Año: 2022 | País: USA | Género: Melodic Doom/Gothic Metal | Sello: Season Of Mist
A partir de GHOST y antes con SLIPKNOT, varios grupos vieron la posibilidad de hacer música sin revelar sus identidades con el objetivo de mantener cierto halo de misterio. En esa línea está DEATHWHITE aunque es bueno aclarar a lo largo de diez años de carrera (este es su tercer disco) no tienen absolutamente nada que ver con las bandas mencionadas.
Tampoco es simple definir lo que suena en “Grey Everlasting” principalmente porque al menos de lo sonoro el grupo apunta a remitir a varias sonoridades con el objetivo de darle una vuelta de tuerca a ciertos estilos como el doom metal que permanentemente corren el riesgo de terminar por mostrar una propuesta de manual aburriendo al oyente. Es claro que desde el título (algo así como “Gris Eterno”) y desde la gráfica con uno de los integrantes de la banda parado en un paraje desolado, el objetivo es generar un paisaje cinematográfico, evocativo pero por sobre todas las cosas profundamente ominoso y pesimista.
Escrito durante la pandemia, claramente es un álbum que propone una visión misantrópica y nihilista de la humanidad, sin plantear esta situación mundial como una oportunidad para que la humanidad encuentre un nuevo mundo y este punto la banda se encarga de linkear su base de doom metal con otras vertientes de música extrema y oscura (llegando aquí hasta la oscuridad de los ochentas) para lograr el contraste entre furia y calma; entre grito y desgarrador y angustia para mostrar una intensa e intimista reflexión de los tiempos que vivimos sin ser jamás explícitos sobre aquello de lo que se está hablando.
De esta manera “Nihil” es una intro que da cuenta del clima ominoso y siniestro que busca introducir en ese paisaje desolado que atraviesa todo el disco. “Earthtomb”, formalmente la primera canción del disco no casualmente muestra los contrastes sonoros que mencionamos. Una base doom, de repente se transforma con la velocidad de los beat blasts mientras las guitarras proponen en los momentos más calmos conmelodías casi sin distorsión. Una voz lamentativa (más cercana a las propuestas de ALCEST y KATATONIA) le da un tinte melancólico y onírico a la canción generando ese contraste entre lo extremo y lo calmo, logrando un más que interesante momento sonoro. Más adelante “White Sleep” propone una situación similar de contraste entre lo extremo y lo calmo y en este punto aparece uno de los aciertos que en general presenta el disco. La sutileza de los arreglos de guitarras, voces, cuerdas y teclados (si uno escucha con atención se encontrará con muchas capas intercaladas de guitarras, al igual que sutiles arreglos de violonchelos y colchones de teclado) hacen que las canciones solo se disfruten si uno encuentra el clima específico para hacerlo. Temas como “Immemorial”, donde incluso hay una voz gutural, “Blood and Ruin” donde la atmósfera se presenta como dramática y percusiva o “Asunder” donde es magistral el contraste entre guitarras acústicas y distorsionadas; necesitan de una escucha atenta y concentrada que escape a la vida vertiginosa que uno transita diariamente en la ciudad.
“Grey Everlasting”, la canción que da nombre al disco no casualmente es una interesante muestra de cuan profunda puede llegar a ser la banda cuando se sumerge en atmósferas más climáticas sin perder nunca la densidad y el pesimismo que caracteriza en general a todas las canciones, en un disco que de por sí es una interesante obra conceptual que funciona como un oscuro soundtrack de los tiempos que vivimos. Quien quiera arrojarse a las profundidades de este disco seguramente encontrará una obra que lo convoque con su oscura y cautivamente belleza.