Fecha: Viernes 10 de Marzo | Hora: 21.00 hs. | Ciudad: C.A.B.A. | Lugar: Uniclub| Banda Invitada: MITODIAN
Decididamente DEFHEAVEN es una banda que apuesta con sinceridad a que su música no pase desapercibida. Al escuchar sus discos y especialmente al verlos en vivo, uno se encuentra con una propuesta que va más allá de lo acostumbrado, que propone traspasar límites y que en ese transcurrir encuentra una propuesta fascinante para quienes están dispuestos a dejarse envolver por esa mezcla de agresividad y melancolía que proponen sus canciones.
En este contexto el antecedente de los estadounidenses era “Infinite Granite” un sorpresivo disco que en el 2021 los mostró en una faceta inédita en donde GEORGE CLARKE dejó las voces gritadas y la banda el black metal para realizar un disco donde el denominado blackgaze, tuvo más de shoegaze que de black metal. El resultado fue interesantísimo y abrió la puerta de un nuevo mundo exploratorio para un grupo que parece hacer de eso, su forma de vida.
Casi como una respuesta a este último disco, el grupo comenzó el set con “Black Brick”, un single que habían lanzado en 2019. Esta canción seguramente es de las más pesadas y violentas que tiene la discografía de los estadounidenses y la dinámica de la banda en vivo potenció esto. Mucho de lo que proponen en vivo se sostiene en la performance de GEORGE CLARKE y, en este punto, el estadounidense así lo hizo sentir. En este tema y en la gran mayoría de las canciones de la noche su actuación fue violenta, eléctrica y desafiante. Sacudiéndose como un cantante de hardcore y con el aspecto de un IAN CURTIS extremo en sus gestos y movimientos, su voz resultó lascerante y violenta, algo necesario para una banda que hace de las cacofonías del black metal su insumo para generar sus canciones. “Sunbather” fue la continuación perfecta a ese frenesí del comienzo con las guitarras de KERRY McCOY y de SHIV MEHRA acomodándose sonoramente para esa mezcla de furia y calma que propone la canción resaltando en especial la luminosidad del último segmento del tema. Desde la batería DANIEL TRACY y desde el bajo CHRIS JOHNSON fueron los encargados de sostener rítmicamente a una banda que hace de lo violento, lo cacofónico, pero también de los momentos melódicos y sensibles, una manera de entender la música pesada. En especial el primero fue capaz de transitar el contraste entre los blastbeats y las sutilezas mostrando una versatilidad pocas veces vista.
Tal vez esta última parte de la canción haya sido la que permitió que tres canciones de “Infinite Granite” pudieran encontrar un lugar en un set que hasta ese momento había resultado tan extremo como abrumador. Casi como un camaleón Clarke pasó de gesticular y moverse como un poseso, a bajar un cambio para cantar “Shellstar”, “In Blur” y “Great Mass of Color”, tres canciones de una marcada profundidad shoegaze, sin voces gritadas y cantadas a viva voz por un Uniclub llenísimo. En este sentido, fue interesantísimo observar a una banda que paso de la furia, del odio y la frustración a la calma y la belleza en cuestión de minutos, con un Clarke que se animó incluso a bailar sobre el escenario siguiendo la cadencia de las canciones. “Canary Yellow” del disco “Ordinary Corrupt Human Love” sirvió perfectamente para volver a la violencia del black metal, principalmente porque sobre la mitad de la canción, el quiebre sonoro desembocó nuevamente en ese grito catártico que son las canciones de los estadonunidenses. Antes de los bises “Mombasa”, la última canción de I.G y no casualmente la única que incluye voces extremas al final de la misma en una especie de símbolo de que que el grupo no se va a alejar discográficamente de esas sonoridades, dejó un breve descanso para que finalmente el grupo volviera a escena.
En medio de un público enganchadísimo en la propuesta, pogeando e incluso haciendo stage diving desde el escenario “Brought to the Water” en una versión veloz e intensa junto a “Dream House”, una gran definición de esa mezcla de violencia y melancolía que propone la banda, cerraron un show corto, conciso y, en el buen sentido, abrumador. La música de DEAFHEAVEN no es para cualquiera, pero shows como este permiten entender de qué se trata su propuesta. Que vuelvan a hacer su catarsis con nosotros. Los esperaremos.
