El 20 de Junio fue la fecha elegida para este festival internacional que traería a 3 bandas de renombrada trayectoria aunque muy dispares en su propuesta. Thrash, Power y Heavy se unían bajo un mismo estandarte en una noche de festejos.
El 20 de Junio fue la fecha elegida para este festival internacional que traería a 3 bandas de renombrada trayectoria aunque muy dispares en su propuesta. Thrash, Power y Heavy se unían bajo un mismo estandarte en una noche de festejos.
La velada comenzó a eso de las 15hs con una serie de bandas nacionales que, según pude averiguar puesto que me fue imposible llegar tan temprano, calentaron el ambiente de manera propicia para el plato fuerte del día que comenzaría, entrada la tarde, con HIRAX como primera propuesta internacional.
Era más que intuíble, por más que uno no conociera a la banda (este era mi caso), que la propuesta venía del lado del Thrash/Speed metal. Bastaba con observar con un mínimo detenimiento el entorno para divisar cientos de camperas de jean con las mangas cortadas, exhibiendo una infinidad de parches en los que se leía TESTAMENT, SODOM, KREATOR, FORBIDDEN, METALLICA, MEGADETH y tantos otros grandes del género.
Entre platillos y un humo azulino, que de a poco se extendía hacia todo el escenario, los palillos en cruz de Jorge Iacobellis se hicieron visibles mientras la tenue melodía de un piano se dejaba oír tímidamente. De repente, Steve y Lance Harrison, rompieron esa tranquilidad desesperante con los acelerados riffs y el sonido bien crudo propio del género, desplegando la alfombra roja para que el excéntrico Katon W. De Pena, con una mirada esquizoide y demente, apareciera en escena de un salto dispuesto a interpretar el primer tema del setlist que sería “Lucifer´s Inferno”. Así es que HIRAX arranca su setlist repartiendo Thrash verdadero por doquier, arrasando con todo lo que tenía por delante, haciendo agitar a la masa presente que, enardecida y alterada por la emoción de lo que estaban viviendo, iba gestando lentamente un pogo que acompañaría a la banda durante toda su presentación. La lista de temas nos llevó por “Hostile Territory”, “Destroy”, “Kill Switch”, “Bombs Of Death” y “Hate, Fear And Power” para finalmente prometer una vuelta a nuestro país durante el 2012 y tras de un fondo blanco de cerveza en honor al público, “Assasins Of War” terminó de arrebatarnos los tímpanos cerrando la presentación de los veteranos de California.
Luego seguiría el turno de RAGE quienes, en mi opinión, debían haber cerrado el festival puesto que eran el plato más fuerte y suculento de la velada. La banda se presentaba por segunda vez, en Buenos Aires, tras un largo intervalo luego de sus predecesores. Con algunos inconvenientes en el sonido durante los primeros minutos del show, RAGE comenzó su presentación con “Edge Of Darkness” y prosiguió con todos temas de sus trabajos más recientes. El Teatro estaba ahora mucho más lleno que hacía cuarenta minutos atrás y la agitación, el sudor, y el pogo tomaron un protagonismo mucho mayor y se incrementaba notablemente con “Soundchaser”. “Hunter & Prey” siguó la lista tras un “¿Gustan cantar con nosotros?” de Wagner en tono de burla. Sin embargo, la invitación fue aceptada y todo los presentes corearon a más no poder el estribillo del tema. Luego siguieron “Into The Light” y “Drop Dead” para, posteriormente, dar paso a la extraña “Empty Hollow”, que se vería seguida de la magnífica “Set This World On Fire”. Aquí fue el punto de inflexión del show de RAGE que venía dando muy buen resultado, destilando adrenalina y pasión desde y hacia el escenario. Era el momento de probar si realmente el público podía dar un poco más y ¿de que manera lo lograrían? Pues nada menos que con la vertiginosa “War Of Worlds” que llevó al público al borde mismo de la locura. Lógicamente ahora había que bajar las revoluciones y de eso se encargó el ruso Victor Smolski, quién resultaría, al final, aun más aclamado que el propio Wagner. Con un estilo envidiable y una precisión de relojería, el guitarrista se despachó con un solo que tiñó la noche de progresividad y experimentalidad, paseándose por diversas técnicas y estilos, todo ejecutado con un virtuosismo envidiable que desembocó en “Higher Than The Sky”. Lamentablemente el cierre de la presentación se nos venía encima y la noche había escaseado en clásicos y temas de la vieja época de RAGE. Y así fue, llegó la hora de cerrar el telón y el tema que se encargó de hacerlo fue “Carved In Stone”. Un show con mucha energía y fuerza que cumplió con las expectativas de mucho pero, en mi opinión, quedó en falta con los más viejos seguidores de la banda. Es cierto que luego de una trayectoria tan larga es difícil armar el setlist pero ¿costaba mucho incluir un par de temas de sus primeros años? Ojalá para la próxima.
