En su tierra natal (el sur de Francia), mientras trabaja en un nuevo disco (más luminoso en sus propias palabras) y se prepara para un nuevo tour, Neige nos cuenta de qué se trata la última etapa de ALCEST; una banda que sintetiza con una particular sensibilidad, el vínculo con lo trascendental sin explícitamente proponer un camino ligado a las religiones establecidas. A punto de presentar “Spiritual Instinct”, un disco que profundiza el peculiar vínculo que los franceses establecen entre el shoegaze y el black metal, en lo que muchos consideran un retorno a sus orígenes y que potencia la idea de que no se puede pensar a la banda sin vincularla con la naturaleza y lo metafísico, el vocalista – guitarrista nos cuenta su singular visión de la vida y de los seres humanos sin dejar de hablar de su amor por la música como vehículo para expresar sus sentimientos.
MD: “Spiritual Instinct” propone dos ideas fuertes, por un lado la presencia de lo espiritual y por otro la de lo instintivo ¿Cómo relacionas estos dos conceptos? Desde afuera se podría decir que la faceta espiritual es más una búsqueda del ser humano que algo instintivo.
Neige: El título tiene que ver con que desde chico la espiritualidad ha sido una parte muy importante en mi vida. Lo extraño es que nunca entendí muy bien por qué esa cuestión me llegó tanto porque nunca creí en nada en particular, ni elegí seguir ningún tipo de religión. Cuando era chico no creía específicamente en algún tipo de Dios pero creo que estaba muy metido con las grandes preguntas de la vida como “que hay más allá de la muerte” o “Cuál es el origen del universo”. De alguna manera todo esto ha sido parte de mi naturaleza, de mi instinto. No es algo que haya aprendido o estudiado, siempre estuvo ahí, por eso me gusta llamarlo “Instinto espiritual”. En definitiva me parece que es una manera más personal de abordar la espiritualidad, distinta a estudiarla a través de una religión o dogma. Si lo pensamos bien, la religión no necesariamente está ligada a la espiritualidad, creo que muchas personas muy religiosas no tienen nada de espiritualidad porque simplemente siguen algún dogma o conducta que no los liga con algo trascendental. En cambio yo me considero una persona muy espiritual sin necesariamente practicar ninguna religión; no creo que haya nada entre nosotros y un ente, fuerza o inteligencia superior mediando. No creo que necesitemos de un sacerdote, una iglesia, un templo o un hechicero; somos lo suficientemente grandes y sensibles como para necesitar reglas o un dogma. Hay mucha gente que dice no ser espiritual y sin embargo lo es sin saberlo. Por ejemplo, muchos artistas están conectados a algo más; o las personas a las que les gusta pasar mucho tiempo en la naturaleza, encuentran una manera de conectarse con cosas mucho más grandes que nosotros, que nos exceden. Cuando me encuentro en la naturaleza, siento que esa es mi “Iglesia”. Ahí entro a mi propia espiritualidad. En definitiva creo que cada quien busca su propio camino y eso es lo que propone este disco.
MD: Me da la sensación que desde la música ALCEST intenta mostrar un camino que a diferencia de las religiones establecidas es sumamente abierto y etéreo para no condicionar ningún tipo de búsqueda…
N: Si, si, definitivamente. Porque eso es exactamente lo que no me gusta de la religión, la arrogancia de los altos estratos de la misma; esa altanería por sentir que tienen la única verdad y querer convencer a otra gente y decirles lo que tienen que hacer. Todos tenemos un camino individual y personal en esta vida y es importante que podamos explorarlo libremente por nuestra cuenta. Para mí la religión es perder la libertad de muchas maneras diferentes. Personalmente se trata también de mostrar que se puede creer en algo, ser muy espiritual y al mismo tiempo no pertenecer a ningún grupo religioso. Me considero un “espíritu libre”, puedo aprender cosas de la gente y de diferentes religiones también sin apegarme estrictamente a una sola cosa. Yo crecí en una familia católica pero eso nunca me privó de conectarme con el budismo por ejemplo, por eso es tan importante mantener la libertad y no dar por hecho lo que te puedan decir; construir la propia verdad.
