THE MISSION no solo dejó su huella en la escena post punk, sino que también influyó profundamente en el desarrollo de géneros más oscuros dentro del heavy metal, especialmente el gothic metal. Bandas como PARADISE LOST, MY DYING BRIDE y MOONSPELL han señalado a THE MISSION como una de sus grandes influencias. La estética sombría, la melancolía lírica y los paisajes sonoros atmosféricos de Hussey resonaron en los inicios de este subgénero, que fusiona la agresividad del metal con la emotividad y oscuridad gótica. La capacidad de Hussey para combinar elementos rockeros con una sensibilidad oscura y dramática, abrió el camino para que el gothic metal adoptara estructuras más etéreas, influencias del doom y una lírica introspectiva. Aprovechamos una nueva visita a la Argentina para charlar en profundidad sobre el pasado y el presente de una figura clave de la música de los ochentas.
Parece que el 2024 es un año con mucha actividad para vos ¿Cómo sentís que van desarrollándose estos últimos meses?
¡Demasiado rápido! Ya estamos en septiembre, pero siento que hace unos días estaba desarmando el árbol navideño. A ver, ¿qué hicimos? (Ndr. Se toma unos segundos para pensar). Tocamos en Estados Unidos en abril y mayo, en julio también hicimos algunos shows por Europa y ahora haremos algunos más ahí antes de ir para Latinoamérica. En realidad este año se suponía que debía ser un año tranquilo, con intenciones de pasar tiempo en el estudio que tengo acá en casa, escribiendo canciones y trabajando en el nuevo álbum. Lo que pasó es que surgieron algunas invitaciones a festivales y tuvo “sentido financiero” armar una gira para costear los viajes. Así salió un año lleno de shows (Ndr. se ríe con ironía) pero aparecieron lugares donde nunca estuvimos, como Costa Rica o Colombia. Me gusta visitar nuevos lugares, me gusta viajar y me gusta tocar, así que cuando surgen posibilidades en festivales, me gusta añadir más shows. De todas formas, logré sacar algunas canciones nuevas y estamos apuntando a un nuevo álbum de THE MISSION para el año que viene o temprano en 2026 para nuestro cuadragésimo aniversario.
Justamente eso iba a preguntarte, llevan un largo recorrido de casi 40 años, con varios intervalos en el medio, y cuando miro a otras bandas como METALLICA, JUDAS PRIEST, gente con más de 50 o 60 años en la escena me pregunto ¿cuál es el motor para que la banda siga girando y generando nuevo material?
Y…es una necesidad; es algo extraño, porque si leo lo que hay en internet, probablemente jamás quisiera sacar otro disco. Hay demasiadas críticas tóxicas que pueden destruir a un hombre como yo. Después pienso que amo hacer música y, si bien me gusta tocar mis canciones viejas en diferentes escenarios, prefiero tocar música nueva. Tengo muchos proyectos además de THE MISSION y me gusta hacer colaboraciones. Por ejemplo, tengo un proyecto orientado al ambient junto a mi esposa, que es algo que estoy disfrutando muchísimo. Eso en particular es algo que escucho bastante porque lo chill, lo ambiental es algo que no te demanda mucha atención, solo tenés que sumergirte en los sonidos, o podés escucharla de fondo en el trabajo, caminar o inclusive leer. Además, en mi caso, no suelo dormir bien así que me ayuda a relajarme. Así que este proyecto es algo así, que puedo disfrutar y compartir con mi esposa.
¿Qué te pasa respecto a las exigencias de girar? Me imagino que cuando uno es joven, la energía es diferente.
