El aullido encantador del lobo finlandés
El Teatro de Flores abría nuevamente sus puertas, como suele suceder, desde bien temprano. Esta vez, llamó poderosamente la atención, cómo muchos jóvenes fans de la banda principal, decidieron acercarse a primeras horas. Seguramente, para conseguir un cómodo lugar acorde a las circunstancias, sabiendo de que mucha gente se acercaría al evento; y por el otro, quizás por decantación, para hacerle “el aguante” a las bandas locales. Ya perdida la cuenta de la cantidad de veces que la banda finlandesa llegó a nuestro país, -con tranquilidad deben estar entre el top 10 de bandas con mayores visitas- SONATA ARCTICA probablemente también debe de estar batiendo otro récord, y es que, en menos de un año, llegaron nuevamente a la Argentina, pero esta vez, para presentar su más reciente álbum “Pariah’s Child”. Recordemos que su anterior visita fue el 22 de marzo del año pasado en el Teatro Vorterix.
Pero bueno, más allá de los antecedentes, en cercanía de las 19 hs. se haría presente sobre el escenario la banda de Campana (Buenos Aires), AFTERDREAMS, quienes dieron una apertura dignísima. Como muchos saben, la banda cuenta en su haber con dos discos de estudio, y probablemente, durante el transcurso del año editen un sucesor. Así fue, que se dedicaron a recorrer canciones fundamentalmente de su segunda placa “WildFire” (2012) y nos sorprendieron también con un clásico cover de la década del ’90 de origen alemán. Lógicamente estamos ante una banda bien melódica, de base traída del power metal, pero fusionada con un hard rock poco convencional. Probablemente dejan entrever que el estilo original de la banda migre hacia un estilo distinto, con lo cual, da la impresión de que el “tucu-taca-tucu-taca” propinado por el doble pedal viniendo desde el fondo, quizás en un futuro próximo sea historia, andá a saber.
No solo entendí que la banda está afianzada desde lo musical, sino que también se interesan por mostrar una imagen, lo cual es digno de destacar, e utilizan este lenguaje para describir su propuesta. En los momentos iniciales el sonido les jugó una leve mala pasada, pero esto por suerte lo sortearon con el correr del repertorio, donde prácticamente la segunda guitarra y el teclado eran poco perceptibles. Lamentablemente el solo de este último instrumento, en la primer canción, no se escuchó, pero así todo siguieron adelante. Bajo estos preceptos, de corrido sonaron después de una intro: “The Song Of Time” (nueva), “Make Me Free”, “Spellbound”, “Paradise” (nueva), “Eagle Fly Free” (cover de HELLOWEEN), “Ardiendo En Deseo” y “Mistery”. Debo destacar que el cover de los teutones sonó muy bien, situación poco fácil para los músicos, más aún cuando hablamos de una canción compleja para tocar. Por otro lado, solamente ejecutaron una sola canción en español en todo el repertorio. Si bien la banda integrada por Paulie Danger (voz), Bryan Blade (guitarra), Freddie Crazy (guitarra), Nicko Thunder (batería), Izzy Snake (bajo) y Gabe Infinity (teclado), compone la mayoría de las canciones en lenguaje no nativo, les vendría bien también probar de cargar en un futuro el setlist con temas de nuestra lengua materna. Independientemente de esto, si esperabas una apertura acorde a las circunstancias, la de AFTERDREAMS superó esa premisa sin pestañar.
TWILIGHT sería la segunda banda en aterrizar sobre un Teatro de Flores ya bastante más cargado de público. Indistintamente a esto, la banda hizo caso omiso a probables presiones que puedan aparecer y realizar un set interesante. El mismo lo basaron en canciones propias y despistaron a más de uno realizando cover’s que poco tienen que ver con la propuesta heavy/power de la banda. Así es, que los provenientes de San Isidro (Buenos Aires), realizaron una interesante presentación, pareja desde todo sentido. Es importante destacar, que si bien estamos ante una banda venida desde el under, la vienen remando desde el 2001, con sendos Demos y EP’s editados, más dos discos de estudio. Con lo cual, si esperabas ver a una banda improvisada, olvidate. Los jóvenes tienen muy en claro lo que pretenden mostrar, y a la vez, sorprenden cortando en setlist con canciones modernas como “Nightmare” (AVENGED SEVENFOLD), y como postre, de cierre, una ajustada versión de “Cowboys From Hell” (PANTERA). De las propias sonaron: “Hard Rock”, “Shame On You”, “We Don’t Give A F**k”, “Nowhere To Hide” (nueva) y “Katrina”. Esta última, proveniente de su primer disco “The Time Has Come” (2007), y el resto, de su sucesor, “Still Gambling” (2009). Si bien la banda ha sufrido la ida de alguno de sus integrantes, al día de la fecha está compuesta por Alejandro Motta (batería), Mauro y Marcos Beneduce en guitarra y bajo respectivamente, Emiliano Felice (guitarra), Jonathan Socol (teclados) y Mariano Middleton en la voz líder. Dado los tiempos que correr, esperemos ver dentro de no mucho, un nuevo material recorriendo nuestros oídos.
