No es para nada exagerado decir que el sueco Mats Levén tiene una de las carreras más intensas y prolíficas dentro de la música pesada. Con participaciones tan disímiles como el gran disco Facing the Animal del irascible YNGWIE MALMSTEEN o el aporte a sus coterráneos THERION y CANDLEMASS; pocos músicos han entendido como él, que el negocio musical consiste en tocar y mantenerse activo casi sin descanso. Con seis décadas de vida y siendo hoy parte de VANDENBERG (la banda del icónico guitarrista holandés que fue pieza clave en la faceta ochentosa de WHITESNAKE) la excusa de un disco nuevo y la visita de este nuevo proyecto a Argentina es la situación ideal para charlar del presente, del pasado y de los vaivenes de un músico, por sobre todas las cosas, tan inquieto como profesional.
Leí en algunas entrevistas anteriores que hacías una distinción entre los momentos en los que eras parte de una banda y los que eras parte de un proyecto ¿Cuál es esa diferencia para vos?
Bueno, no recuerdo exactamente esa idea pero lo que probablemente quise decir es que mucha gente ve mi carrera y dice: “Wow, has estado en tantas bandas”. Sin embargo, yo normalmente digo que, en mi corazón, he tocado con quizás cinco bandas en toda mi carrera. La mayoría de las otras cosas que he hecho no son realmente bandas. Es más como que un guitarrista que quiere que cantes en su álbum. O sea, no es alguien que realmente tenga una banda, ni tampoco tiene la intención de salir de gira ni nada. Es más como un trabajo de alguien que solo quiere hacer un álbum, porque quiere sacar sus canciones, lo cual está genial. Mientras el material sea bueno, siempre estoy interesado en hacer eso. Te voy a poner un ejemplo que vas a conocer referido a cuando toqué con THERION. Es el caso de un proyecto que en definitiva no es una banda como tal. Me pidieron que fuera miembro, pero realmente no quería ser parte de eso a largo plazo. En cambio, con CANDLEMASS, para mí, eso sí era una banda. Y lo mismo con TREAT, eso sí era una banda de verdad, donde realmente formábamos un verdadero grupo.
¿El compromiso a largo plazo y el sentido de pertenencia hace que un proyecto se transforme en una banda?
Exacto. En una banda, hay una sensación de unidad, de trabajar juntos no solo en un álbum, sino de construir algo con el tiempo que implica ensayar, salir de gira, crecer juntos. Es una relación más cercana y a largo plazo. En cambio, cuando colaboro en un proyecto, es más puntual, se trata de grabar algo y luego cada uno sigue su camino. Es divertido, pero no es lo mismo que estar en una banda donde compartes más de tu vida creativa y personal con los otros miembros.
¿Dirías que preferís estar en una banda a participar en proyectos?
Depende. Ambas experiencias tienen su encanto. A veces, formar parte de un proyecto te da más libertad porque no tenés que estar atado a un grupo o una gira. Podés enfocarte solo en la música, en las canciones que estás grabando. Por otro lado, estar en una banda te ofrece esa conexión más profunda, ese sentido de identidad que viene de ser parte de algo más grande que vos mismo. Así que creo que ambas tienen su lugar y su momento. Creo que con una banda, cuando lanzamos un disco, siento que realmente hicimos algo en lo que estuvimos trabajando duro para hacerlo más grande o mejor, como una familia. Por eso, suelo hacer esa distinción.
O sea te involucras subjetivamente de distinta manera en una u otra situación…
Normalmente, pongo mucho esfuerzo en hacer un buen álbum, o lo que sea, pero hay diferencias. Cuando tocás en una banda, generalmente estás más involucrado en la composición de las canciones. Te implicás por más tiempo en el proceso de hacer el álbum, algo que no pasa cuando un disco es un proyecto de otro. A veces alguien me envía, no sé, diez pistas de música terminadas, con notas exactas sobre cómo quieren que suenen las melodías, con letras y todo. Así que mi participación es un poco diferente en esos casos. Sin embargo hago este tipo de álbumes y disfruto de hacerlos. También tienen un compromiso profesional para mi porque tengo que dar lo mejor para que las canciones suenen como fueron imaginadas.