Si bien esto no lo hablé con toda la banda, en mi caso disfruto todos los shows cuando se dan ciertas condiciones: que toquemos bien, que el público sea bueno y que armaremos un buen set; algo que es todo un desafío porque al tener más de cincuenta canciones, tenemos para elegir y cambiar cada noche. Muchas veces pasa que alguien de la banda dice “pero esa no sé tocarla” y yo digo “¡la única forma de aprender es volver a tocarla!”. Si yo me aburro tocando las mismas canciones todas las noches, imagino que el público también se aburre. Así que me gusta estar preparando cosas nuevas e inclusive estamos agregando algunas canciones nuevas a los sets. Es interesante ver cómo responde la gente a ellas más allá que canciones como Wasteland, Deliverance sean siempre las favoritas. Es lindo ver a la gente reaccionar a las canciones nuevas con sorpresa. Te cuento una anécdota: cuando trabajé con John Paul Jones y produjo nuestro segundo álbum, una de las cosas que hablábamos era que las bandas salen de tour a tocar canciones nuevas, pero el público pide las canciones viejas. El me contaba que cuando presentaron Stairway to Heaven, la gente comentaba “que es esta basura, nosotros queremos Whole Lotta Love. Es una locura más allá de que te guste o no un disco.
¿Te parece que hay una especie de proceso por el cual deben pasar las canciones para llegar genuinamente a la gente?
Noté que la última vez que lanzamos algo, allá por 2017, tocamos algunas canciones durante el tour, pero la gente en lugar de involucrarse, solo miraba y escuchaba. Eso era un problema porque lo que nosotros buscamos es la comunión entre la gente y nosotros, cuando cantan con nosotros, es parte del ritual. Cuando tocamos algo nuevo es como que se detienen a mirar, lo cual desconcierta un poco. Con el tiempo me di cuenta de que la gente si quiere escuchar música nueva pero tal vez no reacciona de la misma manera. Me llevó un tiempo pero lo entendí, supongo que todas las bandas viejas pasan por lo mismo.
Si volvemos a los comienzos, en la transición que vivieron con THE SISTERS OF MERCY a lo que hoy conocemos como THE MISSION, fueron muy trascendentales para cementar el movimiento post punk y rock gótico. ¿Cómo se sienten con esas etiquetas?
¡Me importan un carajo! ¡Me han dicho cosas peores que gótico! (risas). Entiendo que la gente nos alinee con el gótico, pero personalmente nunca me sentí parte de eso. Sí reconozco que me incliné hacia una cultura más oscura que el pop, no solo en la música, sino en la literatura y el cine. Aún así, si no fuera por esa audiencia, no estaríamos aquí hoy. No me molesta cómo nos vean, pero si mirás a un fan promedio de THE MISSION, no necesariamente se considera gótico. Aún así, respeto y agradezco a nuestro público.
Usualmente, cada vez que entrevisto a alguien, la respuesta a esta pregunta es la misma, “no me interesan las etiquetas”. Sin embargo del otro lado la gente siempre está tratando de clasificar a las bandas. Incluso para mí es un acto de diversión de alguna manera…
Inclusive en la época de THE SISTERS OF MERCY, por lo menos en Europa, este tema de etiquetas no era tanto un problema. Tocábamos nuestra música y si te consideraban punk, post punk o new wave, estaba todo bien porque el concepto de gótico no existía. Eso vino después. Recién nos encontramos con este problema cuando llegamos a Estados Unidos porque las radios eran específicas respecto a ciertos géneros y es muy difícil definir lo que hacemos en THE MISSION. De hecho, yo tengo mi propia definición de qué es lo que hacemos, pero los sellos americanos nos encuentran bastante difícil de encasillar. Por ejemplo, no éramos lo suficientemente alternativos como para salir en radios alternativas, lo mismo con el rock o pop, así que terminamos cayendo en las grietas de las radios americanas y en esa época, las radios lo eran todo. Personalmente, veo a THE MISSION como una banda con influencias de rock de la época. Hay un poco de punk o de new wave, pero si tuviera que definirse para alguien que jamás escuchó THE MISSION, le diría que piense en LED ZEPPELIN, en U2 y THE CURE. Nosotros estamos en algún lado en el medio.
Hace un rato mencionaste que trabajabas en tu propio estudio ¿Cómo te llevás con las nuevas tecnologías?