Difícil era la tarea para VIRGIN STEELE luego de semejante despliegue. Pero bueno, sabemos que Defeis es un gran frontman y vocalista y seguramente se cargaría el show a cuestas. Así es que la banda salió al escenario (en una versión modificada ya que su guitarrista, Edward Pursino, no pudo estar presente y fue reemplazado por el bajista Joshua Block, y sumaron a la formación la presencia de una tecladista invitada) y Defeis, enfundado en un chaleco de leopardo abierto, comenzó a cantar las estrofas de “By The Hammer Of Zeus (And The Wrecking Ball Of Thor)” que sirvió de cebador para un público que había quedado paralizado luego de la presentación de RAGE. Sinceramente, la falta de Pursino era realmente notoria. La banda estaba incompleta, y le faltaba una parte vital. VIRGIN STEELE se había presentado el año pasado acá y la dupla De Feis – Pursino era adrenalina pura en el escenario y, para quienes habíamos presenciado aquel show, esto se extrañaba. Por otro lado, la falta de bajista obligó al sonidista a tirar la ecualización para el lado de los graves y, en mi opinión, se le fue un poco la mano. En el afán de llenar los espacios correspondientes a las frecuencias bajas, el sonido terminó opacando la voz de De Feis generando una sensación de “bola de ruido” que terminaron por quitarle brillo y protagonismo a un gran show.
Pero esto no sería un problema para ellos y, acto seguido, continuando con el objetivo de presentar su último trabajo, la banda se despachó con “Inmortal I Stand (The Birth Of Adam)” y el heavy metal épico que predica esta agrupación se instaló definitivamente en el recinto. De Feis es sobre el escenario el comandante de un ejército prusiano dispuesto a guiar a sus huestes hacia la victoria total, arrasando con cualquier masa que se le interponga. Sin errar uno solo de sus tremendos agudos, acariciando el aire con melodías devastadoras y arremetiendo contra el público con su mirada cuasi psicótica, el vocalista continuó el repertorio haciendo “Go All The Way Tonight” de su segundo disco Guardians of the Flame. Sin embargo, el público estaba ávido de alguno de los clásicos que todos conocemos, alguna de esas obras de los estadounidenses que se pudiera corear de principio a fin. Entonces llegó el momento de “Don´t Say Goodbye Tonight”, que pasó fugazmente por el setlist para retornar rápidamente al presente e interpretar el tema que da nombre a su último trabajo, “The Black Light Bacchanalia (The Age That Is To Come)” y que deja bien claro que VIRGIN STEELE tiene mucho más por dar y que sigue generando grandes clásicos a medida que pasa el tiempo. De todas maneras, por muy bueno que sea el último trabajo, los presentes aún queríamos una inyección de adrenalina que viniera de la mano de alguna de aquellas glorias del pasado. Y así fue que tuvimos nuestro momento cuando, desde la hoja blanca pegada entre los retornos del escenario, se dejaron ver los grandes “Defiance”, “Victory is mine”, “Emalaith”, “The Burning Of Rome” y “Veni, Vidi, Vinci” mostrando un Defeis erguido como un héroe griego empuñando su espada y alzándola en alto antes de dar paso al tema final de un show que pudo haber sido mucho más pero que igualmente los deja una vez más “Invictus” frente a sus seguidores.
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