BEHEMOTH en vivo en Argentina: “Uno que zafó de la parca y lo cuenta”


Uno que zafó de la parca y lo cuenta.

A lo largo del tiempo Matan SA ha logrado pulir su propuesta transformando la simpleza en una virtud. Los liderados por Wata no creen en la sutilezas, más bien están más cerca de pensar que el death metal debe hacerse con riffs veloces y violentos sin dar respiro en ningún momento. En este contexto temas como “Repugnante, asqueroso y maldito” , “Enveneno la vida” (con una macabra intro relatada por una voz de niña), la homónima “Matan SA” (una especie de mantra violento y satánico) y la ultrarápida “Panic Attack” entre otras, fueron una vibrante muestra de contundencia. Para destacar, la teatralidad con que la que el mismísimo Wata encara cada canción intentando hacer entrar al espectador en el clima violento y opresivo en el que la banda sostiene su propuesta. Bien por ellos.

Luego de estar cerca de la muerte (una leucemia le exigió un trasplante de médula ósea) y zafar por intervención de quien sabe quien (no se preocupen, no voy a decir de Dios) Nergal volvía con sus demonios Inferno, Orion y Seth a la argentina en medio del oportunamente denominado “Phoenix Rising” Tour.

Uno podía preguntarse si aquel que tomó el nombre del dios sumerio-babilonio y señor de los muertos estaría completamente recuperado físicamente luego de una largo año de preocupaciones e intervenciones médicas. La respuesta la dió instántaneamente el inicio con “Ov Fire and the Void” y “Demigod”. El primero con su machaque bien marcado, el segundo (previo sonido de trompetas) con una velocidad, violencia y precisión casi inauditas, bastaron para volver a poner en claro lo que se había vivido en las visitas anteriores de los polacos a nuestro país: pocas bandas extremas conjugan en partes iguales precisión, contundencia y nitidez en el sonido.

“Mooonspell Rites” casi un homenaje a la fría atmósfera que en su momento propusieron bandas como Burzum o Bathory dio paso previa frase de Nergal “es bueno estar vivo” a la rockera y siempre extrema “Conquer All” que solo fue la introducción para la literal “Cristians to the Lions”. Una intro dio paso a “The Seed ov I”que culminó con Nergal bajando al vallado a saludar a su público en medio del clásico “Olé, Olé…” que el polaco dijo no entender pero si disfrutar.

A esta altura con el oscuro medio tiempo de “Alas Upon Me” seguida de la acostrumbrada violencia de “Decade Of Therion” la banda a pleno ensayaba una coreografía macabra adornada por sus imponentes trajes y el reboleo de pelos. La intro de guitarras españolas daba inicio a “At the Left Hand Ov God” y con ello a la imponente tarea, como toda la noche, de Inferno tras los parches sorpresivamente ayudado por un plomo que vino a golpear los tambores superiores de la inmensa batería, para emular exactamente el formato que la canción tiene en el disco. Mientras “Slave Shall Serve” dio la pauta de que la música extrema puede tener melodía y brillantez técnica, “Chant for Eschaton 2000” mostró cuanto vale el aporte del sesionista Seth, no solo a la hora de sostener las melodías de guitarra si no también como apoyo en el desempeño vocal de Nergal.

Para el final, una corona de espinas metálica en “23 (The Youth Manifiesto)” y la clásica máscara en “Lucifer” fueron el cierre perfecto para otra noche en la que como dijo Wata, cantante de Matan S.A . las almas oscuras bajaron a la tierra y se presentaron en el recinto. Después de todo tal vez ese sea el secreto de la salvación para Nergal. Quien sabe.

TEXTO: Carlos Noro

FOTOS: Jorge S. Noro

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