Año: 20017 | País: Argentina | Género: Groove/Industrial Metal | Formato: CD | Sello: Independiente
Al comenzar esta crítica ni por asomo recordaba haber visto a los MOONLIGHT ASYLUM, luego investigando sus videos descubrí que muchas veces telonearon bandas que fui a ver.
Se me hace muy difícil relacionar lo que había visto con este “Death is Coming”, su último lanzamiento y objeto de esta review. En aquella época recuerdo haberlos catalogado rápidamente como un clon de BLOODPARADE, enarbolando un estilo que gracias a esta bendita grieta de “metal o no metal”, fue bastardeada debido a su afinidad por los ritmos programables, cuasi bailables digamos.
Definidos como “Metal Industrial”, la verdad que es una de esas bandas que conviene evitarte la etiqueta que traen consigo. Como teloneros siempre los disfruté, al menos por el hecho de presentar algo distinto a lo usual, pero a la vez era demasiado previsible su costado “electrónico”.
En este “Death is Coming” que hoy nos ocupa, veo con optimismo que la propuesta cambió, pero sigue siendo la misma. ¿Cómo es eso? No reniegan de su sonido de origen, pero le agregaron un poco de metal, casi extremo les diría, a la fórmula. Ojo que tampoco estamos frente a un CANNIBAL CORPSE o un SATYRICON, pero la receta tiene mucho del frasco de Dani Filth (pequeño como él). Especialmente pueden notarlo en la voz de Brian Swan. Lo bueno viene por el lado de Julieta Ciminelli. La niña, además de encargarse del bajo, hace el contrapunto en las voces, tanto limpias como guturales, agregando más matices al resultado final.
Yendo a la música en sí, las cosas no son tan simples. Antes, el tinte electrónico te ponía todo en blanco y negro. Amarlos u odiarlos. “Death is Coming” lo tengo sonando hace meses y no logro deducir si me gusta o no. ¡Ni siquiera puedo deducir de qué se trata!
Como bien les conté, la base está bien marcada y lleva el ritmo, en detrimento de las guitarras, algo que a un “Blackmoremaníaco” como yo le pega ahí en las gemelas. Pero la cosa se deja llevar, a veces un poco cansina como en “A voice from deep within”, que abre el disco. Aun así pibes jodidos estos, después me dan duro machaque (ojo, no esperen un PANTERA, sino algo más “moderno”) con “Can’t save you anymore”.
Los temas se siguen unos a otros, con puntos altos como “I will find you” y otros no tanto, pero me deja con una sensación parecida todos: las papas las suele salvar Julieta. Las canciones me gustan y entretienen, pero el “agrande de combo” viene cuando su voz aparece. Lo cual no estaría nunca mal, si es que es el efecto buscado. Sería como criticarle a EPICA que su encanto se basa en la voz de Simone Simmons.
Eso sí, suenan ajustaditos, quizás demasiado por el famoso efecto de las grabaciones digitales; pero tampoco les podemos caer por eso. El que esté libre de pecado, que tire el primer pendrive… Lo seguro es que se nota que cada ídem está bien puesta, cada intervención de los estilos de vocalización que se usan entran a gusto, sin necesidad de vaselina.
Sin dudas un paso adelante de aquellos chiquilines que veía bailar con ritmos locos y raros peinados nuevos ante la incredulidad del metalero argento promedio. Un paso bien firme, que demuestra que podés tener tu estilo bien definido, sin necesidad de volverse intransigente. ¡Alguien que le escapó a la grieta! Y yo eso lo festejo.
Texto: Rodrigo San Miguel
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