MEGADETH en vivo en Argentina: “Entre el pasado y el presente”

Fecha: Domingo 14 de abril de 2024 | Lugar: Movistar Arena | Ciudad: C.A.B.A. | Hora: 20:00 hs. | Banda invitada: AGAINST

Como suele pasar desde principios del 2000 (año en que Marty Friedman se fue definitivamente de la banda para volver, casualmente, en algunos shows puntuales este año y el anterior), cada acción de MEGADETH genera cierta desconfianza en quienes, más allá de tener un aprecio entrañable por la banda, entienden que el grupo debería estar a la altura de sus primeras obras que sin lugar a dudas son pilares del thrash metal y de la música pesada en general. Esta desconfianza pasa por la actitud errática de Dave Mustaine, quien en estos últimos veinte años se ha visto complicado a la hora de mantener el timón del grupo. Varios discos olvidables (“Super Collider” o “Thirteen” por nombrar alguno) e innumerables cambios de formación – siendo la última la insólita “desvinculación” de Kiko Loureiro con el sorpresivo ingreso del finlandés Teemu Mäntysaari – también han ido desdibujando la figura de una banda que, más allá de otros hechos de la vida personal de Mustaine (un cáncer de garganta, su conversión al cristianismo, su apoyo explícito a Trump), parece tener crédito entre los fanáticos argentinos que agotaron en un par de días dos Movistar Arena y terminaron colmando un tercero después de que se haya suspendido el show de la banda en Uruguay.

La llegada de la banda al Movistar Arena no es menor y actúa también, simbólicamente, como una muestra de los cambios que han ido atravesando a nivel social y cultural los fanáticos en Argentina. El rock barrial a principio de los noventas, la cumbia en los 2000 y más acá el trap, han ido disputándose claramente al metal su raigambre genuinamente popular. A diferencia de lo que sucedía en los noventas hoy ir a ver MEGADETH está lejos de convocar a los sectores populares, por el contrario, recintos como el Movistar Arena, de gran nivel de comodidad y acústica, están más cerca de ser un shopping musical que un espacio artístico. Más allá de la cantidad de tickets vendidos, MEGADETH hoy es una banda popular por convocatoria, no porque incluya a los sectores postergados que ven en el heavy metal un espacio para reivindicar su rebeldía y su descontento (cuestión que hace del thrash una razón de existir), algo que en los noventas convocaba a gran parte de la fanaticada que seguía a la banda de Mustaine.

La última presentación de MEGADETH en Argentina había sido en 2017 en el contexto de un Monsters Of Rock donde el desempeño de la banda había sido discreto. Esta vez, Mustaine prometió una sorpresa (muchos especularon con la presencia de Marty Friedman) pero finalmente no quedó claro cuál fue. Tal vez su guitarra ploteada al final de los shows con la bandera Argentina o la transmisión de los mismos en streaming hayan sido lo que el colorado imaginó como sorpresa. En un caso u otro estuvo lejos de lo que hubiera implicado la presencia de Marty en algunas canciones.

Como viene pasando en algunos shows internacionales, AGAINST fue elegida para abrir dos de las tres fechas en Argentina. Lo del cuarteto tiene que ver bastante con la variedad de estilos que ha surcado MEGADETH en su carrera, más allá de que lo suyo es más cercano al groove metal que al thrash, por lo que su presencia estilísticamente está justificada. En este punto sus virtudes (los contrapuntos, breakdowns y momentos más pesados) se vieron reflejados más allá de que el sonido fue algo desparejo, logrando en canciones como “El libertador”, que incluyó el recitado en vivo del famoso discurso de San Martín, un nivel aceptable. Incorporando algunas sutiles referencias al contexto político dedicando, por ejemplo, alguna canción a los que están sin trabajo, la sensación final es que la banda necesita nuevas canciones para dar un salto definitivo. Su último disco “Nueva Cultura Pesada” es del 2018 y para una banda que toca tanto en vivo, una actualización es imprescindible. Esperemos este año tener novedades.

Un escenario con una bandera de fondo con Vic Rattlehead y el logo de la banda como única decoración, fue la propuesta que MEGADETH realizó para estos shows en Argentina. Después de haber visto otros shows como los de GOJIRA – MASTODON y GHOST en el lugar, la sensación es que desde el punto de vista estético la producción de la banda podría haberse esmerado más, jugando con la escenografía y otros elementos además de haber ubicado al baterista Dirk Verbeuren sobre una tarima como dato atrayente. Lugares como el Movistar Arena permiten eso y una banda con la llegada que tiene MEGADETH debería aprovecharlo.

