propuesta pero no para bajar los decibeles de la placa. Arranca con todo, pero sin alterar el orden de los factores. Sigue siendo Dream Master, siempre, pero amparados bajo estribillos que manifiestan un cierto cambio de ritmo, pero eso sí, el filo de las guitarras está siempre a la orden del día. Hay retazos del viejo Megadeth, o porque no, rasgos de los Ex Queensrÿche. Aparece Geoff Tate mimetizado por la voz de Ezequiel entrelazados por punteos bien firmes. Espero no descolocarte que cuando entiendo que la banda posee pasajes más progres, pero su fuerte que te quede claro es el heavy bien moderno. Por otro lado, poco me convenció el cierre de 2012, creo faltó darle una estocada mejor para como venía el tema.

“Lying Mask” es continuidad a lo que manifiesta la placa en toda su estructura. La banda se juega las mismas cartas, no arriesgan mucho más de lo mostrado. La línea se mantiene, pero quizás les juegue una mala pasada la falta de intenciones de poder mostrar algo distinto a lo que vienen mostrando con el correr del disco. “Insane… Am I” es fiel a los principios de la banda, al igual que “Save Us”, una de las más picantes de la placa. Trabada por momentos y con varios arreglos de jerarquía. Me encantó el juego entre velocidades medias y altas, como así también esos rebajes trabados que posee la canción. Para el cierre “Orlando” y “All I Say” le dan la hegemonía al disco necesaria. Insisto, no sorprenden, pero son fieles a sus principios y en ese punto los banco. “All…” es el cierre ideal para un disco que nunca bajó un cambio. Muy buena elección la de jugar con algo más melódico, con otros tiempos, lo que ni más ni menos es demostrar que la banda puede rozar otros planos. Bien por el juego de voces durante la canción como las logradas en el estribillo. Y así se va una placa con acordes electro acústicos en contraposición a lo que mostraron durante el desarrollo del disco, que a merced de lo descrito, era lo que sentí durante el pasaje de todo el disco debería haber llegado antes, quizás como “break” en la mitad del setlist.

Ahora sí, si querés conseguir el disco en formato físico estás sonado. La banda lo ha distribuido solo a modo virtual, no solo como estrategia para llegar a mayores puntos, sino que también adaptado a lo que la mayoría busca, tenerlo accesible cuanto antes y poder sacar sus propias conclusiones como me tocó a mí.

Me llevo una banda con ansias de poder y reconozco cada paso que dan. Tratan influencias desde sus raíces, pero que poco parentesco tienen con el resto. Son fieles a sus convicciones y no descarrilan, lo que quizás sea la premisa más grande que tienen, en estos tiempos donde no es fácil mantenerse en un standard con la cantidad de estímulos del entorno que a veces nos hacen perder el hilo. Ahora sí, si me preguntás que más le faltó al disco, te lo digo, una estocada con alguna canción en español como en las viejas épocas tipo “Reino de Terror”.

Agradecemos a la banda por el material.

Autor: Hernán Mazón


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