Año: 2025 | País: Alemania | Género: Thrash Metal | Sello: Metal Blade Records | Lemmymómetro: ♠♠♠♠♠♠♠ (7/10)
A finales de junio, SODOM lanzará The Arsonist, el decimoséptimo álbum en su haber. Este nuevo trabajo de los pioneros alemanes del thrash metal se destaca por la búsqueda de autenticidad frente al paso del tiempo y las exigencias de la industria. Estas, a menudo, recurren a múltiples recursos tecnológicos que no son del agrado del querido Tom Angelripper, bajo y voz de SODOM. Así lo han mencionado en la nota de prensa del lanzamiento y en algunas entrevistas, reforzando la idea de que no precisan filtros ni artificios tecnológicos para sonar demoledores. A diferencia del metal estadounidense, el sonido de las bandas en Alemania no estuvo tan influenciado por el hardcore punk, sino más bien por la NWOBHM y el black/death metal; la mayoría de los grupos de esta escena tomaron como mayor influencia a bandas como ACCEPT, MOTORHEAD, JUDAS PRIEST y, en el caso del thrash, particularmente, de VENOM y SLAYER, que marcaron un cambio hacia un sonido más crudo y no tan melódico, pero con una atmósfera bien oscura y caótica. Otra cosa que destaca del presente disco, es que los cuatro miembros de la banda; Frank Blackfire Gosdzik y York Segatz ambos en guitarra y Toni Merkel en batería, además del mencionado Tom Angelripper, han colaborado en la creación de las canciones, aportando cada uno su toque personal. El mismo líder de la banda, ha comentado que “Frank trae esos riffs y ganchos característicos de SODOM, mientras que York se inclina hacia un estilo más épico. Toni, que también toca muy bien la guitarra, ha sumado varias composiciones que le dan aún más versatilidad al álbum”.
Habiendo recorrido el disco en su totalidad, no quedan dudas que SODOM suena como una máquina de guerra revitalizada, que está consciente de su legado, pero sin quedarse atrapada en él. Las letras son elementos que, posiblemente en este género, siempre pasan desapercibidas por sobre la destreza del vocalista para ejecutarlas, sobre todo porque el thrash suele ser sinónimo de frenesí y descontrol, pero para The Arsonist, el grupo se adentra de lleno en terrenos crudos y conocidos: la guerra, la locura humana y la decadencia espiritual. Trigger Discipline, por ejemplo, relata la historia de un francotirador que se descontrola y comienza a matar indiscriminadamente, lo cual es perturbador y aniquilador, aunque quizás no se transmita esa vibra en la canción. Mientras tanto, Obliteration of the Aeons trae consigo puro caos con mensajes cósmicos y Scavenger, un hitazo en forma del ácido relato del disfrute de un carroñero al ritmo de un thrash no tan macabro como debería serlo. Sin embargo, lo asombroso es cómo, a lo largo de los trece temas, la banda logra mantener esa intensidad apocalíptica que ya se siente desde el primer vistazo a la portada, con ese momento nostálgico en medio de una guerra y la destrucción. Sin embargo, el paso de los años se hace más evidente en la interpretación vocal de Angelripper, donde su estilo clásico parece haber perdido algo de agresividad, pero en contraposición, va ganando en expresividad.
The Arsonist, de alguna forma, es el resultado de un proceso de reconstrucción que pareciera haber arrancado en la era post pandemia con la salida de Genesis XIX. Este disco es simplemente uno con aires bien apocalípticos y sin ningún tipo de concesiones, trucos, u objetivos comerciales. Es solo una banda que, a 40 años de encender su primera chispa, aún sabe cómo hacer que todo arda. En un mundo donde se busca la perfección y la refinación constante, personalmente me suele pasar que muchas bandas, sobre todo las enmarcadas dentro del thrash y el death, que pueden hacer o rehacer el mismo disco una y otra vez, y para mi está bien, siempre hablando desde el lado de vista sonoro. Sin embargo, más que una producción pulida y precisa, este disco no es más que otro lanzamiento incendiario de SODOM, uno muy bueno, aunque no creo que sea trascendental para los teutones o para quienes escuchen por primera vez la banda.