En medio del lanzamiento del nuevo disco de EVERGREY, Theories Of Emptiness (disponible a partir del pasado 7 de junio en todas las plataformas) y preparando la primera visita a latinoamérica, el también bajista de TALISMAN, Johan Niemann, cuenta de qué se trata la carrera de uno de los más innovadores y melancólicos representantes del metal progresivo sumando, además, una reflexión sobre lo que implica componer su propia música en un mundo donde dominan las nuevas tecnologías.
Vienen por primera vez a la Argentina y por lo que estuve viendo en el set, vienen dándole mucha importancia a los últimos discos. ¿Eso se mantiene cuando van a algún lugar que visitan por primera vez? Te lo pregunto porque no suele ser frecuente en los setlist de las bandas que suelen ir con material antiguo o clásico.
No, no cambia. Quizás podríamos cambiar alguna que otra canción, pero la realidad es que tenemos muy poco tiempo para aprender (o reaprender) el material viejo y ensayarlo. Lo que hacemos es tratar de enfocarnos en qué canciones hacer de forma tal que no tengamos que ensayar demasiado diferentes sets porque vivimos en la misma ciudad y eso dificulta las cosas para juntarnos a ensayar. Sería genial poder hacerlo, pero la realidad dicta otra cosa. La decisión que tomamos es la de enfocarnos en el material más nuevo, los últimos cinco discos. Además, aunque suene extraño, pareciera ser que es lo que la mayoría de la gente quiere escuchar. Durante los últimos diez años se nos han unido una gran cantidad de nuevos fans, gente que descubrió a la banda incluso con esta nueva formación y que, quizás, ni siquiera hayan escuchado Solitude, Dominance, Tragedy (1999). Incluso, ni siquiera le importa y eligen el nuevo material. Allá ellos. Para una banda que lleva más de treinta años haciendo música en este ambiente, seguir convocando gente nueva y que encima prefiera el material nuevo, es un puto logro, es maravilloso. A mí me vuela la cabeza. Digo, en lo personal, si quiero ir a ver a IRON MAIDEN, quiero escuchar el material viejo, no lo nuevo; pero eso es porque soy un viejo de mierda (risas). Así son las cosas.
Componer dentro del metal progresivo exige incorporar muchas ideas y siempre “ir más allá” de los límites o lo esperado. ¿Cómo encara la banda y vos específicamente, el proceso compositivo? ¿Hay algo últimamente que te inspira más?
Theories of Emptiness, nuestro último disco, es un tanto diferente a los anteriores. Principalmente porque cuando comenzamos a hablar acerca de componer material nuevo, nadie tenía ideas… excepto yo. ¡Tenía más de cincuenta ideas posibles! El tema es que yo siempre tuve una especie de tecnofobia, nunca jamás había usado una computadora, ni tenía interés en hacerlo. Toda mi relación con la tecnología comenzó hace un par de años. Jonas necesitaba un bajo y le ofrecí uno de los míos. Como él no se sentía cómodo aceptándolo así no más, me dijo que me lo cambiaba por una de sus computadoras; y la acepté. Así fue como me metí en el mundo de la grabación casera y, durante los últimos años, acumulé toneladas y toneladas de material, que fueron las ideas que tenía cuando nos propusimos componer material nuevo. Finalmente, creo que ocho de las once canciones del disco comenzaron a partir de un riff o idea mía ¡Es mi disco solista! (risas fuertes). Luego, una es de Rikard (Ndr. Zander teclados, coros) y otras dos de Tom, Henrik (Ndr. Danhage guitarrista) y Jonas (Ndr. Ekdahl baterista quien dejó la banda luego de grabar) pero, por supuesto, hablamos de la música; las letras son campo exclusivo de Tom. Sin embargo, solo una canción del disco quedó casi exactamente como yo la escribí, el resto fueron ideas que trabajamos entre todos hasta llegar al producto final.
¿Cómo es en general ese proceso? ¿Te sentás intencionalmente con el bajo a componer o quizás vas caminando por la calle y se te viene un riff a la cabeza y lo grabas tarareando en tu teléfono?
