A juzgar por lo que viene pasando las últimas ocasiones, el público más ortodoxo sigue sin perdonarle a los ingleses el coqueteo con el pop rock a lo DEPECHE MODE que realizaron en los noventa. Esta parece ser la única explicación para que una banda con clásicos del género doom gótico (tal vez Draconian Times sea EL CLÁSICO) y con un gran presente, el excelente Tragic Idol, deba conformarse con llenar un recinto como The Roxy en que ingresan alrededor de cuatrocientas ciencuenta personas.
En este contexto, una densa y oscura introducción dio inicio al show con Widow (Icon, 1993), un interesante y pesado inicio con la vista hacia el pasado, que enseguida viajaría al presente con la atrapante densidad de Honesty In Death, uno de los grandes temas de su último trabajo que, paradójica o lógicamente, podría haber sido parte del pasado de los doombetas ingleses.
A esta altura el calor comenzaba a hacer efecto y el sonido intentaba acomodarse todavía sin éxito cuando Erased trajo la faceta mas accesible de PARADISE LOST, curiosamente muy festejada. El melancólico Enchantment del obligatorio Draconian Times mostró toda la habilidad de Greg Macintosh para recrear la herencia Sabbathica, mientas que la sorpresiva So Courageous de One Second mostró la deuda generada en los noventa a DEPECHE MODE y a los popes de la New Wave.
In This We Dwell una definida por una casi balada gótica por Nick Holmes fue otro de los temas de Tragic Idol que sonaron con contundencia. Continuó con Praise Lamented Shade del semi nuevo In Requiem, que volvería a sonar junto antes de los bises con The Enemy mostrando la contundencia del tandem Steve Edmonson – Adrian Erlandsson en bajo y batería respectivamente. A esta altura mientras el empapado Holmes, hacía jodas sobre el aire acondicionado y medio en chiste – medio en serio nombraba a este show como el más caliente de toda la gira, dos temas del iniciático Shades Of God, las consecuentes con la densidad del ambiente Pity the Sadness, As I Die desembocaron en la climática One Second y la intensa Tragic Idol que cerró el instante pre bises con la ya mencionada The Enemy.
El inicio del final vino con un repaso por todos las épocas: Embers Fire, Fear of Impending Hell tal vez un futuro clásico de Tragic Idol, Faith Divides Us – Death Unites Us del disco homónimo de hace unos años para cerrar definitivamente con Say Just Words en donde por primera vez se escuchó a la banda sonar en su plenitud, en especial la viola de Aaron Aedy injustamente castigada por las perillas.
El cierre fue con un breve saludo y la promesa de vuelta. Esperemos que sea en invierno para que el calor solo caliente nuestros corazones.
Texto: Carlos Noro
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