Año: 2014 | Género: Thrash Metal | Formato: CD | País: Argentina | Sello: Pulmonar Recordables/PRV Label Group
Lista de temas:
1- Intro
2- Incomprendido
3- Cordero cruel
4- Plegarias de perdón
5- Vientos de destrucción
6- La noche de la verdad
7- Imágenes de un recuerdo
8- Tendencia suicida
9- Sed de sangre
10- Mercenarios
11- Basura mediática
A veces, a nosotros, los redactores, suele sucedernos que tenemos que tomarnos cierto tiempo para digerir un disco para poder sacar conclusiones de mayor detalle. Este disco de EXILIO, el primer larga duración – ya contaban en su haber con un EP editado en el 2011 – es claro reflejo de lo comentado. A tal efecto, el disco llegó a mis manos hace unos meses, para la circunstancia, ameritaba cierto tiempo de oído para poder reflejar en el papel lo que la producción me dejó.
Sino estamos ante el mejor disco del año que pasó, pega en el palo. ¿Y por qué te preguntarás eso?… Bueno, EXILIO es una banda formada allá por el 2010 que todo lo tiene y todo lo puede. Para decir esto me amparo en una serie de aspectos que son críticos en la banda. Esto no solo tiene que ver con el desempeño de cada uno de sus integrantes, sino en el combo que en sí representa “Imágenes de un Recuerdo”. Si bien son cuestiones que más adelante tocaremos, estamos ante un disco que no tiene baches. Posee una edición de la hostia, un muy buen sonido, una gran producción y por sobre todo canciones que no dejan un espacio para el aburrimiento. El destacado sonido cuentan sus hojas interiores que lo lograron en los estudios La Nave de Oseberg, y es este quien nos permite definitivamente comprender de manera clara esta propuesta aguerrida de thrash metal fusionada con heavy metal de antaño. Pero a esta altura de las circunstancias poco importará hablar de géneros. EXILIO es una banda hecha y derecha, y paradójicamente, como el título del disco lo dice, probablemente será una imagen en el recuerdo esta grabación.
Basta solo con guiarse inicialmente de que estamos ante una banda que venida desde el under tiene muchísimo por dar, y, que probablemente, con el correr de los años, de seguir por la misma senda, se termine transformando en una banda de cabecera en muchos más de los que ahora los siguen fielmente. Compuestos entre sus filas por músicos con un curriculum vitae interesante, como por ejemplo Emanuel Lescano en la voz (ex RAZONES CONCIENTES, SERPENTOR); Marcos Lowi, bajista (ex PREDADOR); en los parches Jonatan Alcántara (Ex RENACER) y en las guitarras Juan Dobal y Ezequiel Machuca, nunca dejan nada liberado al azar. Todos dejan algo de peso de sí y lo trasladan al disco claramente, con convicción. Lógicamente, hay individualidades, como la performance de su cantante que los eleva unos metros más aún, pero sin de merecer a ninguno, han hecho de este, un disco que ha sentado precedentes para el futuro.
Pero bueno, sin ir más lejos, el disco es súper potente, y está plenamente pensado. Desde él vamos, con la intrigante y relatada “Intro” la banda muestra su sello, siendo las guitarras líderes del repertorio inicial, en el que con sus melodías hacen que el oyente no sepa hacia donde puede disparar el disco. Y lo hace a través de un estridente grito por parte de su vocalista líder interpretando “Incomprendido”. Y saben que, no quiero ser redundante, pero el trabajo de Emanuel es descollante y de acuerdo de mis registros de las anteriores bandas en la que ha estado, quizás estemos ante el punto de mayor maduración del cantante. Canta y afina como los dioses y lleva su voz para donde quiere. Seguramente que hay entrenamiento detrás de eso, pero no cualquiera llega. Y lo mismo sucede con sus pares, quienes con bases sólidas ejemplificadas a través de Marcos y Jonatan, no se les escapa una nota o tiempo. Los riff’s de las guitarras son en todo momento asesinos, no hay vuelta que darle, y canciones como “Cordero cruel” reflejan mucho de esto que se relata.