Siendo un tipo tan ecléctico a nivel musical, me llama la atención que hayas dicho que no a la participación en THERION un grupo que incluye mucha diversidad de subgéneros en su música ¿Qué pasó?
THERION no es una mala banda, de hecho, nunca lo ha sido. Sin embargo, para mí, siempre ha sido más el proyecto en solitario de Christopher (Ndr. Johnsson líder y miembro fundador de la banda). Eso está bien, es genial y me parece increíble. En ese contexto no había realmente oportunidades para ser parte de la banda. No había ventajas de estar en esa banda, para ser sincero. Me parecía mejor ser un músico freelance, como lo he estado haciendo. Christopher fue amable al permitirme escribir canciones para Gothic Kabbalah (2007) lo cual fue genial, fue una experiencia fantástica, pero se terminó ahí. Si voy a unirme a una banda, quiero ser parte de las decisiones en muchos aspectos, desde cómo debería ser el espectáculo en el escenario hasta otros detalles.
Cuando trabajás con alguien como Christopher que, por lo que decís, funciona como un jefe, ¿Cómo es esa dinámica?
Es genial, de verdad lo disfruto mucho, pero es un poco como cuando juegas en un equipo de fútbol. La banda se llama CANDLEMASS, no Mats Levén. Es un poco lo mismo con THERION. Lo entendí desde el primer día, lo cual es genial. Sin embargo, cuando estoy en una banda y le digo alguien: “Sí, estoy en una banda”, es más como cuando estaba con CANDLEMASS o cuando toqué con TREAT. Ahí me sentí totalmente involucrado. Ahora, con Adrian, en VANDERBERG, es similar.
¿Ah sí? Hubiera apostado a que no, teniendo en cuenta que la banda lleva el apellido de él y parece su proyecto.
Normalmente podrías pensar que sería lo mismo que tocar con un grupo como THERION o MALMSTEEN, donde simplemente soy un tipo freelance pero no es así porque Adrian es muy abierto a las ideas de los demás. Siempre está dispuesto a escribir canciones para los discos conmigo, lo que lo hace más como una banda para mí. Cuando estamos tocando en vivo, todo el grupo y el equipo tienen una conexión muy familiar. Es un buen ambiente y hay una vibra muy positiva. Todos son de los Países Bajos y yo soy el único de Suecia, pero sigue siendo un ambiente muy agradable. Así que, diría que tocar con Adrian en VANDENBERG se siente tan cerca de tocar en una banda como puede ser aunque formalmente no soy parte de una banda.
De alguna manera, al final del día Adrian es el jefe…
Claro, y eso está bien, es genial. Estoy muy contento de hacer más shows y, quién sabe, me encantaría escribir otro álbum también porque siempre en ese proceso aprendés algo. Todas las situaciones son diferentes y es como las relaciones; todas son distintas. Cuando comenzamos a trabajar juntos, puede que veamos aspectos del otro que nos hagan trabajar de maneras diferentes a lo que pensábamos que haríamos. A veces, eso puede ser positivo, pero también puede haber lados negativos, y terminás dándote cuenta que no querés estar ahí. Todo es parte del proceso de hacer música.
Más allá de que existan esos aspectos negativos ¿Terminás aprendiendo algo en cada experiencia?
Sí, definitivamente. Cada experiencia trae algo nuevo, algo que podés aplicar en el futuro. Aprendés a adaptarte, a entender qué necesita cada situación. Algunas colaboraciones son simplemente un trabajo y otras pueden llegar a ser relaciones muy cercanas. Cada artista tiene su propia forma de trabajar y eso es lo que hace que la música sea tan emocionante. Siempre hay algo nuevo por descubrir, tanto en lo musical como en lo personal.
¿Es difícil cambiar el chip de un proyecto a otro para aportar lo que es necesario en cada caso?
