Año: 2024 | País: España | Género: Heavy/Power Metal | Sello: MDD Records | Lemmymómetro: ♠♠♠♠♠♠♠♠ (8/10)
Como tantas otras veces he mencionado, el preconcepto nos puede encasillar en determinado tiempo, lugar o formato. Si un producto fue fabricado en tal lado, entonces no ha de ser de buena calidad, por el contrario, si algo se elaboró en otro lugar con buena reputación, de seguro lo sea. Entonces, si la música proviene de países de África central probablemente dudemos del producto final, en cambio, si es del algún país nórdico, la predisposición a que nos guste aumentará considerablemente. Podríamos citar así mil ejemplos más y asumo que esto es, en parte, responsabilidad de los números y estadísticas, pero también de muchos factores externos a lo musical que intervienen en nuestras elecciones, generando que las tendencias terminen siempre favoreciendo a los siete u ocho países que dominan la industria del metal.
España no está en la lista de los dominantes metaleros mundiales, pero podría estarlo perfectamente. Si tomamos en cuenta a bandas como BARÓN ROJO, OBÚS, SARATOGA, WARCRY, MÄGO DE OZ, DARK MOOR, AVALANCH, etc., entenderían de lo que les hablo. Como estas, hay muchas bandas más que están a la par o mejor que otras consagradas de la elite metalera y hoy tenemos el caso de VHÄLDEMAR, que hace más de veinticinco años está tratando de ganarse un lugar, y sinceramente, tienen con qué. Los españoles nos traen su nuevo material titulado “Sanctuary Of Death” de la mano del sello MDD Records y llega con muchas promesas.
“Devil´s Child” es la encargada de darle inicio a este nuevo trabajo donde convergen, de manera precisa y nítida, el heavy y el power, haciendo de esta una obra que bien podría ser de HAMMERFALL; con un estribillo melódico y esperanzador. En la misma sintonía, exprimiendo las piernas de Jandro (batería) aparece “Dreambreaker” donde aflora el lado más rápido de la banda y los buenos registros de Carlos Escudero (voz) se hacen presentes, acompañados de solos a dueto entre Pedro J. Monge y Jonkol Tera (guitarra y teclado respectivamente).
Luego, bajamos un cambio para recibir a “Deathwalker ” y “Forevermore” ambos mostrando más emotividad que destreza. En el primero, tenemos un apéndice de MANOWAR, con ritmos planos y más serenos, pero mucho poder en cada acorde, mientras que en el segundo, los sentimientos se apoderan de las melodías, como así de la voz, haciendo más énfasis en los teclados limpios.
En “Heavy metal” no hay mucho más para decir… es Heavy metal puro y fiel, nada que envidiarle a IRON SAVIOR. Acompañando esta línea está “Journey To The Unknown” y “Brothers”, donde encontramos bombos en yunta con los riffs que dan un distintivo en el primero, mientras el otro roza el hard rock al estilo BROTHER FIRETRIBE.
“Old King’s Visions (Part VII)” sea probablemente el punto más alto del álbum, haciendo alarde, nuevamente, de lo buenos que son cuando de power metal se habla. Si bien hay fragmentos heavy, la base es power y a la bolsa, con solos muy elaborados y coros rellenando hasta el último hueco de la canción.
Para el tema homónimo al disco, que mantiene el estilo hasta acá presentado, han optado por incluir a un amigo, el señor Pablo Sancha (AFTER LAPSE) en teclados, quien expuso su clase con un gran solo para darle un plus al tema emblema del álbum.
Llegando al final nos topamos con “The Rebel’s Law” que, si bien suena poderoso y recuerda a JUDAS PRIEST, por momentos no da grandes aportes hasta lo acá presentado; y la última “The Last Flame” es una canción instrumental que bordea lo que sería una balada.
Retomando lo mencionado al inicio, los nombres de las bandas que mencioné a lo largo de esta reseña son para dimensionar que VHÄLDEMAR está al nivel de cualquiera de ellas. Este disco demuestra que son virtuosos, que su sonido es óptimo y que si en breve los vemos como cabeza de cartel, es porque lo merecen. Démosle oportunidad a los menos visibles y así tendremos muchísimas gratas sorpresas.
