Año: 2024 | País: Australia | Género: Prog/Heavy Metal | Sello: Sliptrick Records | Lemmymómetro: ♠♠♠♠♠♠♠ (7/10)
No es tan extraño que dos músicos formen un dúo y elaboren una propuesta a partir de ahí. Lo que sí es menos frecuente, es que dos músicos se encarguen de la composición de un álbum y de la ejecución de todos los instrumentos. Este es el caso del griego Ilias Papadopoulos (guitarras, programación, bajo y orquestación) y del brasileño Rafael Silva (voces y piano). ISOSPIN comenzó como un proyecto solista de Ilias, en Grecia, pero la sociedad con Rafael llevó a la conformación del dúo/banda y hoy ambos reconocen a Australia como su base de operaciones.
El estilo con que definen su música es prog heavy metal y hay mucho de eso en Aftermath chronicles. Por el lado más pesado, podemos decir que se trata de guitarras de sofisticada distorsión, saturaciones muy cuidadas y prolijas al servicio de riffs agresivos, machaques contundentes y fraseos filosos. Lo progresivo se manifiesta a través de varios ingredientes como lo son la amplitud armónica, climas cálidos en medio de momentos furiosos, algunas programaciones agregando color, arreglos interesantes, teclados y en temas no completamente lineales.
La onda de ISOSPIN tiene algo de la técnica de DREAM THEATER, cierta tensión del viejo RIVERSIDE, un poco del IRON MAIDEN de Somewhere in time y Fear of the dark (si, el MAIDEN más progresivo) y también cierta cercanía, en general, con los alemanes SYLVAN, no solo por el estilo que transitan ambas agrupaciones, sino porque el timbre vocal de Silva y ciertas inflexiones suyas recuerdan un poco a Marco Glühmann, vocalista del conjunto alemán.
Un poco de aquí y otro poco de allá, así como todas las bandas prog, el dúo abreva en varias fuentes para lograr una producción personal. El resultado es muy bueno y las canciones hablan cada una por sí sola y lo hacen también en conjunto, con todo lo que ello significa.
Una potente intro (que da título al trabajo), ni breve ni extensa, abre el camino para que las siguientes ocho composiciones muestren todo lo que Ilias y Rafael pueden hacer. El track dos es Seven of hearts, una composición con guitarras muy dinámicas, furiosas dentro del estilo, emotivas y climáticas en el estribillo, todo como base para un fuerte y melódico trabajo vocal, nos da la sensación de que si el resto va por ese camino, será una experiencia ganada y no tiempo perdido. Judgement day y Thorns confirman el rumbo y la calidad. Y así, con algunas variantes, cada uno de los temas va aportando lo suyo. Los arreglos, cambios de tempo y todos los condimentos que van apareciendo, logran que Aftermath chronicles mantenga la atención del oyente sin apabullarlo con una propuesta complejísima, pero sí lo suficientemente interesante como para que le resulte muy atractiva.
Quizás el aspecto negativo que hace que este lanzamiento no tenga una valoración mayor es que, a pesar del innegable trabajo que se percibe, del buen gusto a la hora de componer y ejecutar, de las muy buenas ideas con las que está hecho y de lo personal de la propuesta, la producción no ha resaltado demasiados matices, por lo que se nota con el correr de los minutos y de las canciones cierta uniformidad sonora que le termina restando sorpresa. Esto no es algo grave, ni que deba hacer desistir al potencial oyente de su escucha, pero podríamos estar hablando de un álbum aún más sustancial con solo poner un poco más de atención en algunos aspectos del proceso hasta su finalización, o delegando algunas tareas en una oreja externa que pueda aportar otro enfoque.
Pero Aftermath Chronicles sin dudas que merece una escucha atenta, y quedará a fin de cuentas en cada uno el veredicto final.