Año: 2024 | País: Italia | Género: Prog Metal | Sello: Frontiers Music | Lemmymómetro: ♠♠♠♠♠♠♠ (7/10)
Con veinticinco años de carrera y siendo este su duodécimo disco, DGM nos sorprendió en noviembre con un nuevo lanzamiento titulado Endless, quizás un poco haciendo alusión la firme idea de la banda de trascender en el tiempo. Dicho esto, estamos en presencia de una agrupación un tanto anómala, ya que su nombre hace referencia a los nombres de los miembros fundadores: Diego, Gianfranco y Maurizio sin embargo, ninguno de ellos sigue en la banda, quedando esta sin ninguno de los miembros originales. La agrupación ha trascendido en el tiempo y su formación actual es Mark Basile en la voz, Simone Mularoni en la guitarra, Emanuele Casali en los teclados, Andrea Arcangeli en el bajo y Fabio Constantino en la batería, el más antiguo de los actuales. Los italianos presentan este nuevo disco como conceptual, narrando el viaje imaginario de un hombre para comprender las decisiones que le dieron forma a su vida actual y que se revuelve sobre la misma pregunta retórica: ¿Qué tan diferente sería la vida si hubiera tomado otro camino? Abordando esta autorreflexión del protagonista sobre sus circunstancias actuales, y la incertidumbre sobre las decisiones que lo llevaron a donde está, se pregunta sobre las vidas fantasmas que no ha vivido. Esta experiencia de casi una hora de duración tiene influencias de rock progresivo, jazz y folk, pero siempre manteniendo un sonido que se sitúa bien dentro del espectro del metal progresivo en general y con mucha inspiración de power metal.
Promises con una intro de guitarra acústica y mucho gusto a una power ballad, da inicio a este disco generando la idea de que será un comienzo tenue, pero se destapa con la explosión del metal y una melodía vertiginosa producto del teclado o flauta de Emanuele Casali. A su vez, será este quien comande la oda progresiva bien sincopada, que estará siempre liderada por lo instrumental más allá de algún pasaje vocal y que explota ese sentimiento de power metal que también circula en The great unknown con un sendo videoclip y con más participación vocal que le da mayores aires de triunfalismo y emotividad. The Wake empieza un breve capítulo más oscuro con un aire más lúgubre que luego se desata con un piano terrorífico y empieza un segmento cadencioso de ritmos pausados y sincopados a la vieja usanza de SOEN. Por cierto, Mark hace uso de herramientas y registros vocales muy semejantes a las de Joel Ekelöf en las estrofas, no tanto en los estribillos que se siguen apegando a lo triunfal del power metal. Tras Solitude, que venía cargada con un aire al DREAM THEATRE de los 90’s, es cuando empiezan a bajar las revoluciones hacia el final del disco, con From ashes y la extensa …Of endless echoes, donde, tras tantas prerrogativas, podemos sentir la angustia y el arrepentimiento de nuestro héroe, por las oportunidades perdidas en estas cuatro canciones, más bien pertenecientes a un hard rock progresivo si es que ello existe. En este acto final, el protagonista del disco por fin ha llegado al final de su búsqueda de visión, con la amarga sensación de que, si bien ahora es mayor y más sabio, sigue atormentado por el inexplicable por qué detrás del camino serpenteante de la vida.
Desde mi punto de vista, Endless es un disco que se disfruta muchísimo, sobre todo durante su primera mitad, donde las canciones son bien enérgicas y con esa onda progresiva extraída de SOEN y un poco del viejo LEPROUS, si se quiere, con una pequeña raíz de su lado power metal asomando y que resulta en un blend más que interesante. Sin embargo, mientras transita su segunda mitad, comienza a apaciguarse en sensaciones y se centra bastante en ideas más tranquilas, volcando más hacia su lado hardrockero que, en lo particular, encontré un poco menos atrayente, pero no por eso menos meritorio, ya que este disco ofrece una calidad sonora sobresaliente y está concebido con mentes que derrochan virtuosismo por donde se lo mire. Y por más que el último tema se acerque a los 15 minutos de duración (casi la cuarta parte del disco), en ningún momento se sintió que algo sobraba o era relleno, sino que lo podemos recorrer de forma tranquila, degustando todos los matices que ofrece.
