Fecha: Miércoles 21 de Junio | Hora: 19:50 | Ciudad: C.A.B.A | Bandas invitadas: RENACER / EL DRAGÓN / ENTRE EL CIELO Y EL INFIERNO / TANO ROMANO / HORCAS / V8 TRIBUTO.
Siete meses después del FESTIVAL LEYENDAS DEL METAL, una nueva edición denominada INMORTALES HEAVY METAL es sin lugar a dudas una interesante propuesta de continuidad para un encuentro que, más allá del cambio de nombre, tiene un objetivo claro: dar la posibilidad de que bandas con trayectoria puedan mostrarse en el escenario del Luna Park con un backline y luces de primer nivel. Este punto tal vez es el aspecto más positivo que tiene el festival. En un momento donde la convocatoria del heavy metal argentino tiene las dificultades propias de la situación del país y del avance de otros estilos que intentan hacer suya la idea de la identidad rockera, ver a este conjunto de bandas en una sola noche y con condiciones de sonido parejas es una gran noticia. En este contexto, la primera sensación que dejó la noche del miércoles es que el crecimiento entre un festival y otro fue evidente. Mayor cantidad de gente, mejores luces y un respeto infrecuente por la puntualidad, hacen pensar que puede haber una continuidad del mismo. El mismo Christian Bertoncelli, encargado de abrir la tarde-noche con su proyecto RENACER, se encargó de afirmar esta cuestión promediando su set. “Este festival arrancó haciéndose un Lunes, hoy se hace un miércoles. El próximo será un fin de semana y seremos más”, dijo generando expectativas de futuras versiones de este encuentro del heavy metal argentino, dejando la certeza de que si se incorporan bandas de otras corrientes del metal (¿AVERNAL? ¿AGAINST? ¿PLAN 4? ¿Propuestas nuevas como NVLO?), la cosa puede seguir creciendo.
Puntualmente a las 19:50 RENACER subió al escenario con una novedad: la vuelta de Lucas Russo en batería en reemplazo de Gabriel “Ganzo” González quien decidió dedicarse a full a REINARÁ LA TEMPESTAD. Entre la velocidad del power más clásico (“Ojos de Agua”) y momentos más ligados al hard rock (“Siembra y cosecha”) el grupo mostró un set contundente en el que hubo momentos donde la banda encontró espacio para mostrar incluso su faceta más pesada (“Cenizas del alma”) con la que cerró el set. La sensación general es que el grupo ha sabido, con el tiempo, sumarle a su propuesta ligada al power metal una interesante cuota rockera y pesada en la que Bertoncelli puede explorar otras atmósferas y sonoridades. Esta fue una interesante muestra para quienes buscan la faceta más épica, emocional y melódica del heavy metal.
Con un set centrado casi en su totalidad en el disco “Vikingos!”, EL DRAGÓN, se convirtió en la única banda que se presentó en las dos ediciones del festival. Con una formación renovada que incluyó al histórico Marcelo Bracalente (JERIKÓ) en bajo, esta vez la sensación fue que la propuesta del también histórico Olaf Mangialavore pudo encontrar la pesadez y contundencia que necesitan sus canciones. Con un interesante trabajo en la batería y los teclados de dos jóvenes músicos; en canciones como “Marcados a Fuego” (presentada por Olaf con la frase “estamos acá porque tenemos este sentimiento a flor de piel”) y en especial “De cuero y metal” y “Argentina” EL DRAGÓN pudo mostrar su evidente raíz en el heavy metal argentino de los ochentas. Se fueron aplaudidos, en especial Braca que tuvo una actitud destacada para conducir la base rítmica de las canciones.
