Otra vez dan en el blanco y aciertan. Nuevamente, sacan a relucir su experiencia a lo largo de los años tocando este mugriento género y no fallan… Una vez más entregan material de excelente calidad. Hablo del segundo álbum de los locales BLOODFIEND, sí, esa máquina asesina que en su debut “Under The Evil Command” prometían con convertirse en lo que hoy (probablemente) sean: la mejor banda de Metal extremo del país.
Arrancamos con la genial portada para este trabajo de parte de Maggot Meister (hombre que ha laburado con agrupaciones como Hirax, Hatchet, Nocturnal Breed y un largo etc.) la cual representa implacablemente el concepto del disco y de por sí de la banda.
Diez temas son de la partida (de entre los cuales se incluye “Rage War” de Cianide) en esta oportunidad, donde BLOODFIEND da rienda suelta a ese estilo preciso y sucio de interpretar el Death Metal (donde bandas como Autopsy, Dismember o Grave pueden ser citadas a la hora de buscar influencias) como ya lo venían haciendo desde el primer álbum.
Desde que arranca “Prophet of Sickness” hasta el epílogo con el mencionado cover de Cianide que las cosas están hechas como es debido: riffs aplastantes, bálsamos que se apoyan desde el Doom más primitivo, filtrándose por un Death Metal punzante y embarrado.
Hay grandes canciones como “Back To The Grave”, “Stench Of Crematory (mi preferida) o “Butchery Of Souls”, todas dotadas de riffs gancheros y densos en las mismas dosis; bañados por ese condimento Doom que hablaba más arriba y que le aporta un halo de oscuridad que le calza perfecto al grupo.
Gran labor de “El Podrido” en voz, Thompson en guitarra y la demoledora base que no da tregua y apoya como un verdadero volcán a punto de entrar en erupción cada una de las composiciones.
Segundo disco, segundo golpe, segunda patada al mentón. “Dead Blood Madness” es una confirmación, una declaración de principios y un disco para no dejar de escuchar.
Texto: Gustavo Piccini