Fecha: Sábado 31 de agosto de 2024 | Hora: 23.59 hs. | Ciudad: Comodoro Rivadavia (Chubut) | Lugar: El Trahuil | Bandas invitadas: R.E.O. & TRUENO NEGRO
No suele suceder con frecuencia que dos bandas del porte de TREN LOCO & LÖRIHEN tengan la chance de visitar en conjunto una localidad “x” de la Patagonia Argentina. Claro, siempre hay algún loquito lindo que se mueve en carácter de productor aficionado al género del que nos encargamos de escribir por acá para que eso suceda, a pesar de las dificultades económicas en todo sentido a las cuales estamos siendo sometidos en nuestro bendito país desde hace varios años, y en estos momentos, más aún.
Mover una estructura de este tipo, no solo conlleva esfuerzos económicos, sino de mucho tiempo, energía, logística, backline, sonido, alojamiento, alimentación y muchos detalles más que se tienen que compaginar para que todo funcione de primera. Esto por suerte fue lo que sucedió. Juancito tuvo su cumple feliz en marco del presente evento y las bandas brindaron un show histórico en Comodoro Rivadavia, con el debut de nuevos integrantes entre las filas de los vagones hard rockeros y metaleros de ambas bandas.
La historia arrancaría en pasada la medianoche con los locales TRUENO NEGRO, banda de la que ya hemos dado una visión en este medio, justamente en el show del año pasado junto LÖRIHEN. Para el caso, al llegar un tanto demorados al show, nos perdimos su presentación, pero no queremos dejar de mencionar que ahí estuvieron rompiendo el hielo en buena forma de acuerdo a los comentarios que nos llovieron. Así que si están interesados en escuchar una moderna y amalgamada banda de heavy metal/hard rock, googleen su nombre y no dejen pasar la oportunidad de darles una chance. En la galería de imágenes los podrán conocer.
Acto seguido, serían los históricos comodorenses de R.E.O. (Raíces en el Olvido) quienes seguirían con su trabajo. Vale destacar, que la banda se encontraba inactiva hace más de 20 años, pero impulsados por la furia de su experimentado motor y del ruido proveniente del motor de la gente que en algún momento los siguió, decidieron llegar nuevamente al escenario para hacer sonar esas viejas canciones ampliamente conocidas en el ambiente local, claro, esas que emergieron en salas de ensayo, cuando no existía la era digital y todo se hacía con un pulmón más grande que el de ahora. Bajo un manto de metal moderno a pesar del paso de los años, imprimieron un lindo sello de continuidad a la historia. Con un rock pesado, mucho groove, a fondo con el doble pedal e intercalando cantantes de las distintas épocas que transitaron por la banda, repasaron parte de su historia de los sendos trabajos editados.
Y si hablamos de ese rico pasado para ellos, debemos recordar algunas preseas que la banda obtuvo, como por ejemplo al haber sido la única agrupación patagónica en su momento, en participar del compilado oficial que tributo a los históricos V8 (al cual fueron convocados por el mismísimo Ricardo Iorio), con una gema como lo fue, Antes que los viejos reyes, que lógicamente, sonó en la presente noche; o bien, porque no, la digna participación que tuvieron en su momento también, ejecutando Traición para el homenaje oficial realizado a HERMÉTICA. En este sentido, también es menester recordar que los R.E.O. en sus momentos de gracia, supieron acompañar a relevantes bandas que llegaban desde Buenos Aires a la ciudad de Comodoro Rivadavia en los ’90/’00, y hoy la suerte nuevamente no les fue esquiva, ya que volvieron no solo para revalidar su propuesta, sino que lo hicieron de antesala al show de las bandas bonaerenses, lo que no fue poca cosa.
Con la gente a pleno, recreando esos momentos en el pogo, se sumergieron junto a la banda en clásicos como Promesas, por mencionar alguno. Se despidieron felices por la vuelta y agradecidos por la convocatoria, y dejando en claro que han vuelto para quedarse y quizás retornar con nuevo material sobre el ruedo. Veremos qué dice el tiempo en la vida de Pedro, Gerardo y el resto de los secuaces.
Las horas pasaban y la cosa se ponía tarde, cuestión que sería recién a la 1.25 AM cuando LÖRIHEN saldría un año después en el mismo escenario a hacer gala de su nuevo disco. Recordemos que la banda estuvo el año pasado, pero todavía no habían editado el nuevo disco La Magia del Caos, con lo cual en este show, si bien sustentaron su propuesta con las canciones más emblemáticas de la nueva placa, no dejaron pasar oportunidad para refrescar canciones del ayer y meter algún que otro sorprendente cover como fue la fusión de Destrucción con Cautivos del sistema (V8). Entremezcladas con estas pudimos escuchar algunos clásicos como Bajo la cruz, Aún sigo latiendo, Paradigma, Traidor (entre varias más), para que luego la cosa cierre con el hitazo que la banda tiene siempre bajo su alero: Vida eterna. NdE: El orden de los factores no altera el producto.