No, no me resulta difícil. Supongo que tiene que ver con que la gente que se acerca a mí y me pide algo, lo hace porque ha oído algo que les gusta de lo que he hecho. Si me dicen que realmente les gustó lo que hice en un álbum, probablemente sea más fácil para mí entender qué quieren. Entonces lo que queda es simplemente adaptarme a eso. Por otro lado, crecí con mucha música que no es hard rock. Tengo mucho respeto por muchos géneros diferentes de música y arte en general. Así que no tengo miedo de probar cosas diferentes. Mientras la gente reaccione positivamente a eso: sí, hagámoslo, genial. No tengo miedo de que alguien me diga que ya no canto de determinada manera o que debería ser más agresivo. La verdad, no me importan ese tipo de opiniones. Si quiero cantar de forma diferente mañana, lo haré. Me dejo guiar por mi intuición, mi alma y mi corazón. Cuando se siente bien, entonces está bien, porque eso es lo que quiero hacer. No estoy aquí para hacer dinero; si quisiera eso, no habría entrado en la industria musical. Siempre he hecho lo que he querido, porque quiero mirar hacia atrás en mi carrera y decir: “Sí, hice un buen trabajo. Hice buena música que se grabó bien”.
Ahora, en mi perfil de Facebook, porque acabo de cumplir 60 años, estoy publicando cada día sobre discos en los que participé. Normalmente no hago esto, pero es divertido volver y escuchar cosas que no he oído en 30 o 25 años. Es interesante y siento que ahora obtengo un poco de recompensa por el esfuerzo que siempre he puesto en hacer un buen trabajo. Siempre trato de ser profesional y de poner mi corazón en todo lo que hago.
Es fascinante escuchar tu perspectiva. Me imagino que haber estado en tantos proyectos te ha hecho rechazar otros tantos.
Exacto. Muchas veces he rechazado cosas porque simplemente no me gustaban lo suficiente. Así que, claro, puede parecer que estoy en muchas cosas, pero la realidad es que siempre he sido selectivo con lo que elijo hacer.
¿Te acordás del momento en que dijiste “me voy a dedicar a cantar”?
Sí, en cierto modo. Eso sucedió ya en los años ’80. Había una banda en Gotemburgo, que para mí era realmente profesional. Quería unirme a ellos y cantar con ellos. No había estado cantando por mucho tiempo; era solo un tipo que amaba la música. Recuerdo que traté de cantar algunas canciones de DEEP PURPLE para probar. Después de haber oído esas canciones durante años, un día me di cuenta de que podía hacer todos esos agudos y gritos. La gente me miraba como diciendo “¿Qué demonios?” Y yo pensé: “Wow, esto es genial. Realmente puedo hacerlo”. Fue un momento significativo para mí, y luego, por supuesto, todo terminó de cobrar forma cuando hice mi primer álbum en 1989 con SWEDISH EROTICA. Fue como el punto de partida donde realmente empecé a tomar en serio mi carrera, me mudé a Estocolmo en 1990 y comencé a trabajar con TREAT y grabé el álbum con ellos (Ndr. El disco autotitulado de 1992). Ahí es donde realmente comenzó todo.
Me da curiosidad cómo es que te contactan para ser parte de un proyecto ¿Lo hacen vía tu manager o personalmente?
Justo con Adrian fue diferente. Me escribió un correo electrónico a finales de 2020, después de que había hecho el álbum con Ronnie Romero (Ndr. disco autotitulado de 2020) y ya no estaban trabajando juntos. Esa fue la razón por la que se puso en contacto conmigo. Fue fácil, y después de eso estuve en contacto con su mánager también, porque hicimos algunas sesiones de fotos y debíamos encontrarnos para hacerlas. A veces es un poco más formal. Hace cuatro o cinco semanas me contactó una banda que necesitaba que fuera a hacer una audición. Normalmente es su mánager quien te contacta cuando son bandas grandes. Esta vez le dije que no, lo rechacé. Pero es diferente con cada artista.
¿Entonces te uniste VANDENBERG para el nuevo disco?
Recuerdo que comenzamos a trabajar en las canciones ya en 2021, pero como fue la pandemia, la compañía discográfica tenía otros artistas a los que necesitaba dar prioridad en cuanto a las fechas de lanzamiento. Eso nos hizo esperar un tiempo por lo que terminó siendo el año pasado la fecha de lanzamiento. Desde el principio, ya teníamos ideas de qué canciones queríamos escribir para el álbum. Hicimos algunos demos que nos gustaron y las revisamos con el baterista y el bajista. En definitiva hubo un tiempo desde el inicio hasta que finalmente se lanzó.