Ya ante un extasiado público, fundamentalmente integrado por adolescentes, entre los cuales se intercalaban gente de otras edades, llegarían a realizar su cometido, los fineses de SONATA ARCTICA. Lo harían desde bien temprano, minutos después de las 21 hs. en un ya para entonces caldeado Teatro de Flores. Pero esta circunstancia poco iba a importar, ya que esta situación de calor y sudor se incrementaría progresivamente. El recital fue intenso, y duró alrededor de una hora y cuarenta y cinco minutos, lo que nos es poco, por sobre todo, cuando una banda se encuentra de gira presentando su más reciente producción, donde aparte también deben hacerse los espacios necesarios para ejecutar las canciones que les otorgaron la jerarquía que hoy validan.
Pero en lo que fue el show y ya adentrándonos en el mismo, debemos decir que fue un recital muy prolijo, de buen sonido de punta a punta, seguramente con las mejoras básicas que implica el mismo en su desarrollo, pero de fieles convicciones, como la banda misma. SONATA es un grupo que tiene sus merecidos pergaminos y a la vista está de la cantidad de gente que los sigue. Después de haber atravesado una intro, la banda se despachó con un setlist que invocaba justamente a su última placa, la cual fue promocionada a través del este World Tour, invocando también a viejas proezas que los llevaron al estrellato.
La banda es clara y uniforme. Aunque esa uniformidad no quita de que digamos que una guitarra más al grupo le vendría bien. El keytar operado por Henrik Klingenberg suple mucho de todo eso que debería ser traído a escena por otras seis cuerdas, no es lo mismo, pero es su estilo, su marca registrada. Así todo, la banda va al frente en todo momento y lo hace con su as de espadas, su cantante, Tony Kakko, quién no solo se dedica a cantar en buena forma como todos sabemos, sino que también, desparrama buena onda. El tipo nunca deja de sonreír, y hace chistes, bromea con el público, los hace corear y maneja muchos tiempos del show de modo muy hábil.
Por otro lado, su guitarrista Elias Viljanen hace mucho con las seis cuerdas y se banca todas las paradas. Nunca queda expuesto de mala manera y va al frente como nadie. Cualquier pequeño error que tenga se notaría mucho, ya que no hay nada que lo supla, salvo los solos de Henrik. También hay que destacar el trabajo de su baterista Tommy Portimo, quién redobla esfuerzo de la banda durante todo momento y marca el tiempo de mucho de lo que es la estructura del quinteto. Pasi Kauppinen es uno más y no se luce, cumple con lo justo, pero es uno de los más arengadores dentro de lo mostrado a modo escénico.
Ahora, si recurrimos a sus orígenes, la banda ya no es tan power como lo fue en sus inicios, con lo cual, en la actualidad, deja entrever una cuota melosa y de medios tiempos que en el pasado era casi inexistente. Evidentemente sus temáticas líricas, sus poesías, la fantasía y las canciones más emblemáticas, los han puesto a la vanguardia, pero nada que uno pueda percibir o sentir que nunca fue oído. Convengamos que si bien mantienen esa cuota de originalidad, mostrando un sello propio, no es nada que haya llegado a nuestro ambiente para marcar alguna diferencia, a pesar de la conmoción que puede generar sobre sus fanáticos seguidores.
Hubo un importante tributo a “Ecliptica”, el álbum emblemático cual los diera a conocer ante el mundo, del que realizaron varias canciones, probablemente por estar de aniversario. Pero bueno, al fin y al cabo de cuentas nos llevamos en el bolsillo un show entretenido y súper lúcido. Por si no recordás o no sabés que canciones sonaron, te dejo el setlist: “Preacher”/”Larger Than Life”, “The Wolves Die Young“, “8th Commandment”, “Black Sheep”, “What Did You Do In The War, Dad?”, “Losing My Insanity” (ARI KOIVUNEN cover), “Paid In Full”, “Blood”, “Letter To Dana”, “I Have A Right”, “X Marks The Spot”, “Love”, “FullMoon”, “UnOpened” y “San Sebastian”. Después de un mini descanso, cerraron finalmente con: “My Land”, “Replica” y “Don’t Say a Word”. Y como quién dice, probablemente fue un hasta luego, ya que el adiós, esta banda, en nuestro país, no lo conoce.
Texto: Hernán Mazón
Fotografía: Carlos Bobadilla
Agradecemos a Gabriela Sisti, responsable de prensa de NWM Productions, por la acreditación al evento.
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