Volver al pasado… y algún día al futuro
Como buen amante del cine, la trilogía “Volver al Futuro” está sin dudas entre mis favoritas. En la estructura de los tres films, algo siempre se repite: Marty termina atrapado en el pasado y debe volver al futuro. Con ése simple argumento te puedo definir qué pienso del llamado “Folk Metal”. Lamentablemente a las bandas del género nunca les alcanzaron un DeLorean. Ni siquiera tienen un Doc Brown para ayudarlos. Es un género que creo está atascado en el pasado y no sabe cómo volver al futuro.
Mientras entraba al Vorterix, no paraba de recordar las melodías celtas que me inundaron allá por los 90´s. ¿El responsable? SKYCLAD. Y mientras tarareaba joyas de la banda que realmente comenzó todo, me topé de frente con el único exponente nacional de este “Pagan Metal Fest” (aplaudo de pie la idea y el riesgo de armar algo así, por más lejos que estemos del Viejo Continente en ésta materia). Y me hubiese gustado llegar más tarde. Dentro de una escena nacional que poco me aportó en éste género, especialmente luego que Emilio Souto se llevara SKILTRON a Europa, CERNUNNOS se me hace de las más flojitas. ¿Violín?, sí. ¿Vestimenta según el reglamento “folk”?, sí. ¿Tonadas pesadas y dignas de buen pogo?, sí. ¿Algo que los distinga del resto?, no. Y ése “no” se me hace demasiado rotundo para ampliar una crítica que principalmente recaería en una voz que no termina de cerrarme. Quizás haya sido una mala noche. Mejor esperar otra oportunidad y rezarle al Macho Cornudo para que los vea en mejor forma.
¡Mamma mía!!! Llegó el turno de los tanos. Como bien se habrán dado cuenta, no ando de buena con este tipo de bandas y seguro esperan que los mate de una. Les juro que le puse la mejor onda, y debo reconocer que me pasó lo mismo que con todos los pares de ELVENKING. Arrancan con “King of the Elves” y te dan ganitas de saltar y revolotear por el aire con esas tonadas tan alegres que definen al folk por excelencia. Pero es algo ya visto (no, no voy a decir SKYCLAD) en gente como KORPIKLAANI. La fuerza y el despliegue que baja del escenario con toda la épica que trae el segundo tema, “Elvenlegions”, te lleva al pogo solito. Pero es algo que ya vimos en gente (no, no voy a decir SKYCLAD, nuevamente) como FINTROLL o ELUVEITIE. “Bueno -pensé yo- son novatos que al menos van por el camino de los grandes”, pensé. “Bobo, vos mismo los entrevistaste y te dijeron que están celebrando 20 años de existencia”, me susurró uno en pollera, entre sorbo y sorbo de cerveza en cuerno. Le miré sus peludas piernas y casi le pregunto cómo se volvería hasta Monte Chingolo así vestido, pero el tipo tenía razón. Eso me arruinó el recital.
Los ELVENKING suenan lindo, tienen un vestuario copado (o con más presupuesto que los teloneros nacionales al menos) y las canciones te enganchan un poquito. Pero otra vez la cuestión del estancamiento se me hace presente. Escuché nuevamente sus discos al volver y si bien no son los mismos que hace dos décadas, la cosa varía poco y la monotonía termina por ganarte. Ojo, no soy fan de la llamada “evolución”. Pregúntenme que pienso de METALLICA y su “Load” para comprobarlo. Pero sí creo en la búsqueda del perfeccionamiento, sea cual fuera el género. Los italianos, si bien aprobadísimos por el público e incluso por este cronista, que saltó y agitó como loco en “Pagan Revolution” y “Neverending Nights”. Cerraron con “The Loser” y no podía ser mejor mensaje para definir quién haría honor al título entre las bandas protagonistas de la noche.
Llegó la hora de ENSIFERUM y la cosa ya vino bien distinto. Primero porque su folk metal tiene muchas pinceladas de “viking”. Lo cual es tan lógico en una banda de Finlandia como lo resulta un tanto ilógico cuando es de Italia o de Villa Caraza. No digo que todos acá debamos tocar Larralde o que todos los tanos canten tarantelas, pero pesa más ser un “vikingo” de Helsinski, que bajarte del 37 en el Bingo de Lanús tomando birra en un cuerno. Pero lo que importa es la música dicen… y algo de razón tienen. ENSIFERUM mostró sus galones dentro de la movida folk, y si bien creo que están un escaloncito debajo de bandas como FINTROLL, marcaron bien porque ELVENKING abrió para ellos, y por qué las bandas nacionales (a excepción del bravo SKILTRON, si es que podemos llamarlos “nacionales”) están justamente, a un océano de distancia.
Podría quedarme solo con Netta Skog, lo más parecido a Lagherta que tiene la vida real, tanto en belleza como en polenta; y con la ahora blonda justificar toda esta reseña. Pero evitemos que arruine con baba el teclado. La banda suena mucho más ajustada y con más fuerza que varios colegas del género. Son entretenidos más allá de lo que (como ya se dieron cuenta) el género me produce, y resulta interesante los distintos roles que cada miembro toma en las voces. Lo único malo con Netta, es que se extrañó y demasiado la variedad que los teclados que Emmi Silvennoinen, que tanto sumaban en la mezcla final (dejó la banda hace un par de años).
Si ELVENKING trajo consigo esa cuota festiva y aquelarresca (qué ganas de inventar palabras, no?), los ENSIFERUM se nota que escucharon demasiado MANOWAR en su vida. Hay muchas espadas, peleas, conquistas y toda la violencia que un buen vikingo se merece. Gracias a Dios no se fueron para los esteroides y dejaron que la música refleje los músculos de la banda. “For Those About to Fight for Metal”, lo más zafable del flojo último disco, abre con toda la furia que semejante título debe llevar. A la ya nombrada Netta, que entre lo que corre, toca el acordeón, hace coros y agita, solo le falta saber hacer milanesas napolitanas; el resto de los músicos se suma con foco propio. Petri Lindroos no es tan “líder” como me esperaba, si bien su viola y su voz llevan las riendas de la banda, tanto Markus Toivonen (guitarra) como Sami Hinkka (bajo) tienen una participación bien activa.
Eso produce el antídoto a mi gran problema con el “folk”, que todos los temas me parecen iguales. La variación de voces e incluso de climas a veces ayuda a diferenciar mejor las canciones. Aunque justamente el uso de los instrumentos menos usuales, ya sea violines o acordeones según la banda de la velada, podrían ser usados con algo más de imaginación. El setlist quizás tuvo algún faltazo, ya que me hubiese gustado un “Victory Songs” o un “Ahti” y ni hablar un “Unsung Heroes”; pero el cierre con “Lai Lai Hei” fue todo un resumen de lo que es ENSIFERUM. Dejé Colegiales parando en cada semáforo para ver si los pescaba a Marty y al Doc con su Delorean, así podía pedirles si le daban una mano y lo llevan al futuro al “Folk”. Estoy seguro que todavía tiene mucho más qué decir que simples polleras y cuernos de cerveza.
Texto: Rodrigo San Miguel
Fotografía: Maru Debiassi
Agradecemos a Gaby Sisti vía NWM Productions por la acreditación al evento.
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