Fecha: Miércoles 27 de marzo de 2024 | Lugar: C.C. Bula | Ciudad: C.A.B.A. | Hora: 20:00 hs.| Bandas invitadas: MONJE – PSICOSFERA
Dentro de las frecuentes visitas internacionales a nuestro país, el caso de HERETOIR tal vez sea el ejemplo claro del esfuerzo y las vicisitudes que implica realizar una gira autogestionada, sin una estructura económica que sostenga a la banda. Con una puesta en escena austera (sin ningún tipo de telón o pantalla detrás) y participando ellos mismos en el armado de su escenario y con ello la disposición de sus equipos e instrumentos; los alemanes dieron la pauta de que esta primera visita a la Argentina fue una apuesta por dar a conocer su música por sobre todas las cosas; algo admirable en un contexto en el que, después de la pandemia, los costos necesarios para girar y las posibles ganancias disminuyeron drásticamente.
Este contexto tal vez ha sido la razón para que la banda termine recorriendo Latinoamérica con una formación conformada por su mínima expresión. De la formación que se acostumbra ver en vivo conformada por cinco integrantes, con dos guitarristas, un bajista, un baterista y un cantante encargado también de la guitarra, esta primera visita a la argentina los trajo en formato de trío con la obligada decisión (argumentada en vivo como “problemas a resolver en el hogar”) de no incluir el bajo dentro de los integrantes, mostrando en el escenario al líder conceptual David Eklatanz Conrad en voz y guitarra, Kevin Storm, en la otra guitarra y Nils Groth en batería (NdR: el bajista, Nathanael, arrancó la gira, pero tuvo un problema de salud y tuvo que volverse a Alemania).
En este contexto, los primeros minutos del show en los que sonaron “Exhale”, “Twilight of the Machines” y en especial “Heretoir” mostraron a la banda acomodándose al desafío de cubrir sonoramente la falta de los integrantes. Si tenemos en cuenta que la música de los alemanes los acerca a la melancolía de ALCEST o la desesperación melódica de bandas como DEAFHEAVEN, quien lee se podrá imaginar que la propuesta de HERETOIR se mueve dentro de una dimensión donde la oscuridad y los sonidos graves, son claves para dar cuenta de la dinámica y de los contrastes que proponen las canciones. Tal vez por eso, y debido a un sonido que necesitó también de los primeros minutos para lograr un punto aceptable, estas primeras canciones se vieron afectadas por la falta de integrantes mostrando un audio algo “flaco” tanto en sus segmentos más tranquilos como en aquellos más extremos, más allá del indudable buen gusto a nivel de la composición de las mismas.
Más allá de que “Fatigue” mostró un sonido más acorde a lo que uno espera de la banda, fueron “Graue Bauten” y “Golden Dust” las que sirvieron para expresar con claridad toda la emotividad extrema que sugiere la banda en sus canciones. Tal vez por incluir segmentos donde las guitarras suenan casi sin distorsión o simplemente porque a esta altura ya la banda y el público habían acostumbrado sus oídos y ojos a lo que sucedía en el escenario; estas dos canciones sirvieron como muestra de la versatilidad de David Eklatanz Conrad como cantante. Consciente de que muchas de las miradas estaban puestas en él, a lo largo del show y en especial en esta segunda parte, mostró toda su capacidad para sostener las dinámicas de las canciones aportando un trabajo protagónico desde lo vocal. En este contexto su capacidad para pasar del grito desgarrador a la voz clara y melancólica, incluso alejándose por momentos del micrófono, ejemplificando con este gesto la potencia de su voz, dejó con claridad la conclusión de que HERETOIR es, por sobre todas las cosas, un proyecto que lo define como ser humano y como persona. Tal vez por eso también fue el encargado de gesticular y arengar a un público que rondó las cien personas, que lógicamente comenzó el show de manera expectante y que luego terminó enganchado con el mismo, gracias al despliegue de una banda que dejó en claro que más allá de los inconvenientes vino a mostrar toda la potencia de su música.
Para las últimas canciones de la noche, una oscura versión de “Wastelands”, más cercana al doom atmosférico, derivó con David Eklatanz Conrad en la soledad del escenario para realizar una versión casi acústica de “Just for a Moment” de los blackers depresivos AUSTERE con una razón justificada: David es guitarrista rítmico y hace coro para ellos desde que el dúo debutó en vivo hace un par de años. El cierre con el trío interpretando “The Circle (Omega)” fue un buen punto final porque sirvió para dar cuenta de todos los contrastes musicales de la banda. En distintos momentos estuvieron los momentos percusivos que acompañaron a las canciones durante todo el set (una sólida y sobria labor Nils Groth tras los parches), las guitarras melódicas y extremas de Kevin Storm y en especial los colores y atmósferas vocales de Eklatanz Conrad quien por profesionalidad, compromiso y entrega, fue la verdadera figura de la noche.
El cierre con la banda yéndose culminando una especie de catarsis del escenario, para luego volver amablemente para invitar a los presentes a conocerlos, dejó en claro que más allá de las circunstancias lo de HERETOIR fue un buen show. Esperemos volver a verlos con su formación completa.