LANDMVRKS – The darkest place I’ve ever been

Ante tanto resurgimiento de géneros como el nu metal o el death metal melódico —que han vuelto con discos que no son para nada novedosos, pero que en cierta forma revitalizan a su manera cada estilo—, noto con bastante tristeza que el metalcore moderno y más puro está entrando en un estado de decadencia, si se quiere, con los discos recientes de ARCHITECTS y VOID OF VISION demostrando ser bastante mediocres para las expectativas generadas. Esto me hace preguntar: ¿dónde se sitúa realmente el metalcore moderno hoy por hoy? Y en medio de esta incertidumbre, apareció LANDMVRKS, presentando su tercer álbum, The Darkest Place I’ve Ever Been, un lanzamiento que podría ser, o bien una bocanada de aire fresco o, lamentablemente, el último aliento de un género malherido.
Cabe destacar, por otro lado, que se trata de un álbum que amplía la contribución de Francia a la música extrema, que va mucho más allá de solo GOJIRA —algo que, espero, el mundo ya debería haber notado.

The Darkest Place I’ve Ever Been, disponible desde hace varias semanas a través de Arising Empire, es una síntesis cruda de lo que la banda marsellesa busca expresar: un álbum conceptual que explora el abismo de los males de la humanidad a través de la espiral descendente que conduce al interior de nuestro ser, el lugar donde a menudo se encuentran las causas fundamentales de esta malaria.
Es un concepto bastante abordado por muchos artistas pospandemia, en tiempos donde la conciencia sobre la salud mental ha cobrado creciente importancia. Por eso, letra a letra, se nota que no intentan esconder sus luchas detrás de una producción excesivamente trabajada, sino que, simplemente desbordan emoción, especialmente en el registro del dolor en la voz del líder Flo Salfati, que se quiebra al cantar: “De todos los lugares que he visto / y todos los monstruos en mis sueños / se siente como el lugar más oscuro en el que he estado”. Ahí es cuando se hace evidente que representan algo crudo y real. Es entonces cuando uno se da cuenta de que, más allá de la exploración del status quo actual del metalcore, emerge un grito desgarrador, y el disco se convierte no solo en una catarsis, sino en una recuperación del poder.

Siendo fan de la banda, es innegable la reminiscencia con LINKIN PARK en el uso de programaciones electrónicas y voces rapeadas que luego se transmutan en agudos gritos. Esto resulta particularmente agradable, porque muchas canciones podrían ser, tranquilamente, una versión moderna de la banda que supo liderar Chester Bennington, especialmente al escuchar por primera vez las dos canciones que abren el disco, algo que se potencia en Blood Red y The Great Unknown. Por su parte, A Line in the Dust cuenta con la participación de Mat Welsh, de WHILE SHE SLEEPS, quien aporta lo mejor de ambas bandas en una rara pieza Emo donde los dos vocalistas sacan a relucir la chapa de su poderío vocal. Pero hay joyas que se alejan de esta línea: Sulfur mezcla, de forma extrañamente agradable, la voz melódica del post-hardcore con momentos más punk y algunos samples de scratches que usualmente no se combinarían satisfactoriamente. Luego aparece la pieza de rapcore Sombre 16, bien digna de una competencia de freestyle, y el tenue cierre con Funeral, una canción a puro piano y emoción que refuerza el concepto inicial de la herida abierta y el dolor.

En conclusión, nos encontramos frente a un álbum que, si bien no sentará nuevas bases definitorias para el género del metalcore, sí contribuirá de manera significativa a revitalizarlo y a expandir el espectro sonoro que ofrece. Esto permitirá una puesta en escena mucho más rica y variada, donde la versatilidad vocal de Flo Salfati se erige como un verdadero referente, demostrando su maestría en cada registro. Personalmente, y aunque reconozco la influencia de mis preferencias personales, no dudaría en señalar a LANDMVRKS como los nuevos héroes del metalcore, incluso por encima de nombres tan establecidos como BRING ME THE HORIZON. Esta opinión, admito, está bastante influenciada por mi menor afinidad hacia la banda británica, pero sí creo que LANDMVRKS presenta una frescura y una energía que los proyecta como una fuerza renovadora dentro del panorama actual del género.