Pasaron casi cuatro años desde que los tanos de LACUNA COIL no visitaban nuestro país. Finalmente llegaría nuevamente la chance de tenerlos frente a frente en un tour presentando su disco nuevo. En aquel momento habían llegado a mostrar lo que fue para mí sin duda una de sus mejores placas, “Dark Adrenaline”. Ésta vez los trajo “Delirium”, el cual editado el año pasado ha dado continuidad a la línea mantenida por la banda en los últimos años, siempre con esa cuota de modernidad e ímpetu con el cual nos tienen acostumbrados. Recordemos que en el ínterin entre los discos citados, la banda no vino a presentar “Broken Crown Halo”, pero bueno, cosas que suceden posiblemente cuando no se pone el dinero que la banda solicita para amortiguar los costos, entre otros factores. A diferencia de la vez pasada, ésta los recibiría Groove, local que cada vez más alberga bandas del rubro metalero.

Y si hablamos de diferencia, llegaron con Diego Cavallotti, un nuevo violero (no anunciado oficialmente como miembro permanente al momento) y vinieron con Maki (bajista), no introduciendo una pista como la que sonó en el 2013. Liderados por Cristina y Andrea lógicamente dieron un buen show, del cual a decir verdad no fue del todo beneficiado con el sonido. La realidad indica que no siempre un show de volumen excesivamente alto es bueno, y eso fue exactamente lo que pasó. Existieron pocos detalles finos en materia de sonido y mis explotados oídos en ese sentido han sido un indicador. Vos dirás, ¿cómo? Bueno… he escuchado sonar a bandas mucho mejor en Groove, lo cual tampoco le quita al recinto lo no del todo bueno que es para escucharlas, ya sea por su acústica como por otros detalles. Así todo el show fue cien por ciento disfrutable.

Situación es que la banda fue de menor a mayor, como la voz de Cristina, situación que también es recurrente en sus shows. Una vez que la bella calentó las cuerdas vocales llega a cada una de las notas grabadas originalmente. Esto mismo entendí que sucedió en la visita en el Teatro Vorterix, arranca y de a poco se va acomodando. Andrea, a diferencia de ella, conjuga su poco talento vocal con buena onda y entre los dos hacen un más que lindo mix vocal, te suben y bajan más que agradablemente. Él arenga, se ríe, juega con el público y canta con su énfasis traído del hip-hop¿? Bueno, la cosa es que le mete onda y nadie lo va a negar. Por otro lado el desempeño de Diego, fue muy bueno, estático como Maki pero cumplidor. Tocó cada y una de las notas originales, al igual que el siempre cómico bajista, quién lucía una pintura en su pelada que decía “Vamos Argentina Carajo!!”. Yendo al show en su conjunto y haciendo un análisis global del mismo, podemos decir que fue bueno, eso si: siendo que no vinieron a presentar en su momento a “Broken Crown Halo” pensé efectivamente que harían más temas de él, pero no; igualmente cuatro temas estuvieron bien (“Die & Rise”, “Nothing Stands In Our Way”, “Victims” y “Zombies”).

También se dedicaron a recorrer parte de sus viejas y más contemporáneas canciones haciendo énfasis lógicamente en “Delirium”, del cual a mi gusto dejaron un par de copadas afuera. Por otro lado, hicieron canciones como “Zombies” (de lo peorcito del show) bajándole definitivamente un escalón al show con ese cierre, más aún sabiendo que tienen canciones geniales por demás para decir chau. Desde el fondo Ryan también se la bancó bien, aunque creo que desde que su fue su baterista anterior creo que la banda no suena en vivo como con Cristiano. Pintados, con chalecos de fuerza como salidos de un loquero los italianos se divirtieron con la gente y mucho. Cristina habla y habla con la gente (ésta vez no lo hizo en tano) y Andrea esbozó alguna que otra palabra en un español con bastante acento, ¿vieron? Tiene onda. Escuchamos también canciones como: “Spellbound”, “Kill The Light”, la gloriosa “Trip Of Darkness”, “Sensafine”, “Swamped” y “Heaven’s a Lie” de las viejas. Se sumaron a éstas la homónima “Delirium”, “House Of Shame” y “My Demons” entre alguna que otra que seguro se me está pasando del nuevo disco.

Para el cierre del show fue el momento elegido por  ambos cantantes (ya con los chalecos de fuerza fuera de uso) de colocarse la casaca de Argentina con sus nombres en la espalda y como bien dije se despidieron rápido, sin mucha vuelta atrás. Nos vamos y nos vamos. Mis conclusiones finales apuntan a que estuvo bueno, aunque como seguidor de ellos esperaba un poco más. No llenaron el recinto, es verdad, pero si mucho público se acercó a verlos, y siendo que son una banda popular que recluta por sobre todo jóvenes entendí que la gente se retiró muy contenta. No digo que no estuvo genial, pero me hubiera gustado que el show sea con un cierre craneado de otra manera. Seguro vuelven, esperaré más, se que les da.

Texto: Hernán Mazón

Fotografía: Maru Debiassi

Agradecemos a Antonela Barchiesi vía Rock & Reggae por acreditación al evento.

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