ZAKK SABBATH en vivo en Argentina: “La foto que no fue”


La foto que no fue

Me encantan los tributos, siempre me gustaron. De hecho soy un gran adepto y apoyo ese tipo de movidas. Lógicamente de la Zakk Wylde y “su” ZAKK SABBATH también me sedujo el paladar, por eso decidí acercarme a ver qué pasaba con ellos, más allá de que siempre me sonó medio extraño este tributo en particular, nunca me sedujeron del todo las canciones dadas a conocer previamente y bajo la lógica autorización del amigo Ozzy, Iommi y compañía caía prácticamente de maduro que esto en algún momento podría suceder dada no sólo la afinidad durante años entre ambos, sino por sobre todo por las cientos de oportunidades que reflejaron temas de SABBATH juntos. Pero por otro lado, debo reconocer que el trío que armó el yankee devenido en vikingo está bueno, ya que ha reclutado a un conocido en la materia como Blasko (OZZY OSBOURNE) y a Joey C., ex DANZIG. Realmente le metieron toda la onda. Musicalmente responden, pero como todo, han tenido sus por menores. La cosa no menor del asunto para nosotros fue que al llegar al lugar nos enteramos de NO NOS IBAN A DEJAR A SACAR FOTOS por expresa orden del manager de Zakk y así fue. Lamentable, pero bueno, así y todo tenemos cosas para contarles de lo sucedido.

La cuestión es que hasta último momento no sabíamos finalmente si habría bandas soportes, pero casi de la galera el día previo anunciaron que llegarían los amigos de GÜEMES, banda en la que ya hemos hablado de nuestro portal y que aprovecharon la noche para presentar exclusivamente canciones de su reciente disco de estudio llamado “Güemes y los infernales”. Hicieron un buen trabajo los muchachos y si bien su propuesta no está claramente emparentada con lo que hace Zakk y su séquito, varios aplausos se llevaron puestos. En alrededor de media hora y con mucha vehemencia supieron ganarse alguno que otro más que les haga el aguante. Merecido estuvo. A ellos sí pudimos fotografiar, así que disfruten.

Ya para el plato principal llegaría el poderoso trío, y digo poderoso porque debe ser el aspecto que con más énfasis me llevé del show. Pero por otro lado y haciendo un paralelismo a otras presentaciones del rubio, nos veríamos en la encrucijada de los mismos déficit que a mi entender el guitarrista acarrea cuando toca con su banda de cabecera BLS en el formato que sea, su EGO… ese que deja en claro con cada manifestación de solos de viola interminables hasta por momentos deformando las canciones en cuestión. A ver, la banda realiza un lindo setlist, con claros clásicos y otras canciones que la mítica banda no realizaba en todos los shows, poroto extra, pero no me alcanzó. Me parece que a esta altura nadie no sabe quién es Zakk Wylde y toda su destreza, pero después de verlo varias veces con el “biri-biri” a pleno realmente cansa y hace perder un poco el hilo conductor de lo que uno fue a sentir, a pesar de que mucha gente vaya a ver eso y no se aburra.

Y acá está el otro tema también. La entrada, carísima y la gente la paga. Definitivamente me queda en claro si una banda tributo llena un recinto como Groove no estamos tan destinados al éxito, dejando en claro también que somos más clásicos que otra cosa y cuando vienen bandas con propuestas claras, propias y contundentes no acompañamos de la misma manera. Independientemente de esto hay que ser sinceros, no mentir y decir que fue lindo escuchar canciones como “Supernaut”, “Children of the grave”, “Into the void”, “N.I.B.” o “War pigs”, pero si ya siendo un tributo y sumado a eso, nos colgamos con solos de guitarra interminables, no sé cuan piola termina siendo. Las canciones son canciones y hay que respetarlas, y si bien podés desviar el curso, no podés colgarte tanto y eso fue lo que hizo Zakk en absolutamente todas las canciones. Fue prácticamente un discurso hegemónico el salirse del micrófono para arrinconarse soleando en algún extremo del escenario o bien subir arriba de una escalera para seguir haciendo lo mismo.

Ojo, lo adoro, tengo toda su discografía original y lo quiero más que a nadie, pero en ésta no lo banco. Menos aún cuando estás saliendo a hacer un tributo de una banda que escuchaste toda tu vida no podes leer cada una de las letras con una cartulina gigante incrustada a tus pies. Se supone que hay un entrenamiento al respecto y eso no lo vi. ¿No podés memorizar canciones de una banda que escuchaste toda tu vida? Me suena realmente extraño. Por otro lado, y como les mencionaba, durante mucho tiempo lo vi plantado frente al micrófono y solamente salía del lugar para puntear, porque llamativamente siendo una banda que la rockeó en forma, poca interacción entre ellos sentí haya habido, más allá de lo visible. Fue ni más ni menos que un show que tuvo a un guitarrista encarnizado soleando y soleando y si bien no desconozco y reivindico su talento como músico, el exceso por sobre-mostrarse terminó siendo algo prácticamente demagógico. Coreamos, disfrutamos y sentimos algo distinto, pero fue un show de muchos peros. Quizás entramos cruzados con él, aunque no creo que eso tenga la suficiente fuerza para dar con éste escrito y ésta es una visión más, pero también creo que liberándonos de cierto fanatismo hay que ser lo suficientemente sinceros para darnos cuenta de que lo que se dio, podría haber sido mucho más aún.

Texto: Hernán Mazón

Fotografía: Maru Debiassi 

Agradecemos a Tone Barchiesi de Rock & Reggae por la acreditación al evento.

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