MAX & IGGOR CAVALERA en vivo en Argentina: “Cavalera que chilla”


Cavalera que chilla

Ya seguramente perdimos la cuenta de la cantidad de veces que los hermanos CAVALERA visitaron la Argentina en distintos formatos, pero seguramente tanto ustedes como yo, no perdimos la cuenta de cuando se editó “Roots”, aquel emblemático sexto álbum de SEPULTURA, banda que hoy sigue vigente por otro lado utilizando el nombre y con la mitad de sus integrantes en pie. Pero ese no es el caso que nos convoca y sobre cual tampoco emitiremos opinión, ya que es lo que tenemos hoy por hoy, independientemente de que nos encantaría verlos juntos nuevamente (cosa que parece no sucederá). Más allá de todo esto, no vino CAVALERA CONSPIRACY, ni SEPULTURA, ni SOULFLY… mmmmm (ejem!) bueno, casi SOULFLY, pero bueno, después te cuento. Si muchachos, a veinte años de “Roots”, llegaron los hermanos MAX e IGGOR a repasar a rajatabla y de corrido el innovador álbum que voló más de una peluca cuando corría el año ’96. Veinte años no es nada y un montón a la vez, pero vamos que vamos.

La cuestión es que a pocos días de que el show de inicio nos enteramos de que LETHAL -banda Argentina anunciada de antemano- no participaría de la velada. Según los comentarios esto habría surgido después de la incorporación de INCITE al evento por parte de la conocida manager, banda de Richie (el hijo de MAX y Gloria). Y la verdad que quieren que les diga, no me gustó la bajada de los Argentinos y menos la banda del rubio pelilargo. Me pareció en vivo una banda más del montón, de esas que si no tuviera el padre que tiene que le da la chance de poder mostrar su música en vivo, no tocaría ni en Plaza de Mayo. Ojo, tampoco es una banda horriiiiiiiiiiiible, pero a mi no me gustó ni un poco. Todas las canciones prácticamente iguales, sin variaciones, sin melodías, sin forma, pero con groove. Me quedo simplemente con la actitud de Richie, que le mete toda la onda, pero al que entiendo mucho camino le falta recorrer si quiere parecerse al creativo, innovador y embajador latinoamericano como es su padre. Más allá de la garra dejada y en repaso de los ya sendos discos editados, no le alcanzó. Me quedé con ganas de LETHAL y encima INCITE me aburrió, literalmente. Hasta es más, te diría que un montón de bandas Argentinas les pasan el trapo, pero bueno, ninguno de sus integrantes es hijo de MAX. Así todo, bien aprovechada la puerta abierta Richie.

Después de que INCITE haya superado los cuarenta minutos (al menos), para la suerte de todos los presentes (o al menos la mía) llegaría el turno de los míticos y queridos hermanos sepultureros brasileros. Probablemente aquellos de los más queridos en nuestro país, separando cuestiones futbolísticas de por medio claro está. La cosa es que la banda se completaría en las tablas con dos SOULFLY, el capo de Marc Rizzo en las seis cuerdas (también hace de las suyas en CC) y Tony Campos en las cuatro. Terminé entendiendo que fue otro punto de desacierto para la propuesta ofrecida, ya que si bien MAX conoce como la palma de su mano a los músicos, hubiese estado bueno que invite a girar a músicos de su propio país o bien con cualquier otro con los que no toque con frecuencia. Igualmente estuvo bueno, pero ver a SOULFLY con IGGOR como que mucho no me cerró. Lógicamente el conocerse juega sus porotos a favor, pero ante la comodidad hubiese preferido otra cosa.

Así todo la banda estuvo muy bien y si bien ni MAX ni su hermano están en el estado físico del ’96 se las arreglaron para repasar de corrido el álbum el buena forma. No hubo sobresaltos o cuestiones llamativas, para nada. Fue un disfrute continuado y un lindo festejo, donde los hilos del show a nivel musical fueron llevados por Marc, una sólida base de su compañero en las cuatro cuerdas, la todavía potencia pero falta de elasticidad de IGGOR y las pocas o nulas ganas de MAX de tocar la viola y de cantar, a pesar de que cantó mucho más que otras veces que lo he visto. Hay que reconocer que está pesado MAX y eso entendí lo afecta para un desempeño integral. De hecho la guitarra literalmente la tenía colgada de adorno y cada tanto tiraba alguna que otra nota, pero no más. Se dedicó a disfrutar de la gente fundamentalmente y hasta ahí. Y sabés qué… Está bien que el gordo haga lo que se le da la gana, merecido lo tiene. Un copado, toda la onda y tanto a él como a su hermano en Argentina los adoran, o al menos las muestras de afecto por demás de la calurosa noche me contaron eso por si solas.

Con respecto a la faceta musical la banda estuvo bastante bien. Como les dije, repasaron de un tirón uno por uno los temas donde lógicamente se destacaron las clásicas “Roots Bloody Roots”, “Attitude” (peló el Berimbau), “Ratamahatta”,  algunas nunca escuchadas en vivo como “Jasco” e “Itsari”. Para el final se guardaron unos cuantos covers, como “War Pigs”, “Procreation (of the wicked)”, un recopado medley de SEPULTURA con “Desperate Cry/Inner Self/Policía/Orgasmatron” y como si fuera poco cerraron con una versión acelerada de “Roots Bloody Roots”, no haciendo más que volver a las raíces, tal cual el tour se denominó. No faltó que MAX se encienda con alguna batucada típica brasuca acompañando a su hermano y tampoco faltó como bien dije anteriormente buena onda. El gordo re disfrutó de la gente. El sonido no fue de lo mejor, así todo la banda también tuvo una mejor performance en la primer parte del disco que en la segunda, donde los temas más extremos perdieron cierto protagonismo aunque no pasó lo mismo con los instrumentales o experimentales.

El tiempo no solo pasó para “Roots”, para ellos también y si bien podemos encontrar un montón de detalles en el enjambre final de lo vivido, me fui contento terminado el recital entendiendo que siempre es bueno ver a figuras que pusieron el metal latinoamericano allá arriba. Hoy el mundo mirá para nuestros pueblos gracias a ellos, entre otras tantas bandas más, pero si hablamos de líderes en ese sentido, ellos lo son. No se cómo les irá económicamente, pero más feliz me fui cuando MAX y Gloria se subieron a un tacho corriendo mientras la gente se les tiraba encima, terminando todos arriba del baúl del taxi, entre los cuales me incluyo. Me reí durante y después del show, no suele sucederme, pero así como ellos la pasaron bien, nosotros igual. ¿Volvimos a las raíces? Sí, volvimos.

Texto: Hernán Mazón

Fotografía: Caro Staley

Agradecemos a Juan Manuel Acuña vía California Sun/4G Producciones/Madmax por la acreditación al evento.

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