MD: Me imagino que para un alguien que tiene una sensibilidad tan particular y que se relaciona tanto con la naturaleza la pandemia fue un momento difícil ¿Cómo lo viviste?
N: Durante diez años, del 2010 al 2020, estuvimos girando sin parar por todo el globo, componiendo y entrando al estudio para grabar nuevo material, por lo que nunca estuve realmente “en casa”. Por esa razón, para mi, estar encerrado “en casa” fue genial (risas). Finalmente pude estar tirado en mi sillón, reflexionando acerca de lo que había hecho en el último tiempo de mi vida. Es que cuando estás a mil todo el tiempo, de acá para allá, no te das cuenta de lo que estás haciendo o logrando. Te movés constantemente hacia adelante y nunca podés frenar para ver si el camino recorrido fue el correcto. Además fue un gran momento para poder pasar tiempo con mi familia, a quienes casi no había visto en diez años; incluso reencontrarme con algunos de mis primos a quienes no veía desde pequeños. Pude reconectarme con las cosas más simples de la vida. La gente suele decirme “tenés mucha suerte de poder viajar con tu banda alrededor del mundo haciendo lo que te gusta” y es maravilloso, no voy a mentir, es una gran oportunidad que tuve. Sin embargo, llevar este tipo de vida tiene un costo muy elevado, se extrañan muchas cosas que son mucho más simples pero a la vez muy importantes. Entonces para mi el encierro de la pandemia fue muy positivo. Además, por un período muy largo muchos pudieron permitirse sin culpa el “no hacer nada”, porque todos estábamos en la misma situación. A mi me costaba no hacer nada, porque me sentía culpable, inútil o vago al ver que yo paraba mientras el mundo a mi alrededor seguía adelante al mismo tiempo que estaba sentado en un sillón mirando el techo. Después entendí que nos pasaba a todos por igual y empecé a disfrutarlo.
MD:“Protection” el primer single del disco menciona a la noche y nombra a la naturaleza como protectora, algo que se ve en la oscuridad del video ¿Qué significa para vos?
N: Siempre me sentí muy diferente al resto de la gente del lugar en donde crecí al sur de Francia. Era un desentendido, un marginado; y eso no se siente bien. Hay gente que se esfuerza mucho por sobresalir y ser notado pero yo en cambio siempre quise ser más normal, de perfil más bajo. Por esa razón pasaba mucho tiempo afuera en contacto con la naturaleza, en soledad, pensando. Esa naturaleza era mi refugio, mi escudo protector. Siempre la utilicé para escaparme de una realidad que no me gustaba. Si crees en el mundo espiritual como yo, no hay mejor conexión entre nuestro mundo y el espiritual que la naturaleza misma; es la mejor manera de sentir que hay algo que nos excede, algo grande. Las olas, el mar, la noche son como un escudo protector. Es bueno para mi alma.
MD: “Sapphire” es una canción en donde vos improvisas las letra ¿Cómo funciona eso en vivo? ¿Qué desafíos hubo a la hora de transformarla en un videoclip?
N: Ni siquiera se trata realmente de una letra improvisada. No hay una lengua real. No es Inglés, ni Francés ni nada, pero siempre canto lo mismo, las mismas “palabras” si es que puedo llamarlas así. En cada show que hacemos canto los mismos fonemas, los mismos sonidos. Es raro porque no es un idioma, no sé en realidad qué estoy cantando y aunque suene cliché creo que es el idioma de mi alma, es lo que salió naturalmente. Son solo sonidos, sin ningún significado, que surgieron de mi de una manera muy espontánea mientras tocaba el riff en la guitarra. Es lo que más me gusta, algo que es muy directo, genuino y puro. No me siento limitado por palabras, acentuaciones o métricas. Para todos aquellos que se rompen la cabeza tratando de “sacar” la letra, bueno, no hay letra (risas).