Con el mejor sonido de la noche en cuanto a claridad y potencia ENTRE EL CIELO Y EL INFIERNO dio cuenta de todo el oficio de sus músicos, fruto de haber transitado grandes escenarios con distintos proyectos durante por lo menos tres décadas. Con una actuación descollante de Mario Ian (en un gran momento vocal) el grupo completado por Sergio Berdichevsky (guitarra), Gustavo Rowek (batería), Javier Retamozo (teclados), José Velocet (guitarra) y Walter Scasso (bajo), dio un show potente, variado y con un interesante trabajo climático entre las distintas canciones. Así pasaron la densidad de “Máquina”, la impronta rutera de “Obsesión”, el dramatismo de “Jerusalem” (en una gran versión), la melancolía de “Sombra inerte del amor” y la pesadez de “Bajo Control” que cerró un show que enganchó a propios y ajenos. En medio del set, la presentación de un tema nuevo, el interesante “Enviados”, mostró al grupo en una curiosa exploración entre su faceta más cancionera y atmosférica. Fueron muy aplaudidos y dejaron en claro que lo suyo va más allá de un simple homenaje.
A diferencia de lo hecho en HERMÉTICA y MALÓN, la propuesta solista del TANO ROMANO intenta explorar vertientes más melódicas y eso tiene que ver con la presencia de Javier Novic, un cantante con un rango vocal melódico y rockero que le da otra impronta a la música del Tano que aquí explora más el gancho y la dinámica de las canciones. Temas como “Librarse y Existir”, “El rugir del León” y “Sueños” muestran una propuesta que es distinta a lo que uno espera del Tano y eso, más allá de gustos, es el mayor valor que se desprende en su desempeño en vivo. Un cover de MALÓN “30000 plegarias” en una buena versión y “Vientos de Poder” de la H (dedicada a la lucha del pueblo Jujeño) cerraron un set que entusiasmó a la gente, por el hecho de tener en el escenario un personaje histórico como el Tano. “Me acuerdo cuando iba los shows como público y después me iba todo roto a trabajar en la fábrica”, dijo el mismo Tano promediando el show antes de agradecer al público que “Verdaderamente ama el heavy metal como nosotros”. Ese fue su mejor mensaje
Desde la llegada de Cristian Romero en batería y Lucas Bravo en guitarra HORCAS parece haber encontrado una especie de rejuvenecimiento de su propuesta basada, justamente, en la juventud de sus nuevos integrantes. Tal vez por eso, el set de la banda que viene girando con la temática denominada “Canciones Olvidadas” se dividió entre el presente y los clásicos. Tres canciones de la última etapa: “Existir por existir”, “Familia” y “En la Jaula” con momentos más melódicos en las primeras dos y más thrasheros en las últimas, se mezclaron con “Sueños” (Dedicada por Meza a los “músicos que son el recambio generacional”), “Argentina, tus hijos” (dedicada al pueblo de Jujuy), “Vencer” (a los amigos que ya no están) y el cierre con “Solución suicida”, en una gran versión sostenida por la potencia vocal de Meza (a pesar de estar con Neumonía) y de la dinámica instrumental de Sebastián Coria y “Topo” Yañez junto a los integrantes más recientes. Fueron aplaudidos por un público que no sólo cantó y festejó los clásicos. Las nuevas canciones también tienen lugar en el público y eso es una buena noticia.
El cierre de la noche fue para el homenaje a V8, reeditando la formación que hace unos años había girado por el país tributando al grupo (Walter Meza en voces, Antonio “Tano” Romano en guitarra Norberto “Topo” Yañez en bajo y el único miembro original Gustavo Rowek en batería). Ocho canciones (“Momento de luchar”, “Ángeles de las tinieblas”, “Ideando la fuga”, “Cautivos del sistema”, “Tiempos metálicos”, “Brigadas metálicas”, “Muy cansado estoy” y la inevitable “Destrucción”) fueron las elegidas para revisitar las versiones originales con la particularidad de ser la primera vez que las canciones de V8 sonaron en el Luna Park con una banda reunida especialmente para interpretarlas. Con versiones veloces (en especial por el lado de Rowek que aceleró para bien muchas de las versiones), el resultado fue celebrado por un público que quiere escuchar esas canciones más allá de quien esté presente. Con las obvias referencias a la fe metálica y a la resistencia metalera por parte de Meza y la mención a los integrantes que pasaron por V8 (de los más conocidos quedaron afuera de la mención “Chofa” Moreno y Walter Giardino, aunque a este último seguramente le importe poco); las caras de alegría de la gente ya con el inició del día Jueves dieron la pauta de que estos encuentros siguen siendo efectivos. Veremos en que se convierte este festival que de a poco empieza a entrar en consideración de los metaleros.
