GRAVE DIGGER en vivo en Argentina: “


Unos buenos años pasaron para que GRAVE DIGGER diga nuevamente presente en Buenos Aires. Vaya a saber porque, pero la ya legendaria banda alemana si bien se alejó de nuestra tierra, bien en claro quedó que nunca lo hizo de la línea musical desde donde siempre se posicionaron. Vos sabés, estamos ante un grupo que respeta a rajatabla los lineamientos del heavy metal clásico en su sentido más holístico y que a fuerza de trayectoria, persistencia y prolijidad aseguraron las bases y éxito de su carrera comercial. La cuestión es que nos recibiría un no del todo colmado Teatro Vorterix -seguramente en relación quizás a la cantidad de bandas de están bajando en la actualidad- así y todo hubo espacio para que se cargue la planta baja del recinto, no solo de música, sino que de entusiasmo.

Y la situación que plantearía la banda desde el setlist fue tal cual nos comentaron en la entrevista que les hice hace un tiempito atrás: misma lista de temas para todas las localidades, sin cambio alguno. Así que como era de esperar arrancaron con dos canciones del último disco, la homónima del tour “Healed by metal” y “Lawbreaker”, nombres trillados si los hay, pero de clara identificación con el género que la banda practica. Y si tengo que serte sincero desde el vamos nunca sentí que la voz de Chris se haya acomodado en el show, con suerte después del cuarto tema mejoró un poco. Lógicamente entendí responsabilidades compartidas, por un lado la de Chris, ya que su voz está en claro retroceso (o bien falto de entrenamiento) y por otro la del sonidista, que en vez de ayudarlo, lo perjudicó más aún no asignándole el volumen necesario a su performance. Así y todo sentí que como cantante, tiene un tope, ha llegado a un límite y más no se le puede pedir. Pero si hablamos de leyendas, él lo es, imposible no reconocerlo o respetarlo como tal.

Llegarían también al show canciones de antaño como “Witch hunter” y “Killing time”, con las cuales la banda recibiría los primeros y fervorosos “Olé, olé…” cánticos donde inicialmente no se engancharon los responsables del show, pero que si lo hicieron en los tres o cuatro siguientes. “Ballad of a hangman” y “Season of the witch” serían las canciones para que empiece a erigirse la figura de la noche, el señor Axel Ritt, quién a fuerza de poses Zakk Wyldeanas la rompe. Lleva a la banda hacia donde quiere y es él as de espadas del quinteto. El resto acompaña todo lo que éste muchacho pueda hacer. Por otro lado, no se que habrán percibido ustedes, pero el teclado no se escuchó adecuadamente hasta el escueto solo realizado pasado mitad del show y en el ante último tema, “Highland farewell”. Hubiese estado bueno que llegue mejor, ya que desde el estudio la banda le otorga bastante más énfasis, pero bueno, otro desacierto del sonidista seguramente.

Más allá de que estamos ante un grupo de base clásica, nada innovador, te tiran el más crudo y prolijo metal alemán sobre tu cabeza. Lo alemán es alemán, no hay vuelta que darle, como “Lionheart”. Y seguiría transcurriendo la noche con poses por parte de Axel a lo Zakk Wylde como bien les contaba (símil guitarra y correa también, como para que no se parezca) para desencadenar en canciones como “The round table” y “Tattooed rider”. Entremezclado con todo esto seguiría siendo notoria siempre la falta de potencial en la voz, que si bien es independiente a la trayectoria del músico, esperaba particularmente un poco más. Ojo, tiene 55…pero la onda que tiene es fenomenal y es de los que más garra le pone arriba, no solo desde lo gesticular, sino desde lo emocional, pero a veces con todo eso no alcanza.

Eso sí, si algo debo destacar es que la buena onda de la banda con la gente siempre reinó y eso estuvo bueno, por momentos podías sentir de que estabas en un show muy familiar. No es para menos que esto suceda, merecido lo tuvieron, dado que se pudieron percibir esfuerzos mutuos para que esto suceda en una banda de destacadas bases sólidas y clásicas. De hecho su baterista Stefan y Jens (bajo) son un relojito. Canciones parejas como “The dark of the sun”, “Hallelujah”, “Morgana Lefay”, “Rebellion” y el clásico “Excalibur” fueron síntomas claros de la representación sobre el escenario. Para el cierre tuvimos doble bis y se fueron a toda máquina con “The last supper”, “Call for war” y la inconfundible “Heavy metal breakdown”.

Me llevé un show interesante, de metal bien clásico y de patologías lógicas cuando hablamos de actos en vivo y en directo. No se cuántas veces más vamos a tener la chance de estar parados frente a una banda leyenda como ésta, lo que si sé y me queda más que claro que Argentina adora el metal clásico e independientemente aunque hablemos de una banda que suena bien o mal, la gente se retira siempre con el corazón contento. Desde las entrañas del metal más clásico recibimos una más que fuerte dosis de adrenalina, fuimos testigos, sí, más allá de que puedas opinar lo mismo o no.

Texto: Hernán Mazón

Fotografía: Karina Parodi

Agradecemos a Gaby Sisti vía NWM Productions por acreditación al evento.

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