Fecha: Sábado 9 de diciembre | Lugar: Centro Cultural Bula | Ciudad: C.A.B.A. | Hora: 18:30 hs.| Bandas Invitadas: STEELBALLS, INNERFORCE, HESS & POWER AND GLORY
Para muchos el heavy metal tuvo su época de oro en los ochenta, generando infinidad de bandas que hoy son clásicos indiscutibles con miles de fanáticos que se acercan, muchas veces, a tratar de vivir lo que no vivieron: la época en la que la música pesada reinaba el mundo.
Seguramente, por cuestiones de edad, los canadienses de RIOT CITY tuvieron el acercamiento a esa época como cualquiera de nosotros: escuchando los discos, mirando videos y viendo cada uno de esos clásicos en vivo y en directo. Mientras algunos elegimos el periodismo, la fotografía o simplemente el lugar de oyentes; otros decidieron armar una banda que tuviera la impronta y la juventud de esos años. Ese es el objetivo de R.C.; hacer heavy metal en el sentido más simple y literal de un término que cualquiera de los que estuvo en el Club Cultural Bula conoce a la perfección y que muchos llaman la New Wave Of Traditional Heavy Metal (N.W.O.T.H.M.) para darle un encuadre en un subgénero determinado.
Con solamente dos discos editados (“Burn the Night” de 2019 y “Electric Elite” de 2022), la idea de los muchachos fue, desde el minuto cero, mostrar la energía y las ganas de una banda que tiene la ambición de crecer y vivir el sueño de estrella de rock, pero con una cercanía directa con su público. Con relación a esto último, es bueno rescatar el buen gesto de que antes de salir a tocar los músicos dieran vuelta por el lugar, dispuestos a charlar un rato, sacarse una foto y firmar algún disco; una cuestión poco frecuente, pero que seguramente dejó un lindo recuerdo para los que se acercaron a intercambiar algunas palabras con ellos.
Sin muchos más preparativos que ir y tocar, el inicio de la noche fue para “The Hunter” una canción que puso en claro que en vivo, las canciones de R.C. son aún más veloces y crudas que en el disco, sostenidas por un gran trabajo de la banda en su totalidad para sostener la velocidad y los climas (especialmente en canciones como estas donde hay un pequeño rebaje antes del solo para volver a acelerar). “Steel Rider” fue la confirmación de que el quinteto no tiene problemas en acelerar a fondo su interpretación generando una atmósfera tan vertiginosa que encuentra la denominación speed metal como la mejor manera de adjetivarla. Si a esto le sumamos los impecables trabajos de guitarras de Cale Savy (quien hasta el 2019 fue también el vocalista de la banda y grabó las voces para el primer disco) y Roldan Reimer, en canciones como “Beyond the Stars” o “329” donde las guitarras gemelas fueron protagonistas armonizando en distintos momentos de las canciones; el resultado es que a la inconfundible referencia a la N.W.O.B.H.M.; los canadienses logran adherir su propia impronta, sin ser jamás una copia de nadie principalmente porque sus canciones tienen un inconfundible peso propio.
Mucha de esta carga de originalidad tiene que ver con como Jordan Jacobs maneja las voces. Con un tono agudo propio de escuela del primer Geoff Tate y con elementos de Rob Halford, Eric Adams y cualquier otro cantante que cante hiperagudo; el nivel de energía y buena onda que impuso en el escenario, fue contagioso desde el minuto cero. Acercándose permanentemente al público para chocar las manos, invitando a que coreen algún segmento de alguna canción o haciendo algún gesto cómplice; no es exagerado decir que cantó cada tema como si fueran los últimos que iba a cantar en su vida. Aceptando incluso los desafíos que propone la música de R.C. (“Este tema es dificilísimo, vamos a ver como nos sale”, dijo para presentar “Warrior Of Time”) en canciones como “Eye Of The Jaguar”, “Tyrant”, “Ghost Of Reality” o en la marchosa y ganchera “Paris Nights” demostró que es un cantante que puede ser rabioso, melódico o enérgico según las necesidades de las canciones; situándose a la altura de una banda que no dudó en poner el pie en el acelerador en casi cada momento del set.
En este punto, los integrantes restantes, Dustin Smith en el bajo y, en especial, Jake Gracie en batería; supieron sostener rítmicamente el trabajo de violas y voces con un despliegue a la altura de las circunstancias y necesario para que el grupo pudiera mostrar sus virtudes.
Con un sonido aceptable (con el nivel de suciedad necesario para que la banda suene más rabiosa) y un público muy participativo a la hora de cantar las canciones, luego de más de una hora de show donde la banda no dio tregua en cuanto a despliegue sonoro; el cover de “See You in Hell” de los legendarios GRIM REAPER (banda de culto de la N.W.O.B.H.M.) cerró un show que dejó claro el amor incondicional de los canadienses por el heavy metal y su habilidad para hacer canciones en las que ese amor se percibe.
Gran debut y vuelta asegurada. Nos vemos pronto.