STRYPER – When We Were Kings


Año: 2024 | País: USA | Género: Heavy metal/Hard rock | Sello: Frontiers Music | Lemmymómetro: ♠♠♠♠♠♠♠ (7/10)

La esencia podría entenderse como un conjunto de particularidades o rasgos que definen a una persona o grupo diferenciándolos de los demás, mientras resalta que pese al paso del tiempo, esta se mantiene sin cambios dentro de su ADN. Por supuesto que nadie puede pretender ser igual a los 25 años que a los 50, pero eso que nos hace ser lo que somos, es la misma estructura de lo que fuimos y probablemente seremos. Los cimientos que vieron nacer a STRYPER, hoy, más de cuarenta años después, deben estar felices por ver que aún continúan por la misma senda pese a todos los años, polémicas, cambios de formación y modas que han pasado en el medio. No debe ser fácil remar contra la corriente y ellos, en más de una oportunidad, tuvieron que hacerlo, pero siempre convencidos del camino que debían continuar, sin perder esa esencia. Sus letras, basadas en el cristianismo, fueron en parte la base de su éxito y los hace pioneros en mezclar el heavy metal con la biblia, junto a JERUSALEM y los canadienses de DANIEL BAND. Hoy, de la mano de Frontiers Music, presentan su nuevo material When We Were Kings donde combinan sus clásicas melodías con sonidos más modernos, para así, tal como dijo Michael Sweet (voz), evitar que los viejos fans extrañen la esencia de la banda, como así que los nuevos sientan el poder en cada nota.

El camino comienza con End Of Days, heavy metal en su máxima expresión, con matices previos a los estribillos y una voz impoluta para Michael que, con 61 años en su espalda, mantiene la fuerza de un adolescente. Siguiendo esta línea aparece Unforgivable apenas un escalón por debajo en velocidad, pero misma intensidad. Riffs pegadizos (Oz Fox y Michael Sweet) y mucha energía en batería (Robert Sweet).

El turno de la homónima al disco, que curiosamente encara de alguna manera el tema que inicia esta reseña, hace más referencia a sus comienzos, a que ya no son los mismos y que muchas cosas cambian y escapan al control de ellos, sobre todo la edad, pero que volverían a recorrer el mismo camino una y otra vez. Musicalmente, trae consigo más melodía, con duelo de solos de guitarra, mientras va suavizando lo anterior para que decante en Betrayed By Love y bajar un cambio que, sin llegar a ser balada, muestra un lado más sentimental donde cobran cierto protagonismo los teclados de fondo (Paul McNamara) para darle una atmosfera más emotiva.

Loves Symphony y Trinity retoman las vías del heavy, donde en el primero encontramos guitarras armonizadas, que van subiendo las pulsaciones con el correr de los minutos y estribos con tintes glam, mientras que el segundo, con un arranque a lo JUDAS PRIEST, no deja dudas de lo que va a suceder, cumpliendo con creces y sobresaliendo el trabajo de Perry Richardson tanto en bajo como coros. Uno de los puntos más altos se da con Rhyme Of Time, con un inicio digno de agitar los puños al aire, matizando las estrofas con sonidos más limpios y explotando en los estribillos con melodías similares al comienzo, recordándonos a Eternity de STRATOVARIUS. Tanto Raptured y Divided By Design, son quizás los dos con menos trascendencia, ya que no aportan mucha frescura, aunque no por eso son poco brillantes. El primero contiene fragmentos que podrían ser propios de MR. BIG, por lo que estamos hablando de palabras mayores, tirando más hacia el lado del hard rock, mientras que en el segundo rescatamos los elaborados solos que, a dueto, elevan y exigen la velocidad de las piernas del mayor de los hermanos Sweet. Entre medio se cuela Grateful que merece un párrafo aparte. Es una mezcla entre KISS y BON JOVI, con guitarras acústicas entrelazadas con eléctricas, mientras de fondo las teclas dan un colchón para un ensamble perfecto y estribillos coreables de principio a fin. Sin dudas otro punto alto. El final llega con Imperfect World, poniendo toda la carne al asador, con heavy clásico, palo y a la bolsa, solos bien armados en yunta, mientras los palillos y piernas acompañan, con gran aporte de los coros. Si bien es un cierre preciso, no agrega grandes novedades.

Siendo el décimo segundo disco de los norteamericanos, podemos decir que su vibra continua vigente y que la voz de Sweet se mantiene en un gran nivel, por lo que es difícil decir que su camino está próximo a cerrarse y que, de no mediar contratiempos, seguiremos teniendo STRYPER para rato.

Texto: Santiago Izaguirre
Agradecemos a Frontiers Music por la facilitación del material.
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