SONS OF APOLLO en vivo en Argentina: “El arrase progresivo de los hijos de Apollo”


El arrase progresivo de los hijos de Apollo

Mike Portnoy es reconocido por sus dotes en la batería, siendo uno de los cerebros fundadores de las bandas más emblemáticas del Metal Progresivo en los últimos 20 años, me refiero ni más ni menos que a DREAM THEATER. Su obsesión por el control total y su inquietud como artista, lo llevó a tomar la decisión (cuestiones a parte) de abandonar el grupo en el 2010. Desde allí a esta parte, el genio barba azul, nos ha regalado infinidad proyectos, uno mejor que el otro, con el toque particular que lo caracteriza. Nada de lo que ha hecho hasta ahora tiene desperdicio, y para los que somos seguidores de su carrera, cada actividad que encara, es un sin fin de sensaciones, noticias y expectativas.

Sus primeros socios en esta etapa fueron Billy Shehaan y Derek Sherinian, con quienes formó ese corto pero virtuoso proyecto llamado “Portnoy Sherinian Macalpine and Sheehan”. Recordaremos también que Derek por su parte, fue antiguo compañero en DREAM THEATER, desde 1994 hasta 1999, con quien compartió “A Change Of Season” y Falling Into Infinity”, dos trabajos que contienen ese gusto que tiene Derek para generar climas y esa locura psicodélica al solear. En 2017, Portnoy y Sherinian deciden volver a unir fuerzas para formar nuevamente un batallón progresivo, pero muy contemporáneo en este caso, sumando a su amigo Sheehan y convocando a Ron Bumblefoot, y a Jeff Scott Soto quienes terminarían de darle forma a lo que hoy es SONS OF APOLLO, un nuevo súper proyecto, con todos los condimentos de metal, el hard, el progresivo y  toques modernos.

El martes 10 de abril, la banda llegaría a nuestras tierras para presentarse en Groove y METAL-DAZE se acerco hasta allí para liberar la curiosidad que nos traíamos. La cita era bastante temprana, acorde por el día en que se daba el evento. Al ingresar al lugar, quede muy sorprendido por la convocatoria, estaba muy lleno, y al transcurrir los minutos, no había espacios casi para moverse.

Los PRESTO VIVACE fueron los encargados de comenzar a cargar la noche, dando un set, que sinceramente demostró que es por lejos la mejor banda progresiva de Latinoamérica. Un show corto, clásico de banda telonera, pero que dejo a más de un presente boquiabierto. El maestro Pérez Schneider, quién por cierto, nos deleitó con un solo de bajo repleto de velocidad y precisión, junto a sus compañeros se llevaron todos los aplausos posibles, y al final del set muchísimas preguntas entre el público presente. Se acercaba la hora del show principal, movimientos previos en el escenario, y un stage que se encargaba de correr de aquí para allá probando los instrumentos, e inclusive armando el set de voz, algo que me sorprendió,  ya que este tipo de artistas suele traer un equipo a lo sumo algo más numeroso.

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Pasadas las 20:45 luces apagadas, comenzaba la intro de “God Of The Sun” canción que abre el álbum, mientras se proyectaba en la pantalla el nombre y logo de la banda. Ingresaron uno a uno los integrantes para en último lugar ingresar Jeff al grito de “BUENOS AIRESSSS”, explotando con el riff perfectamente ejecutado guitarra arriba de  Ron Thal destellando luces azules y rojas, para ovación de todo Groove. Pulgar arriba para Jeff Scott Soto llegando a cada una de las notas con comodidad total, el disco en vivo literalmente, y acompañado por Ron con quién varios nos llevamos una grata sorpresa con sus dotes vocales, un registro increíble, llegando a notas bien altas, asistiendo y amalgamándose con Jeff exquisitamente.

Recién comenzaba el show y el recinto explotaba, literalmente no cabía un alfiler, el sonido era impecable, ajustado desde el principio, todo a reloj, pero con impronta natural. Sin respiro sonaba “Sings Of The Time” una canción, con un clima muy especial llevado a cabo por el Sr. Mike Portnoy redoblando sus toms. El show ya era literal, y a flor de piel, Jeff se acercaba a Mike y demostrando total soltura en medio de la canción, lo saludaba… ¿Cómo estas Mike?, ¿y Tu Jeff?, para continuar como si nada, sin perder el hilo. Se podía observar al público sorprendido, con sonrisas dibujadas en sus rostros, sinceramente era increíble, estábamos en presencia de virtuosismos, simpleza y profesionalismo, todo en uno.