Esta vez todo comenzó con una idea muy vieja que tenía en mi mente desde hacía años, un riff de viola. Eso fue lo primero que grabé. Quedé medianamente satisfecho con el resultado pero, ya sabés, a medida que pasaba tiempo sentado frente a la computadora, aprendiendo a usar el programa, intentando y equivocándome, las cosas fueron mejorando. En definitiva fue el resultado de varias horas al día dedicadas a eso, venciendo mi fobia. Esa disciplina me puso en un espacio mental tal que, tan pronto me sentaba frente a la computadora, las ideas comenzaban a surgir; aprendí que uno puede entrenar a la mente para ser creativo. De esa manera comencé a grabar absolutamente todo lo que se me venía a la mente y luego clasificarlo. Básicamente fue grabar, grabar, grabar, grabar… luego sí, fuí escuchando todo y empezando a desechar lo que era una mierda de lo que no. A veces también existen esos momentos de iluminación, ocasionalmente, en los que voy caminando por la calle y una melodía aparece en mi cabeza; ahí trato de cantarla en mi teléfono para luego pasarla a la compu pero en general el proceso es otro.
Con The Storm Within (2016) The Atlantic (2018) y Escape of the Phoenix (2021) cerraron una trilogía referida al agua. ¿Qué ventajas tiene trabajar los discos como una gran historia?
En realidad, nunca nos sentamos y planeamos varios discos al mismo tiempo, somos más de trabajar “en el momento”. Sin embargo, es muy interesante cuando, luego de un par de discos, mirás atrás y podés encontrar un camino que los une y decís “¡Oh, esto está conectado!”. Gran parte de eso se debe a que somos la misma gente escribiendo todas las canciones, lo que lleva a que, inevitablemente, haya un hilo conductor en algún lado, atravesando todo. No es que tengamos un gran plan maestro que abarca tres discos o algo así… no somos tan inteligentes (risas).
Uno de los cortes del nuevo disco Theories Of Emptiness, fue la canción Falling From The Sun, que fue presentada como la segunda parte de Ominous que pertenece al disco anterior, A Heartless Portrait (The Orphean Testament) (2022). ¿Podés contar cómo o en qué se relacionan?
En lo único en que se relacionan es en que fueron grabadas en el mismo lugar, nada más. Los videos se grabaron el mismo día en el mismo lugar. La historia es que nosotros quisimos lanzar esa canción como un video, pero el sello no quiso porque no pensaron que era una buena canción para hacer un video. Pero tenemos un amigo que está muy bien económicamente y Ominous es su canción favorita. Un día nos dijo: “Si quieren hacer el video, yo se los pago”, y así fue. Llevó unos meses llegar a lo que queríamos lograr y finalmente, se lanzó justo antes del primer video del nuevo disco. Esa es la razón por la cual se piensa que están relacionados pero lo único que las vincula es que es el final de un disco y su continuación hacia el nuevo disco.
Vos entraste a la banda en 2010, en un momento difícil respecto a cambios de integrantes, más allá de que Tom seguía siendo el líder creativo. Desde ese momento sacaron varios discos. ¿Cuál te parece más relevante o con cuál dijiste “este es un discazo”?
El primero que se me viene a la mente es Hymns for the Broken, principalmente porque fue el momento en que Jonas y Henrik reingresaron a la banda; cuando dimos esa noticia e hicimos el video de King of Errors, la gente se volvió loca. Al día de hoy, ese es uno de mis videos favoritos, por cierto, es una locura. Luego también The Atlantic me gustó mucho. Ese fue un disco que cuando lo terminamos pensé: “Este va a ser un gran disco”. De hecho, hubo mucha gente que nos dijo que ese había sido el mejor álbum que habíamos hecho.
Al día de hoy, sos el bajista que más tiempo ha permanecido en la banda. ¿Cómo te sentís con eso? ¿Qué sensaciones te despierta?