Hay varias canciones de WHITESNAKE en los sets que estás tocando ahora. ¿Disfrutás de cantarlas?
Sí, definitivamente. La primera vez que vi un concierto fue durante la gira de Stormbringer con DEEP PURPLE en 1975. Desde niño, escuché mucho a Ian Gillan en DEEP PURPLE y a Ronnie James Dio cuando cantaba con RAINBOW. También disfruté de los álbumes de WHITESNAKE, como por ejemplo 1987 y Slip of the Tongue. Siempre he tenido una conexión con esas canciones porque forman parte de mi vida. Comencé a cantar en mi primera banda en 1987 en Gotemburgo y ya tocábamos canciones como Here I Go Again y Is This Love porque eran populares en ese momento. Así que, para mí, es natural cantar esas canciones, ya que siempre han estado en mi mente y son parte de mi historia.
Entonces no hay ningún tipo de presión en eso…
No, para mí es pura alegría. Es realmente divertido. Creo que sería diferente si David Coverdale estuviera de gira y tocando esas canciones. Le tengo mucho respeto, así que podría sentirme un poco extraño haciéndolo, pero como él no está en la ruta, siento que es más fácil para nosotros rendir homenaje a esas canciones y tocarlas. Adrian fue muy importante en el álbum “1987”, así que tenemos una conexión genuina con ese material.
Teniendo en cuenta que has estado involucrado en tantos proyectos ¿Hay algún artista o proyecto en particular con el que te gustaría trabajar?
Hay mucho que me gustaría explorar. Sin embargo, el mundo del hard rock puede ser algo limitado, y muchas personas en otros géneros quizás no conozcan mi trabajo. Hice un álbum hace unos años que suena como una mezcla entre GHOST y DAVID BOWIE, pero no se ha lanzado aún. Sería genial porque creo que la gente ni siquiera se daría cuenta de que soy yo, lo cual es emocionante. Admiro a artistas como LEONARD COHEN, SUPERTRAMP o RADIOHEAD. La lista de buena música y talento en este mundo es interminable. Me encantaría hacer más cosas en diferentes estilos.
Me gustaría preguntarte por tu participación en TRANS-SIBERIAN ORQUESTRA ¿Cómo fue la experiencia?
Ha sido fantástico. Tenés la oportunidad de tocar en grandes arenas cada noche, lo que es una experiencia increíble. Es una producción muy grande; si miras las ventas de entradas en los últimos veinticinco años, ves que bandas como GUNS N’ ROSES, COLDPLAY y TRANS-SIBERIAN ORCHESTRA son las que más entradas venden. Esto hace que sea un ambiente muy interesante, ya que es completamente diferente de lo que normalmente hago. En estos contextos, la profesionalidad y la puntualidad son cruciales; debés seguir el guión y cumplir con tu papel, dado que hay muchas personas involucradas en la producción.
¿Cuántas personas participan en una gira de este tipo?
En cada gira hay alrededor de 130 personas, y eso suma más de 250 en total. Mi papel era cantar un par de canciones, así que prácticamente sólo tenía un momento de cuatro minutos para dar lo mejor de mí. Hacía coros y apoyaba a Jeff Scott Soto en algunas canciones. Sin embargo el trabajo abarca mucho más que solo cantar. Por ejemplo, tenés que dar 50-52 shows en siete semanas, y aunque es una experiencia valiosa, es un poco raro hacerlo de la misma manera cada noche.
¿Te gustaría realizar una gira de este tipo a largo plazo?
La verdad, no creo que pudiera hacerlo durante 15 años. Sería demasiado tiempo alejado de mi familia, especialmente ahora que tengo hijos. Lo que me impulsa a hacer música es la interacción en el escenario. Me encanta la idea de subirme y no saber exactamente qué va a pasar. Cada público es diferente y la conexión es lo que más disfruto. Eso me mantiene vivo.
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