Esta última canción tuvo un remix de PERTURBATOR y luego hicieron un show en París juntos ¿Hay posibilidades de que esta colaboración se transforme en un disco con canciones nuevas? ¿Qué relación tenés con las posibilidades que da la música electrónica?
N: ¡Me encantaría! Pero James (Ndr. Kent quien lleva adelante el proyecto), que es mi amigo, está muy ocupado, siempre de gira por lo que es muy difícil coincidir con él. Realmente disfrutaría mucho de poder hacer algo con él pero dudo que tenga el tiempo. Me encantó lo que hizo con “Saphire”. Cuando imaginé a ALCEST mezclado por PERTURBATOR fue exactamente lo que me vino a la cabeza y él lo hizo realidad.
MD: Desde lo músical “Spiritual Instinct” es una profundización de lo que “Kodama” planteaba musicalmente, una especie de mirada al pasado pre “Shelter” pero con herramientas del presente ¿Los sentís como discos que de alguna manera están vinculados entre sí?
N: “Spiritual Instinct” está ligado a “Kodama” sin duda alguna porque yo me encontraba en el mismo estado mental cuando escribí ambos. ¿Te acordás de aquel gran ataque terrorista que tuvimos en París en 2015? Tuvo un gran impacto en mi porque vivo en el mismo distrito, a unas pocas cuadras de ahí, y como tantas otras personas estaba realmente shockeado. Creo que perdí parte de mi inocencia y credulidad con esto; fue horrible. Y entonces mi música se volvió más oscura, no fui capaz de hablar de aquel lado más positivo de ALCEST que había mostrado en “Shelter” por un tiempo largo y me volqué hacia el lado más oscuro. Por suerte ahora estoy volviendo hacia algo mucho más positivo.
MD: Es decir que el nuevo álbum viene en la línea de “Shelter”?
N: No, no es tan así. Pero te diría que va en la misma línea que en los dos primeros discos “souvenirs…” y “Écailles…” con muchas emociones disímiles como la felicidad y la tristeza, al mismo tiempo. Ya comenzamos a grabar en etapa de preproducción; todo está finalizado, tanto letra como música, así que estamos por entrar a la etapa de grabación propiamente dicha. Estamos pensando en incorporar un coro real para darle una vibra más angelical, pero aun no sabemos si será un coro de mujeres o de niños, lo seguro es que será algo muy ambicioso. Eso sí, vas a tener que esperar hasta el año que viene para tenerlo (risas).
MD:Hay bandas como DEAFHEAVEN que parecen a su modo seguir el paso de ALCEST. Incluso el último disco de ellos “Infinite Granite” tiene un aire a “Shelter” con solamente voces gritadas en la última canción. ¿Sentís que fueron abriendo camino para que estas bandas y otras tengan la valentía de experimentar y mezclar géneros tan distintos como el black metal y el shoegaze.
N: Es lo que la gente dice, que abrimos la puerta para que otras bandas experimenten y se animen a explorar otros estilos de música. Incluso algunas bandas me han dicho que se formaron luego de haber escuchado ALCEST, y creo que es una de las mejores cosas que me pueden decir. No solo porque hay alguien a quién le gusta mi música sino que además se siente inspirado por ella, y eso es muy fuerte para un músico.
MD: Volvés a Sudamérica, un continente lleno de leyendas, fantasía, historias míticas y mucha espiritualidad ¿Hay algo en especial que quieras conocer?
N: Debo reconocer que no sé mucho al respecto, no conozco mucho la historia o la cultura de la región pero si conocemos gente allá, por ejemplo quienes nos organicen el tour, espero que puedan contarnos acerca de todos estos aspectos que me mencionas porque realmente me interesan.
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