SOEN en vivo en Argentina: “Emotividad, pesadez, contrastes y poesía”


 

Fecha: Viernes 12 de abril de 2024 Lugar: El Teatro Ciudad: C.A.B.A. Hora: 20:00 hs.Bandas invitadas: SHAMAT

 

SOEN no es una banda convencional y eso tal vez sea su mejor virtud, principalmente porque detrás de sus canciones (que hasta el inmensoLotustenían una clara referencia sonora en TOOL) hay una pretensión poética, que va más allá del simple objetivo de que sean escuchadas. Tal vez por eso también, el grupo comenzó su show (su segunda visita a la Argentina que los trasladó de Uniclub a un Teatro Flores con una convocatoria más que aceptable) con un recitado grabado de “Do not go gentle into that good night” el poema que el galés Dylan Thomas (un verdadero ejemplo del poeta que vivió rápido y murió joven entre excesos) escribió en conmemoración a la muerte de su padre con frases como “Y tú, padre mío, allí en alta tristeza, / Maldice, bendíceme con tus lágrimas, todavía. / No entres dócilmente en esa noche quieta / Brama contra la agonía de la luz e impreca” en clara alusión a no dejarse vencer ni aun por la muerte. Tal vez de eso se trata, simbólicamente, la música de SOEN, de no dejarse vencer, de sobrevivir a pesar de todo.

Es claro que la trilogía “Lotus” (2019) “Imperial” (2021) y “Memorial” (2023) es la que sostiene esta segunda vida de SOEN, algo que la banda entiende a la perfección y traslada a un set en donde estos tres discos son los protagonistas excluyentes, sin por ello dejar de lado sutiles referencias a sus discos anteriores

De esta manera “Sincere” y “Martyrs” comenzaron un show que se caracterizó por la prolijidad y el manejo de los tiempos en cuanto a la ejecución. En este punto, Joel Ekelöf se mostró desde el comienzo como alguien preocupado porque cada nota de su garganta caiga en el lugar exacto, más allá de que su idea no fue, en ningún momento, reproducir al cien por ciento lo grabado en los discos. Con la curiosidad de que hubo momentos en que leyó en un telepronter las letras de las canciones, lo que generó cierto corte al clima general del show; en canciones como la segunda mencionada, encontró el punto exacto entre pesadez y melodía lo que es su característica más definitoria. Más tarde, momentos como “Memorial” y “Unbreakable” sonaron increíbles sostenidas en su caudal vocal y su capacidad interpretativa, capaz de pasar por momentos melódicos, atmosféricos y heavys sin problemas

Un sonido cristalino, pero al que le faltó algo de volumen, sirvió para dar cuenta de las virtudes de una banda que, por sobre todas las cosas, lleva su composición hacia el lado de las canciones. En este contexto, si bien el uruguayo Martín López es capaz de tocar ritmos intrincados y extremos sin problemas, aquí resigna pericia en pos de lograr la cohesión de la propuesta. En canciones como “Monarch” donde debió sostener el machaque con el doble bombo para luego pasar a momentos más emotivos, “Lotus” donde lo climático ganó protagonismo, la sensación es que aportó un golpe justo, preciso y sin búsqueda de protagonismo. Incluso en las tres canciones que sonaron de la época pre “Lotus” (“Ideate” ySaviadel disco “Cognitive” y “Jinn” de “Lykaia”) mostró su faceta percusiva sin exagerar. Claramente, el objetivo fue que las canciones estuvieran amalgamadas con la nueva época sonora de la banda, algo que se logró con creces. Si bien las tres tienen un aire a TOOL bien característico, la primera brilló por su carácter disruptivo (los músicos sentados construyendo la atmósfera volada de la canción) mientras que la segunda y la tercera incluyeron momentos sonoros que evidenciaron que la ruptura musical de esta nueva etapa de la banda, tiene un origen evidente insinuado, sutilmente, en los primeros discos.

La certeza de que el show fue creciendo en intensidad y emotividad quedó clara a partir de qué canciones como “Illusion” y “Modesty” se hicieron presentes. Más allá de que toda la banda encontró un sonido perfecto en esta última parte (incluso permitiendo el lucimiento de Oleksii ‘Zlatoyar’ Kobel en bajo), claramente estas dos canciones sirvieron para agigantar las figuras del guitarrista Cody Lee Ford y de Lars Enok Åhlund encargado de la guitarra y los teclados en distintos momentos del show. El primero, claramente fue el encargado de darle la melodía y emotividad a las canciones, algo que logró con creces incorporando, sin ruborizarse, yeites deudores de David Gilmour como en la primera de las dos mencionadas. El segundo, fue el verdadero comodín de la banda sumando teclados, coros y fundamentalmente aportando el sonido más pesado y distorsionado a las canciones. La bellísima letra de la primera canción (¿Nos preocupamos lo suficiente como para ayudar a nuestro hermano? /¿Nos preocupamos lo suficiente como para detener el daño? / Con cada paso que damos, nos alejamos más / De todo lo que necesitamos para alcanzar la armonía) construyó uno de los mejores momentos de la noche, principalmente porque dio cuenta de la capacidad de la banda para emocionar desde la música y las letras

Un público participativo y enganchado cantó cada estrofa de “Lotus”, otra deudora del PINK FLOYD más épico. “Nos han engañado haciéndonos creer que todo comienza y termina dentro de nuestras paredes /Reunirse alrededor /Manteniendo cerca a tus hijos e hijas/ Promételes que todos estaremos bien /Hazles saber que los amas a todos/Habla contigo mismo /Deja que tu esencia sea la respuesta /Mientras perseguimos el significado de quiénes somos”, repitió una y otra vez la canción en un momento bellísimo y emocionante para todos los presentes, dando cuenta de la potencia poética de la banda.

En este contexto con distintos niveles de pesadez “Antagonist”, “Lunacy” y “Violence” fueron las encargadas de cerrar el show. La primera con un intenso alegato anti guerra sonó bien pesada, sostenida en el groove moderno de su estructura, mientras que la segunda, yendo desde lo pesado a lo atmosférico, encontró un gran clima de contrastes en la voz de Joel Ekelöf. La ya mencionada “Violence” tuvo una épica versión llena de contrastes que cerró de manera oscuramente emotiva (“Forzándonos un amor odioso/ Me quitaste el orgullo de mi vida / Con un poco de violencia”) dejando a su vez, la sensación de que el set había ido, de a poco, aumentando en emotividad, pesadez y contrastes, la característica que hacen junto a su dimensión poética de SOEN una propuesta distinta. En esta segunda visita los afincados en Suecia, pero con un perfil multicultural, demostraron que su crecimiento en popularidad no es casualidad. Veremos qué caminos musicales exploran en el futuro. 

Texto: Carlos Noro
Fotos: Estanislao Aimar
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