Bueno, de hecho, hace poco empecé a pensar en eso porque, a decir verdad, he estado en EVERGREY más tiempo que en cualquiera de mis otras bandas. Sin embargo, no se siente así. Llevo catorce años en EVERGREY, pero siento que solo han pasado seis. Por ejemplo cuando pienso en el tiempo que pasé con THERION, que fueron ocho o nueve años, siento que fueron veinticinco. Tengo esa sensación de que estuve en esa banda por toda la eternidad. Creo que se debe a que en esa banda tuve muchas “primera vez”: primera vez que entré a un estudio, primera vez que salí de gira, primera vez que fui a Estados Unidos, la primera vez que fui a Sudamérica. Fueron tantos estímulos, tantas cosas las que sucedieron que quizás esa sea la razón por la que se siente más tiempo del que realmente fue.
El año pasado, EVERGREY cumplió 30 años y editaron un disco con versiones en vivo, rarezas y versiones de piano y voz. ¿Qué los llevó a editar ese disco en lugar de hacer una gira aniversario?
Creemos que en tanto y en cuanto la gente quiera seguir escuchando material nuevo, en eso nos enfocaremos. En lo personal, me da un poco de miedo empezar a hacer cosas por aniversario, hay un gran riesgo en eso, en tocar un disco completo de principio a fin o en girar tocando una determinada era de la banda. Temo que podamos quedarnos encasillados o atorados y no podamos salir de ahí, porque es fácil, muy fácil. Por ejemplo, la gente pide que hagamos In Search Of Truth y entonces lo hacemos. Luego, lo que sigue ¿Qué es? Simple, es el disco que le siguió porque es el siguiente aniversario. Eso lleva a estar constantemente mirando hacia atrás y tocando material que, si bien es de EVERGREY y es genial, pertenece a otro tiempo, ya se hizo… y por otros músicos.
Jonas ha dejado recientemente la banda. ¿Cómo los afectó esto tanto profesional como emocionalmente? Siemen Sandnes será su reemplazo en la batería. ¿Cuál es la historia detrás de esta elección?
Nos afectó bastante. Conozco a Jonas desde hace diez años y he tocado con él durante todo ese tiempo; será muy raro salir de gira y no verlo deambular entre nosotros. Pero, por suerte, encontramos a Siemen, su reemplazo, que es joven, tiene energía, es un tipo positivo y tiene muchas ganas de tocar. Eso nos ha contagiado; sentimos esa energía y esa pasión y nos ha rejuvenecido, creo, en algún sentido. Es esa energía que nosotros, los viejos, necesitamos. Hicimos una pequeña investigación que tratamos de mantener en secreto, preguntándole a conocidos acerca de bateristas conocidos que pudiesen tocar con nosotros y cuando dimos con él, le enviamos algunas canciones, sin batería, para que tocara algo encima y fue sencillamente genial.
Nuestro compañero Hernán Mazón habló con vos en 2021 y allí nos contabas que tenían ganas de venir a Sudamérica, pero las cuestiones económicas lo impedían. ¿Qué expectativas tenés respecto a esta primera visita de la banda a Argentina ahora que finalmente se concreta?
Bueno, en realidad, ya he estado en tu continente y en tu país, solo que con otra banda (Ndr. fue parte de THERION) ¡Ya sé qué esperar! (risas). Hablando en serio, eso fue hace mucho tiempo y probablemente, muchas cosas hayan cambiado. Solo espero que sea un gran show y que la gente vaya a vernos y esté contenta por eso. Por supuesto, sé que no somos IRON MAIDEN (risas) pero aun así espero que una buena cantidad de gente vaya a vernos y se divierta.
En esa entrevista afirmaste que la melancolía era un sentimiento que, hasta ese momento, acompañaba las canciones de la banda. ¿Eso se fue manteniendo?
La melancolía sigue estando muy presente, pero últimamente he notado también algunas influencias más positivas. Quizás se deba a que Tom (Ndr S. Englund líder de la banda) se encuentra en una situación diferente y mejor, a nivel emocional, respecto a cómo estaba hace unos años atrás. Se nota que tiene una visión un poquito más luminosa acerca de las cosas, de su entorno. Lo importante es que nunca dejó de escribir acerca de cosas muy reales, que nos atraviesan a todos como seres humanos y que muchas veces no queremos ver. Creo que de eso se trata un poco EVERGREY, de mostrar el lado más sombrío de la vida.
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