RAMONDA – The Walls Are Crumbling Down


Año: 2025 | País: Argentina | Género: Hard Rock | Sello: Frontiers Music S.R.L. | Lemmymómetro: ♠♠♠♠♠♠♠♠ (8/10)

En tiempos donde el hard rock melódico ochentoso parece olvidarse en el horizonte, emerge, a lo lejos, un fuerte sonido: The Walls Are Crumbling Down, el debut solista del argentino Santiago Ramonda, que irrumpe como un grito firme y nostálgico, pero fresco. Con una propuesta que retoma lo mejor del AOR ochentoso y lo actualiza con una producción moderna y pasional, RAMONDA logra un equilibrio preciso entre homenaje a sus influencias y reinvención constante. Este primer trabajo no solo da cuenta de su potencia vocal y sensibilidad compositiva, sino que lo posiciona con fuerza dentro de una escena que, aunque de nicho, está poniendo en boga nuevamente el AOR, el hard rock y el rock melódico con una fuerza imparable.

El disco debut de RAMONDA, que saldrá a través del sello Frontiers Music el 18 de julio de 2025, es un disco muy interesante: arranca con Under the Moonlight, una intro acústica y misteriosa que abre paso a un disco distintivo. Guitarras feroces y una melodía contagiosa, ya podemos percibir la energía que va a tener el álbum, con el virtuosismo de la guitarra y una voz que por momentos tiene un aire a Coverdale.

El segundo tema le da el nombre al disco, The Walls are Crumbling Down, mantiene la velocidad del hard rock. Nos encontramos con un sonido que revitaliza el AOR de los 80. Remembranzas de JOURNEY, DEF LEPPARD, el heavy clásico que brilla, entusiasta.

En Fight Fire With Fire podemos encontrar riffs al estilo MALMSTEEN, una cadencia quizás más subida de tono para ser hard rock. Un muy buen trabajo vocal de RAMONDA y la batería de parte de Nicholas Papapicco, mantienen el ritmo de manera sólida.

RAMONDA es un sonido propio con influencias únicas, que se plantea a base de guitarras vibrantes, rápidas y una voz enérgica que recuerda los mejores tiempos de la música de los 80. El single Gone contiene todos los elementos en los cuales el hard rock reluce en todo sentido. Por su parte, Bad Girl arranca con un palanqueo y una acompasada de guitarra y batería muy buenos, sabemos que todo disco de hard rock también tiene sus momentos tranquilos, pero sin ser aburridos. En este disco no hay nada que sobre. La voz de RAMONDA es una cascada que comienza por sonar dulce y termina en una explosión, al mejor estilo de Jeff Scott Soto, Joe Elliott, incluso Joe Lynn Turner en sus octavas agudas y más melódicas.

En este contexto, está renaciendo un sonido ochentoso de parte de algunos grupos internacionales, quizás a modo de nostalgia, o como decimos los que amamos a este género, por amor a algo que quizá se estaba diluyendo con el paso del tiempo. Hay que estar felices de que hay AOR y hard rock melódico para rato. Ejemplos tales como los suecos NESTOR y H.E.A.T. dan prueba de ello; y por supuesto, del lado nacional tenemos lo nuestro, y se demuestra que RAMONDA pisa muy fuerte en esa temática.

El disco The Walls Are Crumbling Down suena a una mezcla potente de hard rock melódico clásico con una producción moderna. Con influencias claras del rock de los años 80 y 90 (tipo WHITESNAKE, EUROPE, BON JOVI, JOURNEY y más), los riffs son muy enérgicos, los solos de guitarra bien marcados (en casi todas las canciones hay un solo, lo cual es muy llamativo), las baterías sólidas y los coros épicos. También hay toques de blues rock (especialmente en temas como Blue Heart Of Stone), y momentos más «sentimentales» que se equilibran con una actitud combativa y emocional.

El disco va cerrando en The One To Blame y World’s Gone Crazy, que siento que termina siendo este último uno de mis favoritos junto a High Voltage Hearts. Estas dos canciones me suenan a lo mejor de este disco, aunque los singles elegidos Gone y Bad Girl fueron muy buenos, y ya de por sí el disco en sí mismo es muy sólido en su totalidad.

Las letras hablan de amor, y de luchar por tus sueños en este mundo que es cada día más hostil. Desde himnos sobre el desamor y dureza emocional hasta celebraciones de la rebeldía y la autonomía personal, las canciones conforman un manifiesto de pasión y transformación.

Sobre todas las cosas, y en conclusión, una muy buena sorpresa, un hallazgo excelente para renovar el AOR sin sonar repetitivo ni falto de color, por el contrario, nos demuestra que, como la tapa del disco, la tradición permanece, pero lo que hay detrás es un paraíso de colores inconfundibles.

Texto: Julieta Lores
Agradecemos a Frontiers Music S.R.L. por la facilitación del material.
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