KELENKEN “Iaik”


 

Año: 2023 | País: Argentina | Género: Heavy/Folk Metal | Sello: Independiente | Lemmymómetro: ♠♠♠♠♠♠♠♠♠♠ (10/10)

Los vientos del sur llegan con melodías metaleras enraizadas en lo autóctono, sobrevolando paisajes nativos e historias conocidas por muy pocos, en las alas de KELENKEN, los oriundos de Comodoro Rivadavia que tomaron el nombre del ave predadora más grande que se haya conocido (medía más de tres metros de altura), una especie extinta hace 15 millones de años, a la cual representan en su alter ego, un guerrero nativo alado, con cabeza de KELENKEN.

La banda chubutense, que en este 2023 cumplió una década de vida, reavivó la llama con Iaik (“fuego”, en la lengua de los aonikenk), el sucesor de Aoni Kosten – Viento Sur” (2015).

El nuevo material, lanzado el 18 de septiembre del 2023, es 100% comodorense, producido y masterizado por Nicolás Narváez en “A Tempo – Sala de Ensayo y Grabación Profesional” y consta de ocho tracks que, a lo largo de 34 minutos y medio, pasan volando.

Su versatilidad lo hace altamente disfrutable, porque allí conviven sonidos pesados y folclore, distorsión y guitarras criollas, batería y bombo legüero, el canto y las voces guturales, junto a charangos, sikus, quenas y demás instrumentos autóctonos que hacen tan rica esta propuesta.

Leandro Rima (voz), Emanuel Montecino (guitarra y charango), Gustavo Jelusich (bajo), Julio Cheuque (batería) y Nazareno Casas (vientos) conforman un bloque que logró una consistencia implacable a lo largo de los años, lo que queda demostrado en este álbum.

Abre el fuego “Sangre gaucha”, un tema que en su versión original, que cerraba el primer LP, era folclórico y que mutó en un thrash argento donde predominan el doble bombo y el machaque, pero que baja a tierra con una sección media con guitarra criolla, charango, sikus, quena y un recitado, para arremeter con furia, sumando breakdown y gutural. Facón Grande, Los Infernales de Güemes, El Gaucho Rivero, son homenajeados por músicos patagónicos que gritan: “Soy gaucho argentino del sur. Lanza, caballo y facón. Viento frío patagón”.

Luego llega la rabia de “Yanakona Kalfü”, que refiere a los yanaconas, nativos que traicionaron a su pueblo, convirtiéndose en soldados de los conquistadores. Varios climas atraviesan este paisaje sinuoso y atractivo: el thrash omnipresente, algo de groove y death, solos alternados y muy bien puestos, la presencia exclusiva del bajo en determinados momentos, una batería con pertinentes arreglos y acoplada al servicio de la música.

“Chacametal” se impone a modo de chacarera, entre sonidos acústicos y pesados, un solo que hace recordar a Carlos Santana, golpeteos baterísticos que van variando a lo largo del tema y un cierre con un tremendo gutural. Es una oda al ritmo oriundo de Santiago del Estero, traído por los esclavos africanos en la época colonial. Siempre hay una data histórica para rescatar en las letras de KELENKEN.

En “Guardián del Sol”, la banda vuelve a hacer gala de su capacidad para amalgamar todo tipo de rítmica y sonido. Aquí rinden honor al cóndor, el majestuoso señor de los cielos americanos, invitando a disfrutar en la misma medida tanto de la distorsión y el machaque, como de un viaje sonoro hasta el altiplano en un baile de carnavalito, con transiciones donde se destacan el charango, el sikus, la quena y el ñorquín, con arreglos y un coro donde todos nombran al sol y al cóndor en las lenguas quechua, mapuzungún y aonikenk, en ese orden: “Inti, Antü, Shewen (Sol). Kuntur, Manke, Oyikil (Cóndor)”. “Septiembre negro” se sale del libreto lírico que propone el quinteto en su mayoría y apunta a la injusticia que atraviesa a la sociedad actual, evocando un caso de violación y asesinato de una niña, “a manos de un delincuente que arrastraba una condena”, como reza la primera estrofa. Acá hay puro metal pesado y denuncia, sin rodeos. “Chancho colorado” retoma la faceta histórica, aunque mantiene el poderío metalero en un formato thrash-death, con un estribillo medio tempo, cortes y un gran solo, sumando un puente que emula a un ritual tribal. Sobre la letra, el grupo comenta lo siguiente, en la descripción del video de este tema: “En la primera década del siglo XX, cuando aún quedaba gente Selknam viviendo en libertad, Alexander McLennan, administrador de las estancias de José Menéndez, perpetraba un engaño y una masacre en Cabo Domingo, Tierra del Fuego”.

El cierre llega con dos acústicos para bajar la intensidad: el folclórico “Embrujo”, donde Leandro Rima hace gala de su voz natural y vuelven a aflorar notas de guitarra criolla, bombo legüero y quena, con grandes arreglos de bajo, y “Küme Rüpü”, donde el bajo y la guitarra se entrelazan para darle vida a una bella y relajante pieza instrumental.

Con Iaik, KELENKEN enaltece la música por sí misma, pero además aporta cultura y memoria a través de su lírica. El sentido de pertenencia a la tierra que habitan y al estilo musical que practican, el reconocimiento a las raíces y el llamado a la conciencia social, todo esto sumado a una producción impecable, confluye en un viaje de alto vuelo.

Texto: Lorenzo Martins
 Agradecemos a la banda por la facilitación del material.

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