Fecha: Sábado 27 de septiembre | Lugar: Teatrito | Ciudad: CABA | Hora: 15 hs | Banda Invitada: IN ELEMENT.
IMMINENCE pisó suelo argentino por primera vez y el impacto que generaron fue innegable. La banda sueca, que ha ganado un considerable público en los últimos tiempos, como se había señalado días atrás, se presentó en El Teatrito de CABA en el marco de su tour latinoamericano. Llegaron por primera vez al país con la premisa de dejar una huella profunda en la audiencia, que finalmente respondió con una energía desbordante.
El primer indicio de lo que sucedería esa noche apareció a las 19hs, cuando la extensa fila se extendía en contramano al sentido de los autos en la calle Sarmiento y doblaba hacia Rodríguez Peña. Esa postal reflejaba que, más allá del crecimiento internacional de la banda, el público argentino estaba dispuesto a responder de manera contundente. La mayoría ingresó temprano con la intención de acercarse lo máximo posible a los músicos, quienes han sabido cautivar a un público joven con temáticas introspectivas y una propuesta innovadora dentro del metalcore, un género que desde hace tiempo pedía una renovación sonora. IMMINENCE se mostró como una de esas respuestas.
La apertura de la jornada estuvo a cargo de IN ELEMENT, con una formación renovada y el anuncio de nuevo material de estudio. Incluso estrenaron una canción y comenzaron su set antes de lo pactado. Aunque no sonaron tan ajustados como en otras ocasiones y su propuesta resultó algo desencajada respecto a la de los suecos, el cuarteto liderado por Charlie Oceans cumplió con el objetivo de entretener a la gente antes del arranque principal. Para entonces, la compacta multitud llegaba casi hasta el balcón de la técnica del bar, dificultando el avance hacia adelante, pero demostrando las ganas de la gente por estar cerca de la banda.
A la hora pactada, comenzó a sonar en off la intro del primer tema. El telón se abrió y, con un fondo rojo y un ambiente espectral, los músicos fueron apareciendo uno a uno. Destacó la figura del guitarrista Harald Barrett, con su larga cabellera y vestido con una túnica, hasta que irrumpió Eddie Berg con su icónico traje y violín, desatando la locura del público. Muchos levantaron sus celulares, generando ese doble efecto entre la queja clásica de Maynard James Keenan —“desconectate y disfrutá el viaje”— y un espectáculo visual alternativo.
El show no dejó margen para críticas. IMMINENCE desplegó un virtuosismo notable, especialmente Eddie Berg, con la difícil misión de cantar tanto melodías limpias como guturales agresivas, mientras ejecutaba o guiaba pasajes con el violín. Producción, sonido, luces y visuales estuvieron a la altura del majestuoso y ambicioso espectáculo que plantea la banda.
Ante la inminente salida de su nuevo disco, las canciones recientes dominaron la lista de catorce temas, con la única excepción del interludio Cul-de-Sac, antes de Come What May (aunque en el álbum figuran en orden inverso). La potente apertura con Temptation y Ghost, del magnífico Heaven in Hiding (2021), sobresalió por sobre aquellas que no pertenecían al último esfuerzo de estudio, mientras que Erase e Infectious representaron a su predecesor Turn the Light On (2019).
Si bien algunos esperaban la inclusión de hits más antiguos o un set algo más extenso, el resultado fue un show inmaculado y de altísima calidad. La primera vez de IMMINENCE en Argentina cumplió con creces las expectativas y, para muchos, dejó el deseo de que no sea la última.
El cierre, altamente emotivo, llegó con The Black, tema homónimo de su último disco, donde absolutamente todos los fans entregaron lo que quedaba de energía en una canción que se retuerce en el dolor de un final inevitable. Finalmente, Le Noir, último track del álbum, sonó mientras los músicos dejaban sus instrumentos para saludar al público, sacarse fotos e incluso cuando Eddie Berg desplegó la bandera del fandom argentino de la banda.
En definitiva, la primera visita de IMMINENCE a Argentina superó todas las expectativas y regaló una noche inolvidable. Desde la ansiedad palpable en la larga fila inicial hasta la entrega total del público en cada canción, quedó claro que la banda logró conectar profundamente desde lo musical, aunque la interacción verbal con la gente fue mínima. Con una lista centrada en su material más reciente y una producción impecable en sonido y visuales, el show se convirtió en una experiencia a la altura de lo esperado. La energía desbordante de la multitud y el emotivo cierre sellaron una jornada que, sin dudas, sentó las bases para futuras y esperadas visitas de IMMINENCE a nuestras tierras.