Hace poco reconfiguré mi estudio. Usaba una Mac de 2010, que en su momento era lo mejor, pero ya no podía correr los nuevos softwares. Compré una nueva, pero mantuve algunos equipos viejos. No soy un purista que necesita usar todo antiguo, me gusta la tecnología, me gusta usar Cubase (NdeR: software de grabación) y plugins. Pero creo que hay que rendirse al proceso creativo más que al tecnológico. La tecnología debe ayudarte, no complicarte, y siento que a veces te hace perder espontaneidad y frescura simplemente por meterte en ese mundo.
¿Es una opción para vos escuchar en plataformas tipo Spotify? ¿Que opinás respecto de que el concepto de álbum se perdió en pos de los singles?
En cuanto a los discos, siempre preferiré el vinilo. Yo sé que la gente ya no escucha música de esa forma, pero tengo 66 años y me reservo el derecho a escucharla como quiera (risas). Para mí, el álbum es una experiencia completa. Siento que que mi generación, y un poco más jóvenes también, recuerdan el sentimiento de ir a la tienda de discos. Era todo una aventura viajar, comprar y elegir el disco. Ahora inclusive podés escucharlo antes de comprarlo y te perdés esa parte del ritual, el de volver en el colectivo leyendo el libro del disco con las letras y el arte. Así te sumergías en el disco. Hoy todo es instantáneo, no hay un esfuerzo para escuchar música. Lo loco es que creo que eso, hacía que la música sea más valiosa, pero luego hablás con un adolescente sobre BILLIE EILISH o TAYLOR SWIFT y para ellos significan tanto como para mi THE BEATLES. Eso está bien, porque son tiempos distintos.
Sin embargo, siento que cuando algo es muy fácil de alcanzar, pierde cierto valor. Pienso en por ejemplo las fotografías. Me encanta ver fotos viejas de mi familia y amigos, porque antes no había teléfonos; hoy sacas fotos de cualquier cosa y las subís en internet, y el momento pasa. El valor se perdió. A ver, ¿Cuántas fotos tenemos en nuestros teléfonos de cosas que perdimos y valoramos? Así es como viven los adolescentes hoy y cómo valoran las cosas hoy. Inclusive el arte de la conversación se perdió. Por ejemplo, mi esposa, que es dieciocho años menor que yo, manda constantemente audios por whatsapp y así se comunica ella con todos. Yo pienso “¿porque no lo llamàs?”. El proceso de escuchar un mensaje, responder, esperar respuesta es clave. La conversación debería ser más interactiva.
La última vez que estuvieron en Argentina fue en 2022. ¿Tenés algún recuerdo de ese paso por Buenos Aires?
Amo Buenos Aires, es mi ciudad favorita de Sudamérica. La gente allí canta las líneas de guitarra, lo cual es increíble. Muchos no hablan inglés, pero cantan las letras, lo que es una bendición (risas). Es un público muy especial y siempre es un placer volver. La última vez hicimos un tour muy exigente y estuve al límite de mi voz. Esta vez espero estar un poco más descansado (risas)
Promediando la nota hablábamos de temas nuevos y clásicos ¿Cuál te parece que debe estar si o si en un show de THE MISSION?
Tiene que ser Tower of strength, porque es la canción con la que usualmente cerramos la noche, aunque más de una vez ha abierto los shows. Es una canción que escribimos para la gente, en un momento donde estaba lleno de dudas, ya que yo al principio cuando formamos la banda empecé siendo cantante y guitarrista aunque no era realmente cantante. Estuve en la posición donde teníamos que encarar una nueva banda pero no podíamos conseguir uno que nos guste, y terminé ocupando el puesto. Creo que todo artista pasa en algún momento en una etapa donde piensa “como carajos voy a salir de esto”. Eso pasó conmigo en el segundo disco de la banda. Esa es mi canción para la gente, ya que si no fuera por ellos, no me hubiera motivado a seguir.
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