Fecha: Sábado 9 de Septiembre | Lugar: El Teatrito | Ciudad: C.A.B.A. | Hora: 19:30 hs. | Bandas invitadas: CAVERNARIA, TERROR EN CAMINO NEGRO & ESPIRITISMO
IN THE WOODS… es uno de esos casos raros en que una banda cambia casi totalmente de integrantes, de sonido e incluso de estética pero continúa adelante. Para ubicarlos en el tiempo, los noruegos fueron pioneros, a principios de los noventa, en crear una suerte de black metal atmosférico (su disco “Heart Of Ages” es un clásico del estilo) y además, tuvieron un extraño ir y venir de músicos que terminó con la creación de los geniales, GREEN CARNATION, una banda caracterizada por un alto nivel de experimentación sonora dentro de la música pesada.
Luego de evolucionar su sonido hacia el metal progresivo (“Omnio” es su disco más emblemático en este sentido), los incesantes cambios de integrantes hicieron que la banda se separara a principios del 2000 y volviera en 2010. La nueva formación comenzó a experimentar con elementos góticos, hasta llegar al reciente “Diversum” que propone un interesante recorrido de todas las etapas de la banda, pasando por momentos extremos, melódicos y progresivos. Con un único miembro “original”, el baterista Anders Kobro (que incluso figura como invitado en el primer disco) la banda hoy está constituida por músicos que ingresaron al grupo en 2018 (Nils Drivdal en bajo, Kåre André Sletteberg y Bernt Sørensen en guitarras), junto a Bernt Fjellestad en voces, quien ingresó al grupo el año pasado luego del lanzamiento del último disco de la banda.
Seguramente estás circunstancias que mencionamos, hayan sido las que contribuyeron para que El Teatrito tuviera una convocatoria muy selecta, de un público que evidentemente fue siguiendo la historia de la banda. Una situación que permitió, a las aproximadamente ciento cincuenta personas que estuvieron en el lugar, observar el show de una manera cómoda y en primera fila, una especie de “lujo” solo para fanáticos.
Como era esperable, el grupo fue recorriendo su discografía realizando una especie de contraste entre el pasado y el presente, intentando aprovechar la diversidad de atmósferas que tiene su catálogo. En este contexto, “Heart Of Ages” fue un gran inicio porque dio cuenta de la dimensión melancólica, oscura y nostálgica que incluye la música de los escandinavos. Con un muy buen sonido a lo largo de todo el show (necesario para aprovechar la ductilidad de los pasajes musicales de las canciones), desde estos primeros momentos, la presencia vocal de Bernt Fjellestad fue la que hizo posible que los momentos melódicos y extremos pudieran brillar de manera conjunta sin problemas, con un gran y emotivo desempeño a lo largo de toda la noche. Con el aporte vocal del bajista Nils Drivdal en algunos momentos puntuales, lo del vocalista fue superlativo; principalmente porque logró, sin problemas, sortear los distintos colores musicales de las distintas épocas del grupo sin el más mínimo inconveniente a la hora de pasar por voces guturales, gritadas, graves o melódicas.
Precisamente, a la hora de interpretar las canciones más recientes “We Sinful Converge”, “The Coward’s Way” y “Cease the Day” en donde la cadencia del doom gótico se entremezcló con el metal progresivo contemporáneo, la banda supo sumarse a los matices, la profundidad y el peso que aportó la voz de Fjellestad. En esos momentos, el grupo pareció sentirse muy cómodo con la idea de proponer melodías recordables y mostrar momentos donde las guitarras gemelas sostuvieron la potencia y la melancolía de las canciones.
Durante el resto del show, canciones como “Yearning the Seeds of a New Dimension” o “Empty Street” también mostraron las dos caras (presente y pasado) de la banda. La primera fue un verdadero viaje atmosférico y psicodélico en donde el grupo fue pasando por el doom, la música extrema y la cadencia melódica sin problemas. La segunda, sonó pesada, progresiva y moderna mezclando voces extremas y góticas evidenciando la versatilidad de un grupo capaz de cambiar de “traje” musical sin ningún tipo de problemas. En las dos, más allá de que la banda sonó ajustada y precisa; brilló la interpretación de Kåre André Sletteberg, un guitarrista capaz de generar la dinámica necesaria para que cada melodía y cada solo logre la contundencia, la pesadez o la emotividad que la canción exigió. Su aporte fue uno de los puntos altos de la noche principalmente porque fue el encargado de encontrar la síntesis entre las distintas sonoridades de los temas (algo que logró sin problemas) generando que los intrincados o emotivos pasajes lograran una fluidez necesaria para impactar positivamente en el sonido general de la banda.
Para el final, luego de muy buenas versiones de “The Malevolent God” (una de las más extremas del último disco), “The Divinity of Wisdom” (otra de la primera época, en la que la banda construyó una atmósfera entre psicodélica y pagana) y “A Wonderful Crisis” (de impronta más doom gótica), fue curioso, antes de los bises, ver a la banda agitando al público para que este pidiera más canciones, con un evidente buen humor que acompañó al grupo todo el show.
“299 796 km/s” una rara canción de doom gótico progresivo con algunos momentos cuasi extremos y “… In The Woods” fueron las encargadas de cerrar un show que seguramente para quienes estuvieron será un momento irrepetible. En especial esta última, con la frialdad y el contraste de la primera época del grupo, fue el cierre perfecto para un muy buen show de una banda que a pesar de los cambios, idas y vueltas; sigue empecinada en generar algo distinto. Bien por ellos.