Momento de las teclas,  Derek Sherinian daba el punta pie con  “Figaro’s Whore”  intro que termina siendo el comienzo de “Divine Adiction”, tema super PURPLE, conducido por los teclados. Se lucía nuevamente en los coros Ron, asistido por Mike, todo súper orgánico, parecía que esta banda llevaba años compartiendo escenario. Continuaban las demostraciones de grandeza, Jeff tomaba una toalla y jugaba el torero con Ron sin que este deje de tocar ganando más y más aplausos. Billy Sheehan por su parte, fue otra atracción para los amantes de las bases, utilizando los dos mástiles de su bajo doble al mismo tiempo, o pasando de uno a otro dentro de una misma canción, línea o base. Su instrumento es una extensión de su cuerpo, y fue demostrado en el solo de bajo, ejecutado como solo el puede hacerlo. Lleno de esas escalas violentas, que se acentúan más, debido al característico sonido de su Yamaha Attitude III.

El show continuaba y  de pronto en las pantallas observamos una fusión, entre la tapa de “Falling Into Infinity” y la del disco de la banda “Psychotic Symphony”, ovación y locura del público, primer cover de la velada “Just Let Me Breath”, una gran perla de la noche, ya que no solo fue interpretada por el señor Jeff Scott Soto que aplica perfecto a la tonalidad de voz de Doug Pinnik (quién grabo la versión original), sino que nuevamente Ron Thal volvió a lucirse llevando su registro vocal al punto más alto, mientras Jeff  lo miraba y gesticulaba frente al publico sorprendido, por el talento de su compañero. A esta altura, todos los presentes estábamos hechos, no esperábamos más, estábamos completos, pero todo no  terminaba acá. El frontman, el más ovacionado hasta el momento de la noche, dejaba a más de un presente boquiabierto, realizando algo que sería….UN SOLO DE VOZ!?!?!?!?!?. SÍ, te lo afirmo. Se quedo solo arriba del escenario, y comenzó a loopear su voz de tal manera, que todo lograba armonizarse, y aplausos mediante, acompañado por Ron, interpretaban, una de las versiones más hermosas, opinión de quién escribe, del clásico de QUEEN “Save me”.

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Contando con semejante guitarrista el solo no podía faltar, y fue así que pidiendo palmas, Mr. Bumblefoot, volvía a sorprender a todos los presentes, con una adaptación de “The Song Of The Pink Panther” ,  junto a todos sus compañeros, dándole esos toques progresivos y volviendo a hacer estallar al público. Momento de otra perla, puños arriba de frente al público, luego de su solo lleno de climas universales, y toques setentosos, Derek daba punta pie para “Lines in the sand” otro track del “Falling Into Infinity”.  Ya no podíamos esperar más, el show estaba cocinado, ¿con que más nos podrían sorprender Los Hijos de Apolo? Y lo hicieron. Jeff se encargaba de señalar a un presente con la remera de VAN HALEN, para luego, borrarse del escenario y aparecer en la barra del lugar, para pedir un trago y comenzar a entonar el clásico “And the cradle will rock”, caminando entre el público, para generar los últimos suspiros y sonrisas. Sinceramente, Jeff  fue la atracción principal de la noche, lejos de los demás, aún siendo descollante su performance. Un cantante de gran voz, carismático, rockero y por sobre todo lleno de energía.

Hora de irnos a casa, la última sería I’m Coming home”, para dejar más que satisfechos a todos. En síntesis, podemos afirmar que presenciamos uno de los mejores shows del año sin lugar a dudas, demostrando que en este estilo musical, nada está escrito definitivamente y que lejos de ello, las paginas del libro de Los Hijos de Apolo, recién comienzan a escribirse.

Texto: Diego Villares

Fotografía: Maru Debiassi

Agradecemos a Marcela Scorca vía Icarus Music Argentina por la acreditación al evento.

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