Fecha: Domingo 27 de abril, 2025 | Hora: 18 hs. | Lugar: Niceto club | Ciudad: C.A.B.A. | Bandas invitadas: HACIA EL OCASO – GÉNOVA
Una noche de esas especiales. Si bien los cabeza de cartel venían haciendo pata ancha por haber ganado la final del Wacken Metal Battle 2025, un pasaje directo para participar del festival más grande en lo que a música pesada se refiere, el Waken Open Air en Alemania, lo especial de la noche, en realidad, pasó más por lo hecho por las agrupaciones sobre el escenario… y debajo de este también, ya vamos a explicar, calma.
Los encargados de abrir la fecha fueron HACIA EL OCASO, banda que dista bastante de ser nueva (comenzaron allá por 2014) cosa que es palpable al verlos tocar, ya que muestran una solidez que delata su continuo caminar por el circuito y un intenso trabajo de laboratorio. Primeramente, hay que hablar de la intro del espectáculo: unas visuales que mezclaban imágenes futuristas con ciertos toques oníricos, mientras una voz en off mencionaba a los integrantes de la banda a la vez que hablaba de conectarlos con el lugar y los presentes.
No sabemos si Espejos era parte de la fórmula para que el público y la banda fueran uno, pero a partir de ahí sucedió. Pesados, técnicos, ásperos. Por un lado, de sonidos muy cuidados por el otro, todo confabulaba para que quienes estaban debajo del escenario fueran todo oídos. El buen Groove de Infierno y Erial sumaron desde todo punto de oída y de vista, ya que esta última canción fue interpretada en tiempo real con el video clip proyectado a espaldas de los músicos, algo que ya le hemos visto hacer a ARDE LA SANGRE hace poco tiempo; un recurso no solo curioso y efectivo, sino que habla también del laburo que hay detrás de cada presentación. La mezcla de metal alternativo, ciertos sutiles elementos tecnosos (pista de batería adicional en algunos pasajes, por ejemplo) la incursión en otros subgéneros pesados, más cierta ambigüedad entre los sonidos crudos y alguna sofisticación de la propuesta de Juanma Albarracín (voz) Demian Zapiola y Nelo Fernández (ambos, guitaras y segundas voces/coros) Damián Bonesi (batería) y Ramiro Kowalski (bajo, segundas voces/coros) hacían que todo fuera poco predecible y obligaba a la atención continua. Lágrimas fue el momento de hablar contra las represiones policiales/militares y de las luchas en la calle mediante una canción fuerte y sentida a la vez; Cae El Velo, Cifra y Madmo cerraron su presentación. Una intro y ocho temas como para seguirlos de cerca.
Los siguientes en tomar posesión de las tablas fueron los GÉNOVA, banda que también viene recorriendo el circuito under desde hace un buen tiempo. ¿Sonaron más agresivos que quienes los antecedieron? Sin dudas, pero ojo, aquí hay que hablar de intensidades, de distintos tipos de intensidades, para no confundir. Es solo una cuestión de estilos y no de mejor o peor, más o menos, sino simplemente distintos. Sirve para aclarar los tantos respecto a estas dos agrupaciones, y también para tener en cuenta para más tarde.
Los GÉNOVA tienen un estilo un poco más apoyado en el grunge y otros subgéneros más rockers que técnicos, pero sin resignar una potencia bastante heavy como tampoco de momentos más melódicos, en donde la dualidad interpretativa del cuarteto se vuelve protagonista. Presemen y El Olvido dan clara cuenta de todo esto que mencionamos. Cianuro tiene un título adecuado para la tóxica aspereza sonora que emana. Una intro y ocho canciones, al igual que la banda apertura. El final llegó con Irreal y la muy pesada Te Pegó, cerrando una actuación que subió las pulsaciones. Emociones no habían faltado, agite tampoco, pero todavía estábamos lejos de dar la noche por finalizada.
ELNUEVEONCE se hizo presente y arrancaron a tope de energía gracias a la fuerte guitarra de Gonzo Gallo, la solidez de Frank Barroso con su bajo y la sorprendente potencia de Silvana Colagiovanni en la batería ¿nos estamos olvidando de alguien? No, tranquilos. Pero en el caso de Nazareno Antolini creemos necesario detenernos un poco para no solo destacar su impresionante performance vocal, sino también algo poco habitual en la escena local: el frontman. Y no estamos hablando de alguien que por ser el líder de una agrupación o por su protagonismo musical es el que acapara las miradas sino de alguien que, a fuerza de despliegue y carisma, sumados a un acting furioso, parece arrasar a la audiencia aun a la distancia, tomar un escenario por asalto y convertirse en punto focal obligatorio. Luego de una breve intro dieron paso a Let Me Out, A Cada Paso y Mientras Respires… acá nos dimos cuenta de que se iba a poner difícil la cosa, porque recién iban tres de los más de veinte temas que avisaron que tocarían, y todo iba in crescendo.
Uno Contra Todos, Fácil de Odiar, Rotos.
El estilo de ELNUEVEONCE se nutre de vocalizaciones furiosas, estribillos apenas levemente más melódicos, guitarras agresivas cuando no directamente brutales, una base dinámica y potente y la silueta de Antolini multiplicándose aquí y allá. Fuerza casi hardcore, pero con un sonido cuidado, texturas sonoras que los acercan a un metal alternativo denso, pistas adicionales agregando capas de teclados o sintetizadores.
La Salida, Despedida, Abismo, Primaveras.
Mitad del show de la banda, y debajo del escenario las rondas eran brutales y el pogo crecía y crecía. Un detalle para resaltar son las menciones de Antolini entre las canciones (y en las mismas también) haciendo alusión a la importancia de buscar a alguien siempre que se sienta que flaquean las razones para seguir viviendo, no dejarse abatir por la incomprensión y la soledad, sobre la importancia de no descuidar la salud mental o sea, lejos de apelar a males virtuales o fantásticos, hacer hincapié en lo que nos amenaza realmente en el día a día, a nosotros o a alguien que conozcamos.
Flores Para Alguien Más
Quizás el tema más fuerte del setlist. O quizás de la noche.
Krudo
Momento de un mensaje abogando por no hacernos los distraídos y mirar la realidad a los ojos: “-… hoy hay gente que golpea mi puerta, loco. Para pedir comida, para poder bañarse o lavarse la cara…”
Desperté, Cárcel de Cristal, Tóxico, Tu Infierno.
A esta altura del show el vocalista estaba entre el público y ahí se quedó un buen rato. Cantando, saltando, abrazándose con alguien o lo que fuera.
Nadie a Quien Culpar, No estás Solo, Manipulador.
Veintidós canciones que se devoraron todo como si de un enorme agujero negro se tratara. Interpretadas por tres instrumentistas y un vocalista en completo control del caos que ellos mismos generaron.
Una noche para entender que pronto, entre un montón de estrellas, habrá un agujero negro creando caos y representándonos.
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