La banda no te encasilla en un género nunca, a pesar de que sus raíces son thrasheras, suben y bajan, traban las canciones con un groove completamente moderno, y la vuelven a sacar de ese contexto, bajo una plataforma musical súper sólida. “Plegarias de perdón” es de las veloces del disco, si bien hay otras, va al caño, con el doble bombo al pecho, es álgida e inspira. Si hay algo que se repite en la placa y que es genial, sus estribillos. Estos tienen unas medías muy pegadizas y a la vez, a través de los desgarradores gritos de Emanuel, te llevan hacia el frente con mucha polenta. Los escupitajos de poder llegan a través de la headbanguera “Vientos de destrucción”, de la cual no solo se concluyen cosas positivas, sino también es el ejemplo del disco en materia de coros, que rompen un poco el hilo de la placa en referencia a lo que la banda venía dejando. El uso de las chinas es muy preciso y claro, llegan en los momentos justos, marcando cada acento como tal, al igual que los solos, donde sus guitarristas, sin solos descollantes, dejan el sello EXILIO a flor de piel y eso también está bien.
Canciones como la “La noche de la verdad” muestran la cara de la otra banda y dan la chance de conocerlos en una faceta aguerrida, pero de otros tiempos. Es más, hasta su cantante líder se atreve a manejar los tiempos vocales con otros tonos, rompiendo moldes. Para el caso, sus guitarristas se prestan a la canción medio tiempo, con gratos acordes acústicos entremezclados con solos inspiradores, y la vez, los cortes por detrás de sus bases le otorgan un cuerpo enorme a la canción. Es así, que la banda se mimetiza, muta y migra hacia otros espacios y vuelve a su raíz, pero con fundamentos. La homónima que da título al disco, “Imágenes de un recuerdo”, posee mucha garra, por sobre todo espiritual. El filo inicial del juego de sus guitarras, así como su letra dejan mucho de sí. Su estribillo te marca a fuego y el cierre con los solos y demás detalles alzan a una gran pieza de este rompecabezas de metal. “Tendencia suicida” da continuidad a todo de lo mucho ya descrito, y sea quizás la misma letra, lo crudo de la realidad que nos rodea.
Por otro lado, y jugando ciertos paralelismos con “La noche…” vuelve su cantante líder en “Sed de sangre” a mostrar otra faceta, y más distinta aún, al igual que el resto de sus compañeros. Créeme si te digo que a un costado queda la faceta thrashera o heavy de la banda. Quizás los rugosos cantos, rodeados de unas lindas guitarras acústicas, intercaladas por melódicos solos, hacen de esto algo distinto, imprimiendo un sello diferente. Probablemente, sea una canción como para cerrar un show y todos abrazados cantarla, pero andá a saber, el heavy metal decide a veces por sí mismo. Esta propia marca que deja la banda da para hablar, y mucho. Sin ir más lejos, retoman la senda nuevamente en la placa con canciones como “Mercenarios” en la que vuelven a marcar a través de pasajes brutales el eje de la banda. Es esto de ir al frente, no arrugarse, tener potencia, pero sustentada por un gran trabajo de grupo. Para el cierre de este gran disco, se despiden con la poderosa “Basura mediática”, cuál se alza como un engranaje crucial para decirle hasta luego al estudio.
No quiero ser redundante, pero probablemente estemos ante una banda, que con un disco así, se erija como revelación, y muchos frutos más recogerá seguramente con grabaciones que superen a la presente reflejando otra madurez. No siempre desde el under llegan productos de este tipo, con tanta inversión desde lo musical, material e intelectual. Hay que disfrutarlos y porque no, difundirlos, como es este caso, dando a conocer canciones que te transportan hacia otro hemisferio durante cuatro y cinco minutos. Dejate llevar por los sonidos, las melodías, las buenas voces, los filos de las guitarras, pero no dejes de sustentarte por las paredes de su batería y las cuatro cuerdas. Si decidís tomar ese camino, no solo vas a comprender la moraleja de este quinteto, sino que vas a transgredir las fronteras, para quedar estampado como una imagen en el recuerdo.
Autor: Hernán Mazón
Se agradece a Pulmonar Creaciones por la facilitación del material.