El ingreso del ya mencionado baterista, luego del bajista James LoMenzo, segundos después del guitarrista Teemu Mäntysaari y finalmente de Dave Mustaine, con la obvia ovación, fue el trasfondo para el inicio del show con dos canciones de la post Marty, “The Sick, the Dying… and the Dead!”, de su último disco titulado con el mismo nombre y “Dread and the Fugitive Mind” del disco “The World Needs a Hero” del 2001. Las dos canciones con una estructura compleja de composición y con varios fragmentos veloces, sirvieron para acomodar un sonido que hasta ese momento era fuerte pero no claro. Para “Angry Again” el sonido se acomodó perfectamente y al menos, desde el sector que nos cedió la gente de prensa (una platea baja muy cerca del lado izquierdo del escenario), a lo largo de toda la noche todas las canciones se escucharon de manera fuerte y clara.

La gran noticia es que la voz de Mustaine (que había tenido rendimientos preocupantes en visitas anteriores) esta vez no estuvo tan lejos de lo que se escucha en los discos. Especialmente en canciones más orientadas al medio tiempo o a la faceta más melódica del grupo, se vio cierta comodidad vocal que el colorado no había demostrado en otras visitas. Así, más allá de que es imposible que Mustaine cante con la agresividad narcótica de hace más de treinta años, versiones como la ya mencionada “Angry Again”, la ominosa “In My Darkest Hour”, la densa “Countdown to Extinction” o la melódica “A tout le monde”, sonaron de manera más que satisfactoria desde lo vocal, algo que no venía sucediendo en sus últimas visitas.

Desde lo musical la formación que hoy propone MEGADETH tiene muy poco que discutir. Dirk Verbeuren es un baterista con la técnica suficiente para ponerse en el lugar del mejor Nick Menza y reproducir sus yeites sin problemas. En este sentido, su falta de carisma (estuvo literalmente escondido entre sus pelos y auriculares a lo largo del show, un punto en contra si uno recuerda a Menza parado sobre su batería transparente en las primeras visitas de la banda a Argentina) es reemplazado con su pericia, algo que termina por sostener las dificultades vocales de Mustaine en canciones como “Skin o’ My Teeth” o “Tornado Of Souls” donde cada golpe suyo fue perfecto. En otros momentos, como en “Wake Up Dead”, supo acompañar la aceleración de sus compañeros y cubrir la exigencia vocal de la canción al punto de que la versión tuvo momentos de agresividad que se suelen extrañar en las últimas versiones de MEGADETH en vivo.

Es así, que más allá de su pasado thrasher, MEGADETH ha tenido momentos en su discografía donde ha refinado su sonido y se ha acercado a momentos heavys y melódicos. Esos momentos estuvieron presentes con canciones como “Trust” o “She Wolf” que resultaron muy confortables a nivel ejecución para toda la banda, pero en especial para Teemu Mäntysaari. Claramente, la manera de tocar del finlandés está orientada a lo melódico y respetando la línea de Kiko Loureiro. Esto dio por resultado que en estas canciones la interacción con Mustaine, doblando los solos y desarrollando melodías de guitarras gemelas, haya sido uno de los puntos altos del show. Como contraste, en las canciones de ADN thrashero y con más dificultades técnicas (“Tornado Of Souls”, “Hangar 18” y “Holy Wars… The Punishment Due”) se lo vio algo dubitativo, generando algunas miradas poco contemplativas de Mustaine quien ejecutó su propia parte sin problemas. Sin llegar a ser un desastre ni mucho menos, las versiones fueron bastante distintas a las originales cuando el público espera que, en este caso, haya una fidelidad absoluta.

Desde el punto de vista de la reacción del público canciones como “Sweating Bullets” (con una versión que fue de lo mejor de la noche incluyendo a Mustaine ejecutando la mímica de hablarse a sí mismo como en el videoclip de la canción) o “Peace Sells… but who’s buying” con James LoMenzo (de una sólida e influyente tarea rítmica, haciendo las veces de Ellefson para arrancar el tema) fueron de las más festejadas por un público que desató un pogo más cercano a lo medido que a lo brutal. En este punto ni siquiera “Symphony of Destruction”, con el acostumbrado “Aguante Megadeth” inaugurado en Argentina hace treinta años, desató el pogo brutal que generaba en otros tiempos. Seguramente los tiempos han cambiado y, así como también es difícil creer que Mustaine esté en contra de la guerra apoyando a Trump, el público tampoco tiene la efervescencia de otras épocas.

Un escueto “Ustedes son el verdadero público de MEGADETH, esto es lo que quería ver” de Dave Mustaine antes de cerrar el show con la mencionada versión de “Holy Wars… The Punishment Due” que incluyó la clásica guitarra Flying V ploteada con la bandera argentina, fue el cierre que, a diferencia de las últimas visitas, estuvo a la altura de la historia, como momentos puntuales en los que MEGADETH demostró por qué es una de las bandas más queridas de la historia de la música pesada mundial por la fanaticada argentina. Ya nada es lo mismo, pero este presente es bueno. Eso es lo que importa.