Definitivamente, tenemos que mencionar el drástico salto en materia de sonido con las bandas locales, por sobre todo en su calidad y volumen. Todo muy equilibrado. Si es importante destacar que a diferencia de la vez pasada, con la incorporación del conocido baterista de nuestra escena, Leo Dobao (ex MAGNOS, etc.), la banda suena mucho más rockera y amalgamada, algo así como sin baches, con todos los flancos cubiertos, una linda fusión, más allá de que el paso de Rodri por la banda fue realmente bueno, pero cuando no venís del palo metalero más intrínseco, hay detalles que de una u otra forma que con el correr del tiempo van apareciendo.
Sumado a esto, hay que volver a mencionar la laboriosa y destacada tarea de su líder, Emiliano, quien doblega artes y se posiciona como guitarrista líder y rítmico a la vez, cubriendo todos los frentes de batalla. Eso no hace más que pensar, que cuando uno los escucha en vivo, se respira siempre esa sensación que tienen las canciones originales, pero con la cuota fresca del él en vivo, perfectamente acompañado por Lucas Gerardo en las voces, a Abarca en el bajo, quienes se sumergen en una armoniosa tarea de traer con mucha vida y calidad las partes más y menos destacadas de cada canción. Reflexionando, sentí a Lucas mucho mejor que la vez pasada y eso es señal de que la banda melódicamente está nutrida y fortalecida. Algo así, como oficios a flor de piel.
Ya para el cierre llegarían los amigos de TREN LOCO, quienes desde hacía cinco años aproximadamente, no se presentaban en la ciudad. A diferencia de esa vez, arribaron en esta oportunidad con nuevo cantante y bajista, quienes llegaron para hacer su trabajo, sin poner mucho la mirada en el legado que habían dejado Gustavo Zavala y Carlos Cabral. No es sencillo subirse a una montura de este tipo, donde algunos de los fans más acérrimos y haters hogareños de redes, hacen su fino trabajo a veces de desprestigio, pero que para el caso, poco efecto ha hecho. Ellos siempre fueron con su estirpe para adelante y esa fórmula les ha funcionado al pelo.
Nos encontramos con una banda sólida, que sonó con un volumen bastante más alto que sus antecesores y que durante todo el set se mantuvo firme con una tarea consolidada en varios aspectos. Si bien el eje del show estuvo asociado a todo lo que han dejado musicalmente en su último disco de estudio, Prisioneros de la Tierra, no faltó chance de escuchar clásicos, muy bien llevados, con solos de guitarra distintamente liderados por Pablo Soler en combinación con el Zombie Gauna. Desde atrás como el flaco Wolter metiéndole toda la garra como siempre a dúo con las paredes traídas por Isopo en el bajo, entre alternancia de dedos y púa y sumado a esto el gran trabajo vocal de Dany Medina, me llevé una linda historia en mi cabeza vuelta a casa.
Grita, grita y grita Dany, con mucha convicción, pero por sobre todo, con mucha melodía aguerrida, con su tono ríspido de voz, pero que tan bien le cae a esta nueva formación, si lo comparamos con la forma de vocalizar a la que siempre nos tuvo acostumbrado Carlos durante su periplo por el TREN. Y bajo este amparo, vivimos un show de recuerdos y con la presencia de Gustavo a viva voz, no solo por los presentes, sino también por los músicos de la banda, quienes reivindicaron permanentemente su legado. A tales efectos, tanto el Zombie como Dany Wolter dispararon palabras de agradecimiento a la gente y al organizador, pero por sobre todo a la figura del siempre presente Zavala, entremezclando la historia con canciones como Desertor, Ruta 197, Fuera de la ley, Awkan, Al acecho, Como el león, Endemoniado, Barrio Bajo, De Pie, Pampa del infierno, por mencionar algunas. Algo así como: “Estamos acá porque es lo que Gustavo quería”. Para la despedida se guardaron a Tempestades, un clásico histórico de la banda. Se respiró en un show buena onda en todo sentido y en gran medida, reivindica todo lo que nos había manifestado el batero días atrás.
Ya habiendo llegado las cuatro y media de la mañana, la historia terminó. Quedará el fiel reflejo en mi memoria de Isopo Wilson sosteniendo el bajo que alguna vez Gustavo se calzó y que al mismo por situaciones de la vida misma le tocó heredar, con la única finalidad de que la gente pueda tenerlo un rato entre sus manos en cercanías a la valla. Gesto noble que habla bien de él, como diciendo: “Esto no es mío, ustedes son parte también…” claro mensaje de alguien que en la época de Carne Viva nada más ni nada menos, se había calzado la guitarra.
Vivimos una madrugada de situaciones similares con bandas de trayectoria, las cuales enmarcaron su noche con discos nuevos bajo el brazo, ausencia de históricos miembros, pero con la llegada de otras nuevas y renovadas piezas, que a esfuerzo de solapamiento con el resto, dieron un gran espectáculo. La entrada valió la pena y la salida estuvo llena de reflexiones en la cabeza de los asistente, eso en definitiva es lo que vale.
Tarde, con sueño, pero felices de haber participado en esta congregación, que como está la cosa, difícilmente se dé nuevamente por acá. Dos bandas de primera línea se cruzaron por el anden y restos de metal dejaron a la vera de la vía. Unos iban para el norte, los otros para el sur, que más da… si al fin y al cabo, continúan enriqueciendo la escena.
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