TIMO TOLKKI en vivo en Argentina: 40 años en pocos minutos

Palermo fue testigo del regreso a nuestro país de uno de los padres del power metal clásico. Si bien HELLOWEEN está señalada como la precursora del género, es innegable el aporte de TIMO TOLKKI que, junto a su ex banda STRATOVARIUS, lleva más de cuarenta años en la escena. Precisamente, esas cuatro décadas, fueron el motivo de su visita al Liverpool bar, aunque festejando en solitario y con músicos locales. Recordemos que, en realidad, la llegada del finlandés estaba prevista para abril de este año en Club Cultural RE, pero por unos problemas graves de salud donde en algunas imágenes se lo pudo ver en silla de ruedas, tuvo que cancelar y reprogramar la gira latinoamericana, cosa que también genero el cambió de lugar, de Quilmes a Palermo, con un espacio mezclado entre mesas, barras y pista.

La jornada comenzó con TRUENO NEGRO. Los oriundos de Comodoro Rivadavia, a quienes lamentablemente no pudimos cubrir por problemas logísticos, dieron, según pude averiguar un show muy profesional y al hueso. Tal como comentaba un colega, dado el poco tiempo que tuvieron para su repertorio, eligieron temas bien precisos y poderosos para lograr los aplausos de los presentes.

Apenas pasadas las 20 horas, dio comienzo el show de JEZABEL. La banda liderada por Leandro Coronel, con más de 30 años en los escenarios, dio un espectáculo contundente y prolijo, repasando gran parte de su historia. Nuevamente, revalidaron que están en un muy buen nivel y que, pese a estar ante la exigencia de tocar, nada menos que en la antesala de uno de los mayores exponentes del género, no les tembló el pulso para hacer una performance excelente.

Minutos antes de comenzar su show, TIMO pasó caminando entre el público, saludando tímidamente, para esconderse tras bambalinas, siempre bajo el respeto y la admiración absoluta de quienes presenciaron el espectáculo y sin avasallarlo. Esto mismo lo destacamos tras la cobertura de THE DEVIL WEARS PRADA, donde todos los músicos tuvieron que hacer el mismo recorrido desde la puerta de entrada hasta el escenario, aunque en El Teatrito, pasando por entre el público y recibiendo nada más que aplausos y elogios. Así como podemos tener actitudes cuestionables, tenemos otras donde los códigos y el respeto prevalecen.

A la hora señalada, con un 80% del Liverpool bar completo, el puntapie inicial lo dio Hunting High and Low, clásico entre los clásicos, denotando el curso de lo que sería la noche. Un repertorio exclusivamente armado con éxitos de STRATOVARIUS. Los músicos que acompañaron al finlandés fueron Bruno Baulde en voz, Salvatore Cappelli en segunda guitarra y Nicolás Aguirre bajo, todos ellos miembros de TRUENO NEGRO, mientras que en la batería estuvo Coki Luiz (VALGATOR) y las teclas a cargo de Javier ovejero (ÓXIDO). Pasaron prácticamente sin descanso Paradise, y Speed of Light, la cual obtuvo una ovación especial dada la complejidad de la guitarra y la perfección de su ejecución. Una de las incógnitas de la noche, que resonaba entre todos, era como podría ser su desempeño con el instrumento, ya que no solo acarreaba problemas de salud sino que hay canciones que, por su tecnicismo y dificultad, podían ser complicados de plasmar luego de tantos años; sin embargo, logró llevar a cabo una performance impoluta y disipar así toda duda.

Hasta aquí, TIMO se mostró poco participativo con la gente, apenas alzando, a modo de triunfo, una lata de Quilmes y no mucho más. Sin embargo, esta apatía comenzó a mutar antes de Coming Home, donde tomó asiento, le robo por unos minutos el micrófono a Baulde, y agradeció a todos por la presencia y el aguante. Dicho esto, comenzó con la balada, que trajo consigo uno de los mejores momentos del cantante… que merece una mención aparte. Hay que estar en la piel de Kotipelto, quizás uno de los mayores referentes vocales que dio el power metal y cubrir semejante exigencia. No solo por lo que implica marcar los altísimos registros que piden las canciones, sino porque la gente acepte el cambio de formación sin emitir críticas. Eso mismo sucedió con Bruno Baulde quien, al cerrar el show, se llevó la mejor frase de uno del público a su casa “Loco, cantas de la puta madre” y que estalle en risas y reverencias al público.

Continuó el tren con Visions (Southern Cross) y Forever Free. Hacemos un parate en este último, porque TIMO invitó al escenario a una persona del público que, claramente, ya había tenido algún tipo de comunicación previa, y se calzó la guitarra de Cappelli para interpretar el tema del álbum Visions. Adicional a esto, hizo subir a una señorita también para que ocupe el lugar del micrófono y así dar comienzo al tema. Si bien todo era modo fiesta y alegría, la realidad es que se desvirtuó un poco la esencia del espectáculo, musicalmente hablando, ya que no todos están a la altura de poder reemplazar animales como los miembros originales. Fue divertido ver eso, pero con cierta decadencia musical.

Bajando un cambio, llegó Forever para el cual, nuevamente, invitó gente de abajo del escenario para que acompañen con las voces. Un momento muy emotivo que fundió a todos los presentes en un coro absoluto y dio paso a Eagleheart generando un delirio adicional entre la gente, todos coreando su estribillo enérgicamente.

Así llegamos al último tema. Si, último tema…solo nueve canciones interpretó, cosa que dejo con sabor a poco a la mayoría, ya que adujo que como al día siguiente debía viajar a Rosario y eran cuatro horas de colectivo, tenía que descansar. Si bien fue un hit tras otro, nueve temas son apenas 45 minutos, y entre charla y charla, superó apenas la hora de show, lo que generó cierto malestar. Hay que entender que quienes abonan una entrada con esos valores y reciben un espectáculo tan corto, quedan con cierto resentimiento. Dicho esto, la despedida vino de la mano de Black Diamond, donde los dos músicos más destacados aquí fueron Luiz y Ovejero. Tanto batería como teclados exigen, no solo velocidad sino tecnicismo, y ambos estuvieron a la altura de lo requerido. Diez puntos para ellos.

Este último tema fue ensamblado con el final de Destiny y así, entre aplausos, se despidió TOLKKI.  El arribo del guitarrista llegó bajo esta relativamente nueva ola de músicos que, alejados de las bandas que los llevaron a la fama, vienen a plasmar los temas que los hicieron conocidos, pero con músicos locales. Así como él, han pasado por los escenarios porteños FABIO LIONE (ex RHAPSODY), PAUL DI´ANNO (ex IRON MAIDEN), Edu Falaschi (ex ANGRA), el próximo arribo de ANETTE OLZON (Ex NIGHTWISH) y varios más. Esta clase de eventos tiene su componente emotivo, ya que revive clásicos con las voces o instrumentos originales, pero quitan cierto brillo por la ausencia del resto de los miembros, pese a que quienes los sustituyen son profesional en su ejecución. La verdad es que los músicos que acompañaron en esta velada tuvieron una performance prolija y sin desvíos, lo que deja a la vista que calidad nacional hay. Sin embargo, el formato de estos eventos no tiene aceptación completa por parte de los seguidores y eso se nota a la hora de llenar los recintos, por lo que productores deben optar por lugar chicos o bien promociones para lograr mayor concurrencia, como fue el caso del 2×1 que tuvo este evento los últimos días previos al show. Reitero que el formato no suele ser el más seductor y se lo vio en las funciones de los demás artistas que nos visitaron en recintos con escasa a mediana concurrencia. Pero además hay un plus y es la cantidad de bandas que llegan y la falta de poder adquisitivo para comprar entradas, lo que inevitablemente hace que la gente deba decidir a quién acompaña ahora y a quien ver, quizás, en un próximo encuentro.

Texto: Santiago Izaguirre

Foto: cortesía Paula Andersen 

Agradecemos a Heresy por la acreditación al evento. 

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