Doce años atrás EMPYRIUM grababa lo que sería su último trabajo de estudio y cada uno de sus miembros se dedicaría a sus propios proyectos personales. Quizás en aquel entonces la propuesta de la agrupación había tocado el techo y parecía no tener más repercusión. Hoy, tras una presentación en vivo editada bajo el nombre de Into the Panteon, la banda reaparece con un nuevo trabajo cuyo título no resulta en vano, pues así como cambian las mareas también lo hacen las tendencias y esta vez ha sido en favor de ellos. En un momento donde el folk ha resurgido con fuerza de la mano de diferentes agrupaciones que lo interpretan en su estado más puro o bien combinado con otro estilo, estos gigantes del género se alzan como el fénix que resurge de sus cenizas para brindarnos un disco de calidad superlativa, una clase magistral de música y emociones que se mueve libre como la marea que viene y se va, que inunda y abruma, que hipnotiza y enamora.
Fiel a su sonido y estilo EMPYRIUM reaparece con una composición de 7 temas que se desarrollan dentro de la faceta más oscura y emotiva de la banda. No voy a reseñar tema por tema porque no tiene sentido ni voy a hacer un texto demasiado extenso porque si lo hiciese necesitaría varias hojas. Quiero enfatizar además que, como casi todo lo de ellos, esta obra es una pieza única fraccionada en diferentes partes que aisladas transmiten muchísimo menos y dicen muy poco.
De esta manera, con el mismo estilo compositivo de siempre, pero, lógicamente, con un sonido más actual, super pulido y con una producción remarcable, TTOTT nos mete en un viaje introspectivo muy profundo; en un estado de ensueño del cual es difícil salir y dentro del cual es peligroso permanecer. En ese viaje nos encontraremos con las sirenas más bellas y encantadoras que habiten nuestro interior y nos veremos amenazados por los demonios más fieros y atemorizantes que tengamos escondidos. Una odisea al fondo mismo del abismo de nuestro ser que, dependiendo de nuestro estado anímico, puede ser tan encantadora como aterradora.
Y si bien no quiero entrar en cada canción, creo que el disco entero se resume en We Are Alone. Al final estamos solos, pero formamos parte de un todo sin el cual no somos. Y así como las estaciones cambian, las hojas crecen y caen, la nieve se funde, un niño crece y se va, el día muere y la noche surge, el agua da vida y destruye, nosotros transcurrimos en el tiempo y dejamos nuestra marca en él. Y esa inmensidad que nos sobrepasa, de la cual somos parte, es tan dinámica como las mareas que con cada cambio devuelven al mar aquello que alguna vez le robaron, restableciendo el ciclo e iniciando todo de nuevo. ¡Déjense